ALICANTE. En la provincia de Alicante residen, establecidos de forma permanente, unos 25.000 ciudadanos de origen ruso que cuentan con una vivienda en propiedad en la Costa Blanca, principalmente en Torrevieja y la capital, pero también en la Marina Alta y Baixa. Muchos de ellos, como Aleksandr Chepurnoy, presidente de la Casa de Rusia en Alicante, llevan décadas viviendo en la provincia y han adquirido la nacionalidad española.
Sin embargo, las sanciones económicas impuestas por la comunidad internacional al país eslavo tras la invasión de Ucrania han atrapado a este colectivo, que pese a residir en España y contar con vivienda en la provincia, sigue utilizando los sistemas bancarios rusos para su día a día. Según relata Chepurnoy, muchos de estos miles de residentes han visto con preocupación cómo se han quedado sin acceso a sus cuentas, tras la expulsión de los bancos rusos del sistema de pagos mundial Swift.
Una circunstancia que ha provocado que sus tarjetas de crédito dejen de funcionar en los cajeros, y que deja en el aire cómo afrontarán sus próximos compromisos de pago, como recibos de los suministros domésticos, cuotas de la hipoteca o impuestos municipales. "Han comenzado a llamarnos muchas personas que han intentado utilizar sus tarjetas y no han podido, no saben cómo van a conseguir efectivo y afrontar sus próximas facturas", explica el presidente de la asociación, fundada en Alicante en 2012.
El problema no afecta solo a los residentes, sino también a algunos turistas a los que la ofensiva del Gobierno ruso y la respuesta de Occidente ha sorprendido en la Costa Blanca. "Esta gente tampoco puede usar sus tarjetas desde ayer, y tampoco saben si van a poder volver a su país", relata Chepurnoy. Si bien la afluencia de turistas rusos ha bajado sensiblemente desde la pandemia, la suspensión de los vuelos entre España y su país de origen llena de incertidumbre el futuro inmediato de los afectados.
Chepurnoy también denuncia, en conversación con Alicante Plaza, una segunda consecuencia, no menos grave, de la reacción internacional a la ofensiva rusa en Ucrania. "Muchos de los rusos que vivimos en España no estamos de acuerdo con el conflicto, pero de repente hemos empezado a sufrir acoso, insultos y episodios de violencia". Una situación especialmente crítica en los colegios, donde algunos alumnos de procedencia rusa han comenzado a ser víctimas de acoso por parte de sus compañeros.
Precisamente, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, pedía este martes huir de la "'rusiofobia' porque hay muchos rusos en contra de la guerra. No se trata de satanizar países o pueblos, no hemos de castigar a los pueblos sino centrarnos en los dirigentes". Puig se pronunciaba así en la reunión de coordinación junto a varias consellerias para poner en marcha las primeras medidas del Consell en relación al conflicto, entre las que destaca el ofrecimiento de 2.094 camas para tratar a heridos en el conflicto.
De igual forma se pronunciaba la asociación de promotores de Alicante, Provia, al pedir que "no se criminalice a los ciudadanos rusos, ya que la mayoría de ellos no apoyan el conflicto". Los asociados de Provia, además, ofrecerán viviendas que están desocupadas para alojar a los refugiados ucranianos que lleguen a Alicante. Los asistentes a la reunión señalaron la necesidad de colaborar en este sentido y, por ello, se dispondrán las viviendas ante las administraciones para su uso por parte de ciudadanos procedentes de Ucrania.