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nave cerrada en el muelle 17

Eiffage equipa la terminal antigraneles y programa la primera carga cubierta reivindicada durante años

21/02/2022 - 

ALICANTE. Punto final a la manipulación de mercancías pulverulentas al aire libre tras años de reivindicaciones. Eiffage Infraestructuras culmina la construcción de la terminal específica para el tratamiento de graneles en el Puerto de Alicante y programa la realización de la primera carga real de un barco entre finales de marzo y los primeros días de abril. 

La compañía ha completado ya el montaje de la estructura del edificio, una nave cerrada levantada sobre el muelle 17, y se afana en el montaje de los equipos que transportarán las mercancías de manera automatizada entre los camiones y los barcos con el propósito de poder iniciar la fase de pruebas en el margen de entre una y dos semanas.

Las últimas piezas de ese engranaje -precisamente, las que componen el brazo de carga que debe entroncar con los barcos- llegaron a Puerto este jueves, con lo que se prevé completar su instalación en breve. De este modo, se prevé poner a prueba su funcionamiento a mediados del mes de marzo, con cargas realizadas mediante grúas para perfeccionar posibles desajustes, antes de que pueda quedar operativa para gestionar la llegada de embarcaciones.

Eiffage Infraestructuras se convirtió en adjudicataria de la construcción de la terminal en julio de 2018, después de que la suya fuese la única propuesta interesada que concurrió por la concesión en el concurso convocado por el Puerto en enero de ese año. 

Las últimas piezas del engranaje del brazo de carga llegaron al Puerto este jueves, por lo que solo resta su montaje para iniciar la fase de pruebas

Después de casi dos años de trámites y modificaciones, la construcción de la terminal se inició en noviembre de 2020, mediante la realización de obras de refuerzo y de estabilización del muelle 17. No obstante, el montaje del edificio propiamente dicho se hizo esperar hasta febrero de 2021 con la previsión de que pudiese entrar en funcionamiento un año después, en el primer trimestre de 2022. 

La nave de procesamiento tendrá 25,7 metros de altura, 45 de anchura y 292,5 de longitud, después de que la compañía optase por modificar sus dimensiones iniciales para introducir mejoras en su funcionamiento. Entre ellas, la introducción del sistema de tratamiento automatizado con lo que se limita la presencia de trabajadores en la manipulación de materiales.

Con esas modificaciones, la inversión necesaria para la ejecución del proyecto se elevó hasta los 17,5 millones. Una suma que la compañía podrá amortizar a cambio de asumir su explotación comercial por un plazo de 30 años. Su puesta en funcionamiento, permitirá dar continuidad a una actividad que genera cerca del 50% del tráfico del Puerto. 

Además, la comercialización de esos graneles (restos de calizas) contribuye a proporcionar una nueva salida comercial para los residuos generados en las canteras del Vinalopó, sin que resulte necesario su depósito en vertederos, ya que garantiza que puedan reutilizarse en la producción de cemento, asfalto, acero, pintura, piensos o incluso en la industria alimentaria.

De igual modo, su inicio de actividad permitirá dar por satisfecha las demandas planteadas por residentes y colectivos conservacionistas desde hace más de una década para que la operativa de carga y descarga se realizase bajo techo, en nave cerrada, para evitar la propagación de partículas a la atmósfera. La construcción de esa nave cerrada fue, de hecho, un condicionante incorporado por la Conselleria de Transición Ecológica a la hora de conceder al Puerto la autorización de emisiones a la atmósfera para el desarrollo de la actividad, a finales de 2016.

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