Documentan la mayor interacción entre migrantes neolíticos y cazadores-recolectores en Europa occidental

1/06/2020 - 

MADRID (EP). Un estudio internacional de investigadores europeos ha aportado nuevos datos de todo el genoma de 101 individuos prehistóricos de 12 yacimientos arqueológicos en la actual Francia y Alemania, que datan de entre el 7000 y el 3000 a. C., y documenta unos niveles de mezcla entre los primeros agricultores en expansión del Neolítico y los cazadores-recolectores locales que no se han visto en ningún otro lugar de Europa.

El estilo de vida neolítico, incluida la agricultura, la domesticación de animales y el desarrollo de nuevas tecnologías, surgió en el Cercano Oriente hace unos 12.000 años y contribuyó profundamente a la forma de vida moderna.

El neolítico se extendió rápidamente por Europa, principalmente a lo largo del valle del Danubio y la costa mediterránea, llegando a la costa atlántica alrededor del 5000-4500 a. C. Los datos arqueogenéticos existentes de los agricultores europeos prehistóricos indican que la propagación de la agricultura se debe a la expansión de las poblaciones de los primeros agricultores que se mezclaron poco, si es que lo hicieron, con grupos indígenas de cazadores-recolectores. Sin embargo, hasta ahora, no había datos arqueogenéticos disponibles para Francia.

"Francia es donde se superponen las dos corrientes de la expansión neolítica, por lo que comprender cómo interactúan estos grupos completaría una gran pieza del rompecabezas --explica Wolfgang Haak, autor principal del estudio--. Los datos que estamos recopilando sugieren un escenario más complejo que en otras partes de Europa, con una mayor interacción entre los primeros agricultores y los cazadores-recolectores".

Estas interacciones parecen variar mucho de una región a otra, lo que evidencia un mosaico cultural diverso en el Neolítico temprano de Europa Occidental. Para documentar las interacciones biológicas durante este período de transición, los investigadores del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana se unieron con colegas de los laboratorio PACEA y CEPAM, en Francia; Museo Central Romano-Germánico de Alemania y otros socios internacionales.

El estudio, que publican en la revista 'Science Advances', informa sobre nuevos datos de todo el genoma de 101 individuos prehistóricos de 12 sitios arqueológicos en la Francia y Alemania de hoy, que datan de los años 7000-3000 a.C.

Los nuevos resultados mostraron evidencia de un mayor nivel de mezcla, o la combinación de información genética de poblaciones genéticamente distantes, entre los primeros agricultores migrantes y los cazadores-recolectores locales en Francia.

La mezcla genética en esta región no tiene precedentes en el resto de Europa para las primeras etapas de la expansión neolítica. La contribución genética de los cazadores-recolectores es particularmente alta en el sur de Francia, aproximadamente un 31% en promedio, en comparación con el 3% en Europa Central o el 13% en la Península Ibérica.

Curiosamente, en un individuo del yacimiento Pendimoun, en Provenza (5480-5360 aC), la contribución genética de los cazadores-recolectores locales fue tan alta como 55%.

El equipo pudo demostrar que la mezcla en este individuo ocurrió recientemente, unas cuatro generaciones antes, poco después de que los primeros agricultores neolíticos se establecieran en esa parte de la costa francesa. "Estos hallazgos sugieren contactos continuos entre ambos grupos durante al menos un siglo", dice Maïté Rivollat, postdoctorado en el proyecto INTERACT y autora principal del estudio.

Aprovechando la subestructura genética observada en los cazadores-recolectores europeos, el equipo pudo volver sobre la dinámica de la mezcla en varias regiones europeas.

Los agricultores neolíticos en Europa central llevan un componente muy pequeño de cazadores-recolectores, que ya había sido mezclado y traído del sudeste de Europa. Esto explica la rápida expansión de los grupos neolíticos con una cantidad insignificante de interacción con los cazadores-recolectores locales.

Por otro lado, los agricultores neolíticos del oeste del río Rin (en Francia, España, Gran Bretaña) tienen un componente genético heredado de los grupos mesolíticos locales, lo que implica un proceso de mezcla local tardía.

Los nuevos datos destacan la complejidad y la variabilidad regional de las interacciones biológicas y culturales entre las comunidades de agricultores y cazadores-recolectores durante la expansión neolítica.

"Este estudio muestra que podemos agregar muchos más detalles con un muestreo enfocado y desentrañar la dinámica regional de las interacciones entre agricultores y recolectores --concluye Rivollat--. Con la creciente cantidad de datos genéticos, obtenemos la resolución muy necesaria para investigar procesos biológicos en el pasado y comprender sus relaciones con los fenómenos culturales observados".