BENIDORM (EFE). El Balonmano Benidorm, tras una primera parte de temporada repleta de incidencias, disputará en diciembre cuatro partidos de la Liga Asobal, tres de ellos como local, vitales para encarrilar la permanencia en la máxima categoría del balonmano nacional.
El maratón del equipo de Latorre comenzará este sábado ante Puente Genil, rival tradicionalmente incómodo, en un partido correspondiente a la décimo sexta jornada. Posteriormente, el 12 de diciembre, el Benidorm visitará Cuenca para medirse a una de los equipos más en forma de la competición en el último partido de la primera vuelta.
Sin embargo, el Benidorm deberá afrontar una semana más de Liga para recuperar partidos aplazados en su momento por varios casos de coronavirus en sus rivales.
El 16 de diciembre el Benidorm regresará a su pista para enfrentarse al Cangas, uno de los equipos implicados en la pelea por la permanencia, y cerrará un año muy accidentado con la visita del Atlético Recoletas Valladolid, en otro partido aplazado su día por positivos en el conjunto castellano.
El Benidorm, que afrontaba su proyecto más ambicioso desde que ascendió a la Asobal hace siete temporadas, no ha podido rendir como hubiera deseado por varios factores, aunque el que más ha influido ha sido los continuos parones de la competición.
El equipo de Latorre, que llegó en noviembre a tener más partidos aplazados que disputados, ha echado de menos tener continuidad y ritmo de competición.
"Así se hace muy complicado preparar los partidos", confesó Latorre, quien llegó a denunciar que la competición estaba "adulterada" cuando a su equipo comenzaron a acumulársele partidos aplazados.
"No estamos en las mismas condiciones los que jugamos tres partidos en una semana que los que solo tienen uno", lamentó Latorre, quien cansado de los parones en las últimas fechas ya solo pide "que se pueda jugar para coger ritmo de competición".
Durante esta primera vuelta, el Benidorm también ha sufrido la baja de dos jugadores importantes como Jorge Pabán y José Costa, además del impacto anímico de ser eliminado de Europa por un falso positivo y de dejar escapar resultados favorables en los últimos segundos en cuatro partidos.