ALICANTE. Estamos a punto de rebasar el primer cuarto de los dos meses de duración del mercado de fichajes de verano y la verdad es que en España y más concretamente en LaLiga Santander, por el momento, el movimiento de altas y bajas ligado al mismo no llama la atención ni cuantitativa ni cualitativamente.
El Elche es uno de los actores que está contribuyendo a lo anterior, toda vez que salvo la renovación del mediocentro Omar Mascarell y el pago en mayo de la opción que ostentaba por Ezequiel Ponce (que se formalizó antes de que se cerrase el ejercicio pasado) no ha movido ficha, si bien es cierto que mantiene en plantilla a los que fueron sus principales activos en el curso pasado.
Ahora bien, la situación del Elche no es solo peculiar por lo anterior, también porque goza de una posición económica y financiera que dista mucho de ser la que tienen la inmensa mayoría de los que serán sus rivales en LaLiga Santander 2022/23, hasta el punto de que no son pocos los que le miran con envidia sana: es verdad que el club franjiverde no cuenta precisamente con un límite salarial amplio, seguirá en el vagón de cola de la categoría con casi 50 millones de euros de presupuesto para plantilla deportiva, pero a día de hoy disfruta de un margen disponible notable, que fuentes de LaLiga cifran en torno a los 13 millones. Dicho de otra manera, el Elche podría realizar un fichaje de esos que precisamente escasean en lo que llevamos de verano, pagar un traspaso importante (para un club de su tamaño).
La ventana de fichajes de verano se abrió el pasado 1 de julio y se cerrará la noche del 1 de septiembre.
