LIMA (EFE). El Dakar 2019, que se disputará íntegramente en Perú, será la edición más atípica de todas, al celebrarse por primera vez en un único país, circunstancia que no ha afectado a la expectación por el rally más duro del mundo, que mantiene una nutrida participación de 534 competidores de 61 nacionalidades.
El director del Dakar, Etienne Lavigne, explicó este martes en Lima, durante la presentación de la edición de 2019, que ésta tendrá un nuevo formato con solo diez etapas y tramos de competición más cortos, pero con la intensidad y dureza clásicas de la carrera.
"Será definitivamente una edición fuera de lo normal. La belleza de las dunas y las características extremas del rally han atraído a cientos de participantes", valoró Lavigne.
Entre los 334 vehículos inscritos hay 167 motos y quads, 126 coches y 41 camiones, incluidos el del español Carlos Sainz (Mini) y el austríaco Matthias Walkner (KTM), los vigentes campeones en las categorías de coches y motos, respectivamente.
Por nacionalidades, los franceses son los más representados, seguidos de España y Holanda en segundo y tercer lugar, respectivamente, mientras que los anfitriones peruanos son quintos en este ránking.
En la lista de partida hay además 135 pilotos debutantes, 69 "leyendas", que han participado en al menos diez ediciones; y 34 que correrán en la categoría de los "originales", la más dura de todas, por no tener asistencia mecánica durante todo el rally.
"Será un Dakar de altísimo nivel. Esta edición excepcional escribirá una página especial en la historia del rally. Gracias a Perú tenemos una geografía excepcional y única para armar un gran evento", apuntó Lavigne.
"Preserven al máximo su condición física hasta el final y utilicen al máximo su conocimiento en el cruce de las dunas", dijo el director del rally a los participantes peruanos que asistieron al acto.
La carrera tendrá su punto de partida y llegada en Lima, con una ruta de diez etapas por el sur de la desértica costa peruana, del 6 al 17 de enero, y un total de 5.000 kilómetros, de los que casi 3.000 serán cronometrados.
El recorrido será íntegramente sobre arena y dunas, con cinco días por el desierto de Ica, a unos 300 kilómetros al sur de Lima, y con nuevos puntos icónicos por los que el Dakar nunca había pasado antes como Duna Grande, la segunda duna más alta del mundo, con casi 1.700 metros de altitud.
Solo habrá un día de descanso, previsto para el 12 de enero en la ciudad de Arequipa, jornada que dará la oportunidad a que los coches y camiones que hayan abandonado en la primera mitad de la carrera puedan reengancharse en esta segunda, para seguir compitiendo en una clasificación separada de la general.
Para diseñar este Dakar, la organización estableció junto a los ministerios de Ambiente y Cultura hasta 23 zonas restringidas cuyo acceso estará prohibido tanto para competidores y organizadores como para el público por ser puntos naturales o arqueológicos.
Para ello se han instalado 78 paneles informativos y 344 hitos que delimitan estos enclaves, mientras que para el público se han establecido treinta zonas de espectadores.
Así se busca evitar que algún automóvil dañe el patrimonio cultural peruano, como en 2013, cuando aparentemente un vehículo que seguía la carrera pasó por encima de las Líneas de Nasca, dibujos realizados en el terreno desértico de Perú hace al menos unos dos mil años por la civilización prehispánica que habitó esa zona.
Como en las anteriores ediciones, este Dakar compensará su huella de carbono, estimada en 15.500 toneladas de dióxido de carbono, con proyectos de conservación en la Amazonía.