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se presenta al Premio Literario de Amazon Storyteller 2020

Dublineta Eire: "Las novelas románticas pueden servir de terapia para remontar tras una ruptura"

26/08/2020 - 

ALICANTE. Con el calor que está cayendo, la crisis sanitaria del coronavirus, la financiera y los problemas del día a día... que llegue una novela fresca, amena, confidente y de calidad, es una buena noticia. En una época donde la épica, el suspense o el drama son los géneros que más espacio ocupan en las estanterías, las columnas de opinión y las charlas de cafetería, Dublineta Eire sigue fiel a su inconfundible estilo de narrar una historia. 

En su última novela ha cambiado un poco, solo un poco, de aires. Después de obras como Enamorada por los pelos o Almagedón in Corpore, la escritora ha publicado un libro con un tono más serio titulado Algo más que palomitas. “En realidad, al empezar una novela nunca lo hago pensando en hacer reír al lector o en crear situaciones graciosas, parece ser que esto me viene de serie”, comenta. “Cuando un personaje, porque casi siempre parto de un personaje, me viene a la cabeza y me ilumina, todo en apariencia es normal”. 

El proceso de escritura de Dublineta parece sencillo, pero en realidad como cualquier obra nacida desde cero, de sencillo tiene más bien poco. “El día que me senté a escribir Enamorada por los pelos, la idea surgió doblando calcetines en la habitación de mis hijos pequeños, varios se me habían desemparejado y de repente pensé: ¿cómo sería mi vida si me hubiera llamado Mari Puri? Dejé la ropa y me puse en el ordenador y ya luego vino el resto”, recuerda. “Que eso no significa que luego lo haga el lector, hacer reír es complicado. Lo que a uno le parece gracioso a otro le puede sentar como un bofetón. Mi objetivo es hacer que desconecte y disfrute del tiempo de lectura”.

Indudablemente, la autora ha querido pintar el lienzo con mayor seriedad. “En esta ocasión, con Algo más que palomitas, digamos que la trama en sí es la que le ha dado esa seriedad y no las situaciones que vive la pobre protagonista”, señala. “Ella sufre miedo a la soledad, que yo en principio desconocía que se tratase de una fobia como tal. Después de buscar información para saber qué temores o qué limitaciones podría provocar vivir con este miedo, descubrí que es algo que padecen muchas personas y se llama Eremofobia”.

Cualquier tema se puede abordar desde el humor con respeto. “El tema es serio, por lo que por mucho que la protagonista mantenga conversaciones, o viva situaciones que por el tono en el que están narrados pueden arrancarnos alguna sonrisa e incluso carcajada, si profundizamos, no es un tema para reírse”, comenta la autora. “Me pareció interesante hablar de esto y conocer qué sienten o cómo se pueden llegar a comportar las personas que lo sufren y, a través de Edna, vamos conociendo sus miedos y lo que piensa. De ahí, a lo mejor, que mis lectores insistan en que es mi novela más seria, incluso, alguno que otro ha comentado que es la más madura”, apunta.

“¿Qué mejor modo de comenzar una novela que con una pareja rota?”

La protagonista rompe una relación y tiene que comenzar otra vez, los reinicios vitales son una fuente inagotable de historias. Es una buena oportunidad para reconducir al protagonista, salvarlo o condenarlo. “Si hablamos del amor, las rupturas están a la orden del día y son una parte más de las historias que, por otro lado, dan mucho juego en la literatura. Y qué mejor modo de comenzar una novela que con una pareja rota”, comenta. Volver a empezar es complicado, pero también puede ser una gran oportunidad de hacer las cosas mejor. “Cuando la protagonista no sabe qué hacer con su vida y cree que todo se ha terminado, porque pensaba que estarían juntos para siempre, se hace miles de preguntas que harán que el lector necesite seguir leyendo para averiguar qué va a suceder”, dice Dublineta. “Lo interesante es el cómo lo conseguirá, si es que lo consigue, claro”.

Al final, todo el mundo, en mayor o menor medida, ha pasado por una ruptura; es mucho más cotidiano que una invasión alienígena. “Parecerá una tontería, pero hay muchas novelas románticas que podrían servir de terapia para remontar tras una ruptura. No vamos a leer nuestra historia, sin embargo, habrá situaciones, pensamientos o algo que hará que nos sintamos identificados con alguno de los personajes y veremos que de todo se puede salir”, comenta.  

Algo más que palomitas se puede encontrar en Amazon y su autora, este año, por cuarta vez, se ha presentado al Premio Literario de la plataforma. “La primera vez que me presenté iba totalmente perdida; había escuchado hablar de este certamen muy por encima y no tenía ni idea. Estaba a punto de publicar Un donut por tus pensamientos y varias compañeras me comentaron que esperara un mes, que era cuando comenzaba el premio, así que, como me daba igual una fecha que otra, les hice caso y probé”, recuerda.

Ciertamente, parece un galardón interesante por la repercusión que se puede obtener con él. “Tengo que reconocer que fue increíble”, dice. “Me habían hablado muy bien, pero la experiencia, tanto a la hora de ganar visibilidad como lectores, fue tan buena que decidí volver a presentarme al año siguiente con Enamorada por los pelos y podría decirse que la buena experiencia superó de manera inimaginable a la del año anterior. Así que cada año que puedo, me presento con una nueva historia”.

Los premios son una fantástica ventana para el mundo, para que el público pueda explorar tu obra gracias al reclamo del mismo. “Lo bueno que tiene el Premio Literario de Amazon es que tú controlas todo como cuando publicas una novela en cualquier otro momento del año; para participar solo tienes que incluir la palabra clave que te indican”, comenta. “Es para autopublicados. Subes tu novela a la plataforma en formato digital y en tapa blanda. Ganas visibilidad; al menos, desde mi experiencia, mucha más que si publicaras en otra época del año. Conoces, casi en tiempo real, el número de páginas leídas y las ventas”.

Toda visibilidad es bienvenida, y más en un mercado tan duro y competitivo como el literario. “Este año, en lugar de tener desde el 1 de julio hasta el 31 de agosto para presentar la novela, lo han ampliado al 1 de mayo. Luego, un equipo de Amazon elige a los cinco finalistas —nadie sabe qué buscan ni cómo lo hacen— y el ganador lo decide el jurado”, explica la autora. Muchos grandes escritores y escritoras han comenzado sus carreras con premio, como Laura Gallego con Finis Mundi y el Premio Barco de Vapor. “Me parece uno de los mejores premios, pues, aunque no seas uno de los cinco elegidos, desde el día que has publicado, si has tenido ventas las recibes tú. No es como en otros premios o concursos en los que envías el manuscrito y tu historia está ahí secuestrada esperando a ser leída y seleccionada; salvo que seas el ganador, no hay ingresos”. Dublineta solamente ha autopublicado, algo cada vez más normal entre los escritores.

La autopublicación aporta mayor libertad, y menos sometimiento a plazos de entrega o directrices ajenas. “Reconozco que yo soy muy mía a la hora de escribir”, apunta. “Nunca me planteo si la historia que quiero contar será o no comercial, si va a la moda o si es fiel a un determinado género. Escribo lo que quiero y cuando quiero; en realidad, solo escribo cuando estoy inspirada y no me marco una fecha para que esté acabada”.

Ser dueño de todo en tu libro es un privilegio que antes solamente podían ostentar los autores más influyentes y que más vendían. La autopublicación te permite la libertad de hacer el libro como tú quieres. “Me encanta decidir qué portada quiero, y cuando visualizo la que creo puede funcionar para la historia, como no consiga que sea esa, puedo volver loco hasta el más cuerdo”, señala. “Y luego viene la parte de querer morirme o de los que me rodean de querer asesinarme: el título. Todos los que me conocen o me han leído dicen que mis títulos son muy acordes con mis novelas. Puedo tardar meses en dar con el que me dice algo, si no, no publico. No sé yo si sería comercial en una editorial con el libro guardado en el cajón esperando a que les comunique que ya lo tengo”, reconoce la autora.

Al final se gana en unas cosas y, por supuesto, se pierde en otras. Es una decisión muy personal. “No sé, hasta la fecha le veo más ventajas que inconvenientes a la hora de publicar por mi cuenta y riesgo. De todos modos, si alguna editorial —que esté leyendo la entrevista— está interesada en alguna de mis historias, yo no cierro puertas, pero no me veo con la paciencia suficiente de ir enviando manuscritos y que no me contesten”, comenta Dublineta.

Antes de seguir, es interesante saber de dónde le viene esta enorme pasión por la literatura a la autora. “Escribir, escribo desde que recuerdo, pero jamás lo hice con la intención de publicar; era algo inalcanzable y por eso creo que no me lo planteé, porque era otra época en la que no existía esto de Internet”, recuerda. “La historia de por qué me lancé a esto de dar a conocer una de mis historias, fue más una casualidad. Siempre digo que la culpa la tuvo la crisis de los cuarenta y la tontería esa de que no hay que morirse sin plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. No sé si es exactamente así, pero vaya, que por ahí van los tiros”.

La historia de Dublineta es muy interesante, no solo por la de cumplir un propósito, sino por la de creer en una misma, y de tener a tu alrededor a gente que te apoye desde el cariño. “El año que cumplí los cuarenta puse fin a una historia, y mi marido me propuso publicar el libro y hacerlo a lo grande —él es muy de soñar a lo bestia—, a mí me pareció divertido y nos pusimos a ello”, rememora.

“Mandé a imprimir mi primer libro, Días de caracoles y pastillas, busqué un sitio para reunir a la gente y los cité. Todo lo organicé en quince días”, recuerda. Yo creo que no estaba nerviosa porque no era consciente de lo que estaba haciendo. Suelo ser de las que se lanzan sin pensar en las consecuencias, buenas o malas. La presentación fue en el auditorio del centro de negocios de Alicante. Para mi sorpresa, puedo decir que antes de empezar ya se había alcanzado el aforo permitido”.

Ver cómo la gente ha ido a tu presentación es una de esas sensaciones que son difíciles de explicar. “Fue una de las mejores experiencias, más por la acogida de la gente, de amigos y familiares y algún que otro despistado que se presentó allí sin saber muy bien, creo yo, a qué iba, pero se quedó hasta el final. A partir de esto, me vine arriba, o más bien se desató la bestia de contar historias que llevaba dentro sin yo saberlo y empecé a escribir todos los días y publicar; ya no formaba parte de la crisis de los cuarenta. Me di cuenta que era divertido lanzar al mundo mis novelas”, comenta.

La comendia romántica siempre ha tenido un público fiel, siempre ha estado en boga, incluso en el cine. Tiene algo especial que engancha a personas de diferentes edades, ese punto intergeneracional es básico para su supervivencia. “Supongo que por el modo en el que está contada la historia. Mezclar el humor con el amor es una buena combinación y queramos o no eso vende”, reflexiona. “Reír es sano y ver cómo se gesta o se desarrolla una relación, bien sea en la gran pantalla o en un libro, nos hace sentir bien. Muchas de las situaciones que viven los protagonistas, que, de ser la vida real, maldita la gracia que tendría que les sucedieran alguna de ellas, al ser ficción y estar escrita, es inevitable echarse unas risas”.

Quizás triunfan porque todos nos hemos enamorado, y en algo bastante universal. “Al tener una historia de amor engancha, ya sabes eso de que el amor mueve montañas, y saber que va a terminar bien, pues anima a leerlas”, comenta. “Y cuando digo que termina bien, no necesariamente me refiero a que la protagonista acabe con el chico que el lector quiera, que lo mismo su final feliz es acabar con otro o sola, pero porque ella así lo ha decidido”, admite.

La crisis del coronavirus solo ha apretado más la situación que sufre el mundo de la cultura, eso lo sabemos todos. En Alicante siempre ha habido buenos escritores y escritoras, pero la situación es la que es. “A día de hoy, mal, pero por la situación actual que estamos viviendo, por lo que me voy a remontar a unos meses atrás”, comenta. “En general, creo que Alicante es una ciudad que está muy involucrada con esto del arte. Es fácil encontrar talleres, presentaciones, recitales de poesía o firma de libros en muchas de las librerías que cuenta la ciudad o en otros lugares, pero… siempre hay un «pero»”.

Aunque el mundo de la autopublicación es un mundo aparte, un sector dentro del sector, quizás más complejo por la autogestión que conlleva. “Para el autopublicado —recuerdo que yo soy una de ellas—, la situación es regulera tirando a mal. Pocos confían en nuestros libros, al no contar con un apoyo editorial no nos conocen, o nos movemos nosotros o poco a hacemos. Y en ocasiones, por mucho que nos movamos no conseguimos el propósito porque se nos cierran muchas puertas”, sentencia la autora.

Son la asociaciones las que en muchas ocasiones empujan estas iniciativas particulares. “La Asociación de escritores de la provincia de Alicante, asociación a la que pertenezco, se mueve mucho y siempre está buscando la manera de estar presente y así llegar a los lectores. Gracias a su empeño hemos organizado ferias y han conseguido que los autores podamos firmar nuestros libros en librerías muy conocidas, que, de otro modo, sería complicado lograrlo”, reconoce.

Dublineta no para, es una autora con muchas historias que contar. “A día de hoy estoy escribiendo una historia a cuatro manos que no puedo desvelar nada de nada porque es secreto de Estado —para mí y para Alba, que es mi media pluma y hemos decidido no decir nada—. Solo puedo comentar que en algún momento verá la luz. No digo cuándo porque nosotras tampoco lo sabemos, pues para esto de la escritura somos muy anárquicas, pero será del estilo de «Dos cuñadas la mar de saladas», nuestra primera novela de humor negro juntas”, comenta.

Y no solo está escribiendo a cuatro manos, como ella misma dice, sino que también tiene un proyecto sola. “Otro de los que llevo entre manos o entre dedos, es una historia en la que no me reprimido a la hora de visualizar situaciones surrealistas realistas que tanto me gusta incluir en mis novelas”, dice. “Para no enrollarme, diré que la protagonista debe sobrevivir a sus ataques de ansiedad provocados, según ella, por una madre diseñadora de pareos ecológicos, un hermano que lleva un embudo forrado de papel de aluminio para despistar a un grupo de extraterrestres, una abuela que a sus ochenta años se ha hecho youtuber y a un padre médico de familia. Se dará cuenta de que todos ocultan algo”.

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