ALICANTE. El MARQ ha concluido la campaña de excavaciones 2020 en la Illeta dels Banyets con importantes avances que destacan el paraje como uno de los yacimientos arqueológicos que reúne un mayor número y variedad de infraestructuras productivas de la primera mitad del s. III a.C. Uno de los hallazgos más significativos ha sido el descubrimiento de unas instalaciones anteriores a la presencia romana que apuntan a la existencia de una “factoría” para la conservación del pescado, probablemente como salazón, antes de la época prerromana. Esta y otras revelaciones, como un horno de brea e infraestructuras de fabricación de vino, aceite o tratamiento de esparto, sitúan a este asentamiento como un referente a la hora de estudiar las técnicas aplicadas en los procesos de transformación de materias primas en la antigüedad y, en particular, en la época ibérica.
La vicepresidenta y diputada de Cultura, Julia Parra, ha garantizado que “los trabajos de excavación continuarán el próximo año para seguir avanzando en la investigación de un enclave único desde el punto de vista cultural y turístico en el que, como revelan los últimos hallazgos, queda mucho por descubrir”. La II fase del proyecto de investigación “Excavación del Barrio Suroeste del asentamiento púnico de la Illeta dels Banyets (Sector J)” forma parte del Plan de excavaciones del Museo Arqueológico de Alicante y se ha desarrollado entre los días 31 de agosto y 30 de septiembre de 2020.
En la campaña, dirigida por Manuel Olcina y Adoración Martínez, así como Rafael Pérez como responsable de la Conservación, han participado tres operarios especializados en arqueología, encargados del acondicionamiento del terreno y apoyo a la excavación arqueológica. Además, se ha contado con la colaboración de siete voluntarios, graduados y estudiantes de Arqueología, que han podido practicar en el terreno al mismo tiempo que se familiarizaban con las tareas de documentación arqueológica en campo y con el trabajo de laboratorio.
En total se ha abierto un área amplia de en torno a 120 metros cuadrados de terreno con la intención de poder mantener las distancias de seguridad que exigen los protocolos del Covid-19. Los trabajos de la excavación han puesto de manifiesto la existencia de dos grandes zonas bien delimitadas; por una parte, la nueva área productiva dotada de plataformas de piedras cuadrangulares, que debían de albergar unas piletas revestidas con mortero de cal hidráulica para hacerlas impermeables, y, por otra parte, una zona de paso semejante a otros callejones que existen en el yacimiento a modo de vías de servicio, encargados de comunicar las calles principales con las zonas de producción.