El árbol y las nueces de Alvise Pérez se dejan ver por Alicante 

30/05/2024 - 

ALICANTE.  Casi como si mi destino y la trayectoria de la furgoneta electoral se hubiesen cronometrado y concertado un encuentro esporádico, nada más pasar por una de las arconadas entradas de la Plaza del Ayuntamiento de Alicante me topé con el transporte de campaña de Alvise Pérez. Un monovolumen parecido a esos que se alquilan para volver a casa después de una despedida de soltero, de esa fiesta de la que al flamante candidato de la formación antisistema  se le encomendará la función de apagar la luz.

Al adentrarte en el cogollo de la concentración electoral uno se encuentra con muchos chicos jóvenes, que si me apuran, me atrevería a decir que esta es la primera cita electoral en la que se les concede el derecho a votar.  Rodean a Alvise, le dan la mano, le piden selfies, le reciben con honores de Estado en su patria emocional y le protegen con el palio de las expectativas de unos ateos incrédulos con la política. Los de la plaza recogen papeletas para protestar contra los que están en los despachos del Ayuntamiento, reniegan de un sistema que no les ha convencido o que les ha traicionado. Con una visión panorámica uno se topa con ardillas por todas partes (representa la mascota electoral de la candidatura), es como si en lugar de estar en la ciudad te hubieses teletransportado al Campus de la Universidad de Alicante. Está bien traído lo del pequeño roedor silvestre porque si muchas encuestas dan opciones a Se Acabó la Fiesta de sacar representación es precisamente porque Alvise ha sabido captar las nueces de un árbol sistémico enfermo. La anti-política nace la política en sí misma, surge de la sabia vieja y parasitada que marchita todo a su paso.

Pasado unos minutos, los fieles parroquianos le piden a su gurú que diga algo, que hable, que vean: él réplica contra Irene Montero mientras sus seguidores repiten reclamando lo que ha dicho. Los nuevos partidos surgen de la costilla del cadáver putrefacto de los dirigentes pasados; si los partidos tradicionales no hubiesen incumplido sus promesas quizá formaciones como la de Alvise nunca habrían existido y sus opiniones no habrían salido de la red de Twitter. A río revuelto ganancia de pescadores, unos que quieren pescar en un electorado harto del sistema. No luchan porque aman lo que tienen detrás sino porque detestan lo que tienen delante.       

Noticias relacionadas