a través de una galería de imágenes de la playa del postiguet y de los balnearios del momento

El Archivo de Alicante muestra cómo era el 'AirBnB' del siglo pasado

21/07/2020 - 

ALICANTE. Como el mejor airBnB con vistas al mar, concretamente, a la playa del Postiguet. ¿Quién dice que el origen de la modalidad 'Bed and Breakfast' en la ciudad de Alicante no se podría remontar al siglo pasado? O incluso ser anterior. A los fondos del Archivo municipal se suman ahora una serie de fotografías en las que aparece un paisaje diferente en el Postiguet con la existencia de los balnearios, presencia de bañistas y veraneantes entre el XIX y el XX.

Son reportajes de los fotógrafos Francisco Sánchez y Eugenio Bañón. "Es muy curioso, pero las playas y el clima de Alicante siempre han sido factores primordiales", comienza explicando Susana Llorens, directora del Archivo y quien, junto al resto del equipo, se ha encargado de organizar esta muestra, igual que las otras colecciones, que pueden consultarse online o de manera presencial. La exposición de los balnearios alicantinos comienza con un documento esencial para la comprensión del contexto. "El primer rastro es un manuscrito del alcalde del momento, Miguel Pascual de Bonanza, del 3 de julio de 1847, y que da una serie de normas con la llegada de la temporada de baños de mar", explica la archivera. Entre estas, y tal vez la más significativa, la delimitación de los espacios por sexo. "Se incidía mucho en que hombres y mujeres no se mezclaran. Es curioso el símil con la situación actual por el coronavirus, aunque ahora los límites se fijan para evitar contactos, y no por un asunto sexista", reconoce Llorens.

Así, en la muestra -que se puede visitar aquí-, escenas multitudinarias, aunque ni rastro de mascarilla. "Inimaginable ahora", subraya. Como otras curiosidades colaterales, ellos tenían un recorrido hasta la zona de la Virgen del Socorro, y ellas, hasta el Matadero. "Para evitar cruzarse. Entiendo que, a los inicios, las familias se separaban durante estas vacaciones. ¿Los niños y niñas? No se habla, igual los chicos irían con los padres y las pequeñas con las madres, pero es una interpretación mía", insiste Llorens. A los balnearios de los años treinta -en las fotografías se cuentan hasta una docena, aunque al final, tras los bombardeos de la Guerra Civil, quedaron unos siete, y luego solo dos, la Alhambra y el Alianza, demolidos finalmente con la creación del nuevo paseo- se sumaba el posible concepto de nudismo, vigente desde tiempos inmemoriales. "No se contemplaba; de hecho, en el mismo bando especifica que tenían que ir 'decentemente cubiertos', para poderse bañar tanto de día como de noche", ratifica la directora del Archivo municipal de Alicante. De hecho, los "individuos de protección y seguridad pública", Guardia Civil, policía y vigilantes del Ayuntamiento eran los encargados de controlar que se cumpliera todo a rajatabla. Los castigos podían oscilar desde una multa de diez a treinta reales, aunque en el documento rescatado se rectifica y se sube hasta los cuarenta, según la circunstancia del caso, siendo los padres tutores o encargados de los menores y las faltas que estos cometieran. 

El bando, de cinco puntos, era de obligado cumplimiento para toda la ciudad de Alicante. Eso incluía, claro, a los visitantes que fueron llegando con el paso de los años y el éxito del invento. "Por las referencias documentales, sabemos que al principio venían de los pueblos cercanos, hasta el surgimiento del famoso tendido férreo que unía la capital de España con la ciudad -el primer puerto con el que se conectaba, de ahí que se diga que Alicante es la playa de los madrileños-, y que fue inaugurado el 25 de mayo de 1858 por la Reina Isabel II, con su marido, Francisco de Asís, tal y como rescata en un vídeo colgado en el Facebook de la Concejalía de Cultura con motivo de la exposición de los balnearios el historiador y miembro del Consell Valencià de Cultura Joaquín Santo. Un fomento del turismo "tremendo", como recuerda este último, el de venir 'a tomar los baños', como se conocía esta práctica, a Alicante.

Y es que el mar se acercaría incluso hasta las clases más desfavorecidas, con los llamados trenes 'botijo', ya que los pasajeros traían consigo este artilugio, a modo de refresco, para soportar el calor. Otras curiosidades, como los 'novenarios': solo nueve baños eran los salutíferos, y de 'Virgen a Virgen', entre el 16 de julio, la del Carmen, y 15 agosto, la de la Asunción, como decían los médicos. Baños muy calientes con algas para la artritis, la artrosis o enfermedades reumáticas eran los que se tomaban en el Postiguet, derivado de 'postigo', puerta pequeña, con cerrojo, que servía de entrada al mar directa para los marineros del Raval Roig en la que hoy se conoce como playa del Cocó. "A través de las imágenes, podemos conocer mucho de la toponimia, y de cómo han ido cambiando los márgenes de nuestras playas, con las edificaciones y construcciones defensivas del momento, además de que se centralizó una rentabilidad a nivel turístico", concluye la directora del Archivo municipal, que está trabajando en "dar salida" a la difusión del mismo, "las veinticuatro horas, y a toda la ciudadanía", con el impulso que están recibiendo en redes sociales las exposiciones que se han convertido ya en permanentes, como los setenta años de Hogueras, o el espacio dedicado a 'Dones en la República', y que da continuidad a la muestra previa. 

Los balnearios de la época 

A los balnearios se accedía por una pasarela que, una vez cruzada, llegaba hasta la cafetería o restaurante. "Arriba, algunos tenían solárium y, cuando bajabas, encontrabas las habitaciones, los vestuarios, donde las familias dejaban la ropa, y tenían un acceso directo al mar". Llorens recuerda que los primeros eran de madera. "Sería impresionante el olor a mar, además del calor que pasarían los bañistas, que iban con chaqueta", remarca. Un turista al que no le importaba en absoluto y que, desde Madrid o cualquier otra parte, sigue a día de hoy buscando lo mismo en Alicante. Los famosos baños de mar, ahora, con restricciones actualizadas hasta nuevo aviso.

Efectos de los bombardeos sobre el balneario de La Alhambra, 1939. Foto: Sánchez



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