Estamos en un momento del año en el que la administración, las distintas administraciones tienen que elaborar el presupuesto para el próximo año. Ocurre siempre por estas fechas. A finales de año o primeros del siguiente se aprueba y entra en vigor. Son las cuentas necesarias para ajustar los ingresos a los gastos, saber lo que debemos y poder hacer una previsión. El año pasado en marzo, todo lo que había hecho se tuvo que cambiar de arriba a abajo. Se planeó un presupuesto para una vida que cambió el 14 de marzo.
También la economía doméstica dio un vuelco y en casa, al principio no tanto, pero después cuando se alargó la cosa, hubo que adaptarse. La economía mundial descendió en picado, ya hemos contado alguna vez que aunque son números, la bolsa y otros conceptos macroeconómicos son muy susceptibles a las emociones y fluctúan al ritmo de sensaciones como incertidumbre y confianza. Y así hemos llegado al momento de preparar las cuentas del próximo año. Sin saber si el virus se irá, lo echaremos o qué va a ser de nosotros más allá de mañana o pasado.
Ayer se detectó en Elche un brote de COVID-19 de 7 casos contagiados en el ámbito social, es decir, en una reunión familiar o de amigos donde relajamos las medidas de seguridad e higiene. En los últimos cuatro o cinco días no habíamos tenido ningún brote. La situación cambia en apenas un parpadeo.
El alcalde de Elche, Carlos González, ha dicho estos días que van a exigir al gobierno de la nación que incluya en el presupuesto que está preparando diferentes infraestructuras para Elche como la finalización de la Ronda Sur, el ansiado AVE que parece que llega en tren chicharra y las conexiones con el tren de cercanías. Así ha iniciado su actividad pública Carlos González este septiembre. Esperaba otro tipo de manifestaciones para comenzar el curso más impredecible de los últimos 50 años.
No nos viene mal de todas formas apuntalar estas obras que nunca terminan, me estoy acordando de una conversación que tuve el martes con el director del Hospital General de Elche que me señaló con acierto que las obras de remodelación de las urgencias del viejo hospital acabaron apenas unas semanas antes de la llegada del SARS CoV-2 a nuestras vidas, lo que fue un alivio para el trabajo que tuvo que soportar este servicio en el Hospital.
No se si el alcalde tenía algo así en mente para su reivindicación pero siguiendo esa línea, los presupuestos municipales de este año deben entonces seguir por donde se quedaron. La emergencia social debería ser el centro del trabajo del ayuntamiento de Elche ahora mismo pero que vuelva a haber empleo y se reactive la economía no es algo que pueda liderar la administración local. Ayuda, canaliza y refuerza, seguro, pero si yo fuera el alcalde, (alcaldesa), lo que le hubiera pedido al Gobierno de la Nación es que se pongan las pilas, se dejen de líos y se arremanguen para trabajar, juntos, sin tonterías ni gilipolleces. Menos mal que no lo soy.