El corresponsal en Barcelona del prestigioso diario británico The Guardian, Stephen Burgen, se hacía eco hace unos días, y en una amplia crónica, de la supresión de carriles-bici en el Sureste español concentrando el asunto en Elche. Burgen aporta una imagen pelín neardental de la ciudad, nadando contracorriente de las tendencias dominantes en Europa para reducir emisiones tóxicas en las zonas saturadas de tráfico: no son tendencias, ojo, son directrices de la Unión Europea quien aporta además suculentos fondos para las políticas de peatonalización y el fomento de un transporte alternativo (a pie, o en bici). Ya saben, todo a 15 minutos.
No sé que repercusión habrá tenido lo de The Guardian, periódico progresista, que en este artículo detalla con pelos y señales las calles en las que se ha suprimido el carril-bici, avenida Juan Carlos Primero y calle José María Buck, así como del gobierno local conservador en coalición con la ultraderecha. Algún mal pensado estima que alguien de Elche ha ido con el cuento al periódico británico. Vaya usted a saber... la crónica incluye también varios párrafos sobre las nuevas políticas de peatonalización del alcalde de Barcelona, el socialista Jaume Collboni, más suaves que las de su antecesora, Ada Colau (por cierto, quiere instaurar ayudas de hasta 2.000 euros para la adquisición de coches eléctricos).
Coincide todo esto con la revolución que ha puesto en marcha el alcalde de Londres, el laborista Sadik Khan, para ampliar a lo bestia zonas peatonales no sólo en el centro sino en toda la metrópolis y sancionar con 14,50 euros diarios a los coches diésel que no cumplan determinados estándares técnicos, "en lado correcto de la historia", como se afirmaba en una información, pelín hiperbólica, de El País. El caso es que el alcalde ilicitano, el popular Pablo Ruz, suavizó este mismo viernes su discurso al asegurar taxativamente que ya no se iban a suprimir más carriles-bici y anunciando al mismo tiempo la instauración de "ciclo-calles" que no sé exactamente en qué consisten: hay que hacer estudios técnicos al respecto.
Yo creo que don Ruz, y su lugarteniente en estas materias José Claudio Guilabert, son plenamente conscientes de que no se pueden permitir tufos neardentales. Y de que tienen que combatir toda la intensa rumorología que se ha desatado en Elche sobre la supresión del dichoso carril en la citada avenida Juan Carlos Primero: lo han hecho, dicen algunos, para que puedan aparcar los papás (pijos) que llevan y recogen a sus hijos en un conocido centro educativo privado. No será para tanto... El alcalde es una persona civilizada y afable: de momento transita por los criterios de la racionalidad, la misma que indica que es una emergencia colaborar para frenar el cambio climático y, también, ayudar a que los ciudadanos respiren el menos CO2 posible.
Ruz transita en los criterios de la racionalidad aunque sea a regañadientes, y a pesar de los socios de gobierno que tiene (Vox). Su homólogo alicantino, Luis Barcala, parece tenerlo más claro aún a costa del aluvión de críticas por tener patas arriba media ciudad: por fin han concluido las obras del paseo Mártires de la Libertad (paralelo a La Explanada), aunque en criterio de la portavoz socialista, Ana Barceló, se trata de un parche hasta que no se concluyan las obras de la Ronda Norte: ocho años tuvo el Botánico para impulsarla... qué mala es la amnesia.
Se especula en algún mentidero con la posibilidad de que Pedro Sánchez rescate a Ximo Puig como ministro en el caso, obviamente, de que sea investido, Sánchez, con el concurso necesario del PNV, Bildu, Esquerra y Junts, entre otros. Eso tendrá que ser a cambio de algo, me dice un destacado socialista. Y se autorresponde él mismo: a cambio de que desmonte el ximismo/lermismo en la Comunidad Valenciana y propicie un relevo generacional y conceptual. Es decir a cambio de que se inmole como poder orgánico territorial. No sé... Por especular que no quede.
Lo que sí sé es que Adolfo Útor, presidente de Balèaria y empresario muy próximo al PSOE, figura en el puesto 93 en el ranking de las mayores fortunas de España según Forbes: 300 millones de euros. Se puede ser rico y de izquierdas, como George Soros que acaba traspasar su imperio a su hijo Alexander, también moderno y filántropo. Bueno, Soros no es de izquierdas exactamente, es liberal en la acepción (amplia) que se le da en EEUU. Útor: un hombre que empezó de la nada, literalmente, y al que le ha funcionado su propio talento e intuición como bisagras del ascensor social. Como a Joaquín Pérez (y hermanos) que acaban de ampliar el negocio de Neumáticos Soledad como proveedores del Ejército. Enhorabuena. Útor es presidente del Consejo Social de la Universidad de Alicante. Y Pérez de la UMH. Vasos comunicantes (¿Habrán hablado de la polémica por la puesta en marcha de la Facultad de Medicina de la UA? Seguro que sí).
CODA. Bramé y vomité en una de mis últimas crónicas pre-vacacionales contra los festejos taurinos al carrer y más en concreto contra los bous embolats. Leo con cierto regusto que esta práctica se acaba de suprimir en El Verger (con alcalde de Iniciativa, Basili Salort) y que ya está extinguida en Xàbia. Gata, Calp, Ondara, Pedreguer y Benissa. Poco a poco. Despacito.