ALICANTE (EFE). Los Campeonatos de España de atletismo sirvieron para que algunos de los principales atletas nacionales que concurrieron a la cita se exhibieran antes de acudir a los Juegos Olímpicos de París, en los que estarán también las mediofondistas Lorea Ibarzabal, Águeda Marqués e Irene Sánchez Escribano y la velocista Jäel Bestué, que lograron la mínima en La Nucía.
El Estadio Olímpico de la Ciudad Deportiva Camilo Cano de La Nucía (Alicante) se vistió de gala durante tres días para recibir a lo más granado del atletismo español, que exhibió músculo antes de la gran cita del año.
El campeonato nos dejó el triunfo de grandes campeones en sus respectivas disciplinas como Ana Peleteiro (triple salto), Dani Arce (3.000 obstáculos) Oscar Husillos (400), Laura Redondo (martillo), Belén Toimil (peso), Jorge Ureña (decatlón) y Adel Mechaal y Esther Guerrero (1.500).
También Jordan Díaz, que tras coronarse campeón de Europa de triple salto no encontró rival sobre el foso en La Nucía, igual que le ocurrió a Yulenmis Aguilar en jabalina. Dos atletas llamados a dar muchas alegrías a España a nivel internacional.
Los que refrendaron su condición de estrellas internacionales, pese a su juventud, fueron Quique Llopis y Mohamed Attaoui.
Llopis, actual subcampeón de Europa, es ya una estrella mundial. Brilló en los 110 vallas con una victoria contundente gracias a un tiempo de 13.09, siete centésimas menos que su anterior marca personal y que además le permitió igualar el récord de los campeonatos que poseía en solitario el hispano-cubano Orlando Ortega. Además, se convierte en el sexto atleta en el ránking mundial del año.
Attaoui, a sus 22 años, se llevó con 1.45.03 y una espectacular remontada en el tramo final la carrera de 800 quizá con más nivel de la historia del atletismo español. No en vano segundo fue una joven perla de origen hondureño, Elvin Josué Canales, y Adrián Ben tercero. Fuera del podio se quedó gente del nivel de Mariano García, Álvaro de Arriba y Saúl Ordóñez.
La carrera femenina de 800 no tuvo menos emoción. Lorea Ibarzabal revalidó su título tras protagonizar un excelente final en los últimos cien metros, parando el crono en 2:00.12, récord de los campeonatos. Su compañera de entrenamiento, la joven Daniela García, de 22 años, repitió subcampeonato absoluto con 2:00.83, al verse superada en esos últimos cien metros por Lorea.
Con ese tiempo, Lorea Ibarzabal logró la mínima para los Juegos Olímpicos, igual que hizo Jäel Bestué en los 200 (22.73), Águeda Marqués en 1.500 (4:03.90) e Irene Sánchez Escribano en 3.000 obstáculos. Precisamente en esta última carrera el objetivo lo consiguió la toledana tras un bonito trabajo en grupo.
La carrera estuvo diseñada por Antonio Serrano para que Sánchez-Escribano consiguiera el objetivo de bajar de 9:27.00 y hacer la mínima olímpica. Para ello involucró también a sus otras dos atletas, Carolina Robles y su hija Marta, que ejerció de liebre en los primeros mil metros. Posteriormente, Carolina e Irene se quedaron solas hasta que quedaron cuatrocientos metros, cuando la primera cambió el ritmo y, más fuerte que la toledana, entró en meta en solitario parando el crono en 9:22.19 para sumar su segundo título nacional en la distancia.
Por detrás Irene Sánchez Escribano consiguió su objetivo rebasando esa marca de 9:27.00 con 9:24.47 y, nada más cruzar la meta, se tiró al suelo para abrazarse con su compañera y amiga Carolina Robles, exhausta tras el esfuerzo.
Sin la granadina María Pérez, los diez kilómetros marcha fueron para la barcelonesa Raquel González, que aprovechó la oportunidad para subir a lo más alto del podio nacional por tercera vez.
En la categoría masculina Álvaro Martín sumó su séptimo entorchado nacional y demostró que ahora mismo es el mejor marchador español y que llega a los Juegos Olímpicos lanzado y dispuesto a todo.
Uno de los momentos más emotivos del campeonato se vivió en el lanzamiento de peso con Carlos Tobalina. El cántabro ganó por séptima vez el campeonato de España y se despidió de la alta competición emocionado y con un homenaje de los aficionados que acudieron al estadio, algunos de los cuáles portaron caretas con su característica barba.
El joven madrileño Abel Jordan, que a sus veinte años estudia en la universidad de Fullerton (California) y compite en el circuito estadounidense, demostró que es un atleta muy a tener en cuenta y que si mantiene su progresión puede llegar a hacer cosas importantes. En La Nucía se llevó el oro en los 100 metros y el bronce en los 110 metros vallas con 13.55, marca personal.
Y la jabalina masculina fue cosa de familia. El líder del año y único atleta español este año en superar los 80 metros, Manu Quijera, campeón en 2019 y 2022, volvió a ganar lanzando hasta los 78,47 metros, un poco más lejos que Nash Lowis, segundo con 77,93. Tercero fue el hermano de Manu, Nicolás, que ganó el pasado año y en esta ocasión quedó tercero con 75,31.
