ALICANTE. El sector de los productos gourmet con etiqueta alicantina gana un nuevo y acreditado miembro. El empresario Joaquín Selma, de dilatada trayectoria en sectores como el calzado, el automóvil, el mueble de contract y de lujo, e incluso la consultoría empresarial, ha decidido dar un paso más para volver a sus orígenes en el campo, y se ha lanzado a producir un aceite de oliva virgen extra (AOVE) bajo la etiqueta Selma Millenary Olive Oil.
Para esta nueva aventura empresarial, Selma, delegado en España y Portugal de la firma de muebles B&B Italia, acaba de crear una nueva firma, Hacienda Cruz de Galindo, para poner en el mercado este nuevo aceite de gran calidad. El ánimo del empresario es que sea el primero de muchos productos de alto nivel culinario (como el turrón o la miel, entre otros, pensados para el mercado internacional). "En alimentación hay mucho por hacer y mucha innovación pendiente de desarrollo", explica. "Específicamente en aceite de oliva, en que España es con mucha diferencia el primer productor mundial, existen múltiples oportunidades para aquellos que entiendan el mercado y estén dispuestos a correr el riesgo de investigar e innovar en diseño, procesos, canales e identificación de zonas y públicos objetivos".
A pesar de que la materia prima procede de una finca de Jaén propiedad del empresario, Selma no duda en defender el carácter netamente alicantino de Hacienda Cruz de Galindo. "Nadie pone en duda que, por ejemplo, Carmencita o Valor son empresas genuinamente alicantinas, pese a que las especias o el cacao procedan en gran medida de territorios alejados de nuestra provincia", argumenta. La sede, el centro de toma de decisiones, el almacén y parte del proceso de fabricación están localizados en la Vega Baja. En cuanto a los proveedores, el aceite es de Jaén, las botellas y el diseño de Italia, la serigrafía de Ibi...
El empresario explica que ha apostado por Jaén como 'despensa' porque en esta provincia se produce en torno al 20% del aceite de oliva del mundo, lo que la coloca como referencia mundial, y porque el 95% del aceite que se produce es de la variedad picual, "probablemente el mejor aceite de oliva en estos momentos, por sus características sensoriales y su eficiencia en la cocina. Desde luego, es el más reconocido internacionalmente y el que garantiza la producción necesaria en cada momento". No obstante, "estamos dispuestos a colaborar con almazaras locales, especialmente en aceite de oliva virgen extra ecológico".
Por el momento, Hacienda Cruz de Galindo trabaja cuatro tipos de AOVE: el Gran Selección (aceituna verde temprana), el Selección (media maduración) y el Orgánico (ecológico), todos en botella de cristal de medio litro; y el de Maduración completa (última cosecha), en lata de 5 litros. "En todo el mundo se consumen sobre 3 millones de toneladas de aceite de oliva al año, lo cual sin embargo representa apenas un 3% del total de los aceites consumidos en el mundo, y sigue siendo un gran desconocido", explica Selma. Así, "tenemos el mejor producto y una baja cuota de penetración, y por tanto una oportunidad a nivel global".
"La estrategia competitiva básica que desarrollamos es la diferenciación con alta segmentación", explica el empresario. La presentación, el diseño del envase, los elementos complementarios y el packaging, por tanto, adquieren también gran relevancia, "y para ello hemos contado con la arquitecta y diseñadora italiana Mónica Armani, reconocida internacionalmente, que ha diseñado tanto el formato de la botella como sus características, así como otros elementos complementarios que iremos presentando progresivamente".
En cuanto al nombre, el empresario ha optado por Selma Millenary Olive Oil como marca comercial por coherencia con el resto de actividades del grupo empresarial, que se conoce por su apellido: "estamos focalizados en un público objetivo similar que ya conoce la marca, por lo que es más eficiente que empezar de cero". En cuanto al uso del inglés, la razón es que "aunque inicialmente nos dirigimos al mercado nacional, queremos comenzar inmediatamente la internacionalización de la empresa tanto en la UE como en China, Japón o EEUU". La marca debe ser la misma en todas partes, por lo que se ha recurrido al idioma de los negocios.