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la comunidad educativa convoca una protesta

El bipartito se reúne con Doalco para desbloquear, sin éxito, la ampliación del IES Tháder

1/06/2022 - 

ORIHUELA.  Las obras de ampliación del IES Tháder de Orihuela vuelven a generar polémica por otro presunto retraso mientras que la adjudicataria y el Ayuntamiento no llegan a un acuerdo. Desde la dirección del centro denuncian que los trabajos están “prácticamente paralizados”. Una denuncia de la que se hacía eco el pasado viernes el Partido Popular de Orihuela y que originó que el Ayuntamiento pidiera explicaciones a la empresa del por qué en esa demora en una obra que, pese a tener un plazo de ejecución de cuatro meses, ya va por los 10. El equipo de Gobierno mantuvo ayer mismo una reunión con la empresa adjudicataria, Doalco, para exigir explicaciones y que se continúe con el proyecto. Las versiones sobre el origen del problema no pueden ser más dispares. El PP, a través de su portavoz, Rafael Almagro, sostiene que el problema radica en que “la empresa dice que hay errores de bulto en el proyecto” y pide más dinero a través de un segundo modificado. La directora del centro de Secundaria, Ana Mas, se manifiesta en la misma línea. Sin embargo, la alcaldesa de Orihuela, Carolina Gracia, apuntaba ayer a este medio que “tal y como dijimos el viernes, no tenemos constancia oficial ni por escrito de que la empresa haya pedido nada ni haya paralizado la obra”. Desde Cambiemos, por su parte, señalaron que sí tienen constancia de que la empresa "quiere un reajuste económico, sin cuantificar. No cuantifica, intuimos, porque están o usando al PP como títeres comunicativos o porque estará intentando buscar un apaño sin dar la cara, como han hecho siempre", afirmó la portavoz, María Sandoval.

De hecho, Gracia señaló que el objetivo de la reunión de ayer fue “mantener una primera toma de contacto con la dirección facultativa para requerirle que cumpla con los plazos de ejecución”. Preguntada sobre si se llegó a algún tipo de acuerdo para desbloquear la situación, la alcaldesa de limitó a señalar que “se van a seguir manteniendo reuniones entre la dirección Facultativa y Doalco para tratar que la empresa entregue en primer lugar el plan de obras que se le pidió y no entregó y que cumplan con el contrato”. La directora del centro, Ana Mas, insistió en que “la empresa ha pedido más dinero. La cantidad exacta la tendrán que decir ellos, pero ronda el medio millón. Presentaron un segundo modificado aduciendo problemas en el proyecto inicial, y no hay acuerdo con la dirección de obras”. “Primera noticia”, contestaba Gracia a estas palabras, mientras insistía en que “de manera oficial la empresa no ha remitido ningún escrito al Ayuntamiento sobre la paralización de las obras. Por eso hemos mantenido esta reunión hoy, para instarles a que muevan ficha y avancen los trabajos”.

Estado de la obra ayer, con un operario al fondo de la imagen. Foto: IJ.

Si bien es cierto que los trabajos “no se han paralizado como tal en ningún momento”, reconoce Ana Mas, “en la práctica es como si lo estuvieran pues apenas hay uno o dos trabajadores, y no se avanza nada, van al ralentí”. Este medio pudo comprobar ayer en las instalaciones del centro cómo apenas había movimiento en la obra, apenas un tractor y un par de trabajadores para un edificio del que tan solo está realizada la cimentación. Lo único que está terminado, a falta de urbanizar, son las pistas deportivas, que ya se han recepcionado parcialmente. “Empecé a preocuparme en mayo cuando, después de volver de las vacaciones de Semana Santa, vi que no se había avanzado nada, llamé a la empresa y empecé a indagar. Fui hablando con unos y con otros hasta que nos trasladaron ese problema entre la empresa y la dirección de la obra”, añade. Lo que temen es que la empresa acabe renunciando, o que el Ayuntamiento rescinda el contrato por su incumplimiento y haya que volver a sacarlo a licitación.

Por su parte, la comunidad educativa del centro ha convocado una manifestación desde la puerta de IES hasta la sede de Doalco para este viernes, a las 13 horas, con el objetivo de que se ponga solución a una ampliación que llevan ya 23 años esperando y que les está dejando “atrapados por la desesperación y la impotencia”. La ampliación del centro, enmarcada dentro del Plan Edificant, fue adjudicada en abril de 2021, con el fin de dar solución a los problemas de espacio que arrastra el centro desde hace 23 años. Las instalaciones, inauguradas en 1992, se construyeron para albergar 12 unidades educativas, ya que solo se impartía Bachillerato. En el año 1998, pasó de 12 a 18 unidades educativas. Desde entonces, la pérdida de espacios comunes ha sido una constante con el fin de albergar las nuevas aulas para acoger ese exceso de alumnos y las aulas dedicadas a las especialidades, como Música o Tecnología. De hecho, el centro carece de biblioteca, la mitad de los departamentos se han reconvertido en aulas y las zonas comunes y diáfanas, dedicadas al descanso o espacios de circulación, han sido tabicadas para albergar nuevas aulas. La pandemia no hizo más que acentuar el problema, pues con las nuevas ratios, que albergaban a un menor número de alumnos por clase para poder guardar las distancias de seguridad, hizo que pasaran a tener hasta 24 unidades docentes. “Lo último que hemos perdido han sido los laboratorios, que han tenido que convertirse en aulas convencionales por la falta de espacio”, lamenta la directora.

Mientras tanto, los seis barracones continúan acogiendo a buena parte de los 550 alumnos con los que cuenta el centro, y que temen que no se eliminen para el próximo curso tras el chasco que supuso tener que seguir en ellos en septiembre, cuando ya debería haber estado terminado el aulario. La ampliación del centro, además de las nuevas pistas ya realizadas, cuenta con un nuevo pabellón deportivo destinado a las clases de Educación Física, y también de un aulario con capacidad para cuatro aulas convencionales, otras cuatro de desdoble, despachos, un aula de Tecnología, otra de Música, departamentos y servicios.

La incomodidad de los barracones no son el único inconveniente de seguir esperando el nuevo edificio. “Hemos perdido servicios, los aseos que estaban en el patio, por el avance de la obra. No tenemos ni una zona de sombra en el patio y, hasta que se terminen los nuevos edificios, el pabellón y el aulario, alumnos y profesores deben dar un buen rodeo para acudir a las pistas exteriores, donde se realizan las clases de gimnasia”. La falta de techo ha originado, de hecho, que hayan tenido que modificar los horarios de Educación Física para evitar que coincidan con las horas centrales del día. “Tampoco tenemos material para impartirlas, pues no hay gimnasio y todo el material lo tenemos guardado en un almacén cercano, a la espera de que terminen las obras. Solo tenemos algunas cosas que se han comprado y que los profesores tienen que estar sacando y metiendo a rastras”.

La polémica no ha hecho más que empezar. Tras el cruce de acusaciones entre el equipo de Gobierno y el PP, ayer se sumó a las críticas Cambiemos, quien cargó contra la mercantil Doalco y contra los populares, a quienes acusó de la situación actual. “La licitación a la baja planteada por Doalco y consentida por el Gobierno Local, que supuso un total de 2.227.241 euros, un 20% menos de lo que Conselleria estipuló que era necesario. Ha supuesto parte de este problema, junto con la poca vergüenza de una empresa que lleva años con ganancias muy sustanciosas procedentes de dinero público y ahora pretende abandonar a toda la comunidad educativa del IES Tháder”, señalaron en un comunicado.

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