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finalmente, las obras pendientes quedan fuera del acuerdo inicial

Fundesem pacta con el Ivace la refinanciación de su deuda y entrega la propuesta en el juzgado

17/10/2018 - 

ALICANTE. El conflicto entre la escuela de negocios alicantina Fundesem Business School (FBS) y el Ivace a cuenta de los impagos del alquiler de su sede, que pertenece al instituto de la Conselleria de Economía, se acerca a su resolución formal. Según ha podido saber este diario, el juzgado ya tiene la propuesta de la escuela que dirige Miguel Rosique para refinanciar la deuda con el Consell, que asciende a 1,2 millones de euros por los atrasos en las rentas de los últimos años. Como contó este diario, tras la última contraoferta de Fundesem (descontar de esa deuda las obras pendientes en la sede, valoradas en 465.000 euros), se han mantenido varias reuniones entre las partes para cerrar el acuerdo.

Finalmente, la propuesta que ha llegado al juzgado no contempla esa compensación de deudas, por lo que las mejoras en el edificio, construido por el Ivace (entonces, Impiva) en una parcela municipal para destinarla a sede de la escuela de negocios, tendrán que esperar a una segunda fase de negociación. La propuesta llegó al juzgado hace unos días, y ahora debe notificarse a la Generalitat. Dado que los términos del documento presentado por Fundesem han sido pactados previamente con el Ivace, la lógica apunta a que la oferta de la escuela de negocios será aceptada por la Administración autonómica.

El trámite judicial ha sido necesario en tanto que la Abogacía de la Generalitat inició en 2017 una reclamación contra la escuela, para garantizar el cobro de la deuda. Según las fuentes consultadas, la vista por dicha reclamación estaba prevista para el próximo 29 de octubre, pero tras registrar Fundesem la propuesta de refinanciación se suspenderá. Evitar una sentencia contraria en la que se reconociera la deuda con el Ivace era clave, puesto que a partir de ahí la fundación que gestiona la escuela habría quedado a merced de cualquier procedimiento de embargo que iniciase la Administración. A pesar de ello, desde Economía siempre se buscó un acuerdo previo para evitar esta situación, dado que el Consell no quería convertirse en el 'liquidador' de Fundesem.

La directora general del Ivace, Júlia Company

Los problemas para la escuela de negocios que impulsó en su día un grupo de empresarios liderado por el desaparecido Manuel Peláez comenzaron cuando la crisis hizo caer de forma significativa el número de matrículas y los ingresos no permitían ya afrontar los gastos de funcionamiento, especiamente el alquiler. El actual equipo gestor se encontró con un agujero de 1,5 millones de euros en 2014, que logró reducir a solo 150.000 euros de números rojos al cierre del último curso. La salida de parte de la plantilla y los ajustes en los gastos de funcionamiento han sido claves para afianzar la viabilidad de la escuela en estos meses, pero aún no ha podido reducir su deuda de un lustro de alquileres con el Ivace, que pesa como una losa.

Precisamente, la clave del acuerdo pasa por rebajar el coste anual del alquiler, que actualmente estaba fijado en 150.000 euros, a 95.000 euros al año. De esta forma, Fundesem podrá afrontar el pago del alquiler desde 2018 (cuando se novará el contrato, vencido y prorrogado tácitamente) y, en cada mensualidad, amortizar parte de la deuda pendiente con un plan de pagos a 10 años: el periodo para el que se firmará el nuevo alquiler una vez aceptado el acuerdo por parte del Consell. La propuesta de la escuela para minorar la deuda en el importe de las obras habría permitido reducir ese calendario a siete años, tal como contó este diario en su momento.

Los términos iniciales contemplaban un pago al contado de dos anualidades, y avalar un 20% del resto de la deuda. Algo que planteaba a Fundesem dos problemas: la descapitalización de su tesorería en el inicio del curso (los ejercicios de la escuela arrancan en septiembre) y la ausencia de activos que pignorar para lograr el aval. De ahí que se buscasen otras alternativas durante la negociación. Como también ha contado este diario, Rosique creó en paralelo la figura del socio protector para captar donaciones entre los empresarios de la provincia, y cerró un acuerdo con la Universidad de la Rioja (UNIR) para ofrecer títulos conjuntos. Una búsqueda de ingresos adicionales que, combinada con el ajuste en los gastos, debe consolidar el futuro de una escuela con medio siglo de historia.

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