ALCOY. Una de las tradiciones navideñas más arraigada en Alcoy es el Betlem de Tirisiti, un retablo de marionetas que data de finales del siglo XIX, y que generación tras generación se ha convertido en una cita ineludible y cada vez más multitudinaria. A lo largo de su historia ha contado con diferentes propietarios particulares, que se encargaban de las representaciones, hasta que en 1989 fue adquirido por el Ayuntamiento de Alcoy y desde ese momento la compañía de teatro La Dependent se encarga de las representaciones, en los últimos años tras haber ganado la licitación convocada por el consistorio. La campaña actual se inició el 22 de noviembre y finalizó el 20 de diciembre, para dar paso a la abierta al público en general, desde el 21 de diciembre al 5 de enero inclusive.
Este año, como viene sucediendo desde 2006, las funciones tienen lugar en el Teatre Principal, que se prepara a conciencia para ellas. A principios de noviembre empieza a trabajarse para disponer la escenografía propia, que debe encajar perfectamente para el disfrute de los espectadores y para cumplir con todas las medidas de seguridad y accesibilidad, como explica Bárbara Grau, que se encarga de las cuestiones técnicas y que debutó la pasada campaña.
El patio de butacas ‘desaparece’, hay que desmontar asientos, colocar la grada que acoge a los espectadores del Tirisiti, pasando de 285 a 170 plazas; desmontar el escenario habitual y disponer el del belén, del que destaca tanto la parte superior, la que ven los espectadores, como la inferior, con un entramado de maderas y guías por donde discurren las marionetas de madera, de pie y varilla, que manipulan los actores de la alcoyana La Dependent. Una manipulación con un sinfín de ires y venires, con movimientos longitudinales, transversales y oscilaciones que imprimen el ritmo propio de estas representaciones, junto a los que destaca la vocalización de Tirisiti y el sereno, mediante el uso de una lengüeta metálica, y el papel de la narradora, que atrae al público a participar, disfrutando de ello los más pequeños de manera muy intensa.
A cargo de las representaciones están seis personas, si bien el equipo para llevar adelante el Betlem de Tirisiti está formado por una veintena, entre personal de sala, entrada, y rotación de actores. El día que Alicante Plaza acude, al frente de las representaciones están Pep Sellés, Rubén Mira, Jordi Carbonell, Montse Francés, Pepa Miralles y Bárbara Grau en la parte técnica. Se trata de un trabajo “físicamente cansado, pero muy satisfactorio”, explica Jordi Carbonell, algo en lo que todos coinciden. Son muchas funciones, 209 entre la campaña escolar y la abierta al público, lo que implica 209 directos, con la complejidad que supone dar vida a los personajes desde la parte inferior del escenario, por lo que cómodo, no es.
Pepa Miralles lleva 35 años como narradora, desde que lo asumió La Dependent, y no duda en afirmar que “cada función es única”, pues además de estar pendiente del texto propio de la misma lo está de todo aquello que está sucediendo fuera, de cómo va reaccionando el público y en función de ello, de las edades, y de cómo están participando, va improvisando para seguir conectando y que los espectadores disfruten, “es fundamental conocer muy bien la ciudad”. Porque, se trata de un belén con los elementos tradicionales, la Sagrada Familia, pastores y Reyes Magos, junto a otros propios como el ventero Tirisiti y su mujer, Tereseta, ‘l’agüelo’, el sereno, el sacristán, el alcoyano torero Clásico, filaes de las fiestas de Moros y Cristianos y el patrón, Sant Jordi, así como con la actualidad que se entremezcla, aunque con un tono distendido y con el humor bien presente.
¿Interés?, 8.000 entradas vendidas en una hora
La escenografía y marionetas del actual Betlem de Tirisiti son obra del polifacético artista alcoyano, ya desaparecido, Alejandro Soler, que se basó en lo que existía hasta el momento pero dándole un nuevo aire, y junto a las representaciones en sí fue determinante para que en 2002 fuera declarado por la Generalitat como Bien Inmaterial de Interés Cultural, año en que también recibió la Alta Distinción de la Generalitat Valenciana. En el listado de reconocimientos, el último ha sido el Premio de Patrimonio de la Unión Internacional de la Marioneta 2024-2025.
Los actores Pepa Miralles y Pep Sellés, así como Joanfra Rozalén, gerente de La Dependent, viven el Betlem de Tirisiti desde el primer año en que lo asumió esta compañía, por lo que han conocido varias ubicaciones, desde los locales de la compañía de teatro La Cazuela, hasta la Plaça de Dins y el parque de La Glorieta, donde se realizaban las representaciones en un barracón que diseñó el arquitecto Manuel Vidal, hasta llegar en 2006 al Teatre Principal. Cuando asumieron este belén, mantuvieron contacto con José Peidro, con la familia ‘Foia’, que había estado al frente del mismo tiempo atrás, para recuperar el guión original, en valenciano y castellano y que no estaba escrito, así como los movimientos básicos de los títeres.
Como todo, con el cambio de ubicaciones ha habido pros y contras. El barracón era un espacio emblemático, pero en el teatro se ha mejorado tanto la accesibilidad como la seguridad, así como el desarrollo de las representaciones y, al ‘tunear’ el teatro, al entrar en él se transmite ese sabor del barracón. Históricamente las entradas se vendían antes de las representaciones, por lo que las colas formaban parte de esa tradición de acudir al Tirisiti, mientras que en 2006 se inició la venta de entradas online, que ahora es la única forma de adquisición, a través de ticketalcoi.com. Ofrece la ventaja de que sabes cuándo vas a poder disfrutar de la representación, pues nadie podía garantizar que después de una cola interminable pudieras contar con entrada, si bien a La Dependent le gustaría poder encontrar la fórmula para vender algunas en taquilla, que no está resultando nada fácil.
El viernes 13 de diciembre se pusieron a la venta 15.300 entradas al público y en la primera hora se vendieron cerca de 8.000, alcanzando las 12.000 en las primeras 24 horas, lo que ratifica el interés por el Betlem de Tirisiti. Eso, junto a los aproximadamente 15.000 escolares de diferentes puntos de la Comunitat Valenciana, convierten a este belén en un acontecimiento multitudinario y con un futuro para seguir sumando historia.