ALICANTE. La campaña de primavera en el pequeño comercio destinado a la moda, como en tantos otros sectores, se da por perdida después de estos dos meses de confinamiento en los que han tenido que bajar la persiana. La actividad ha sido nula hasta la apertura con cita previa hace escasos días, que tampoco ha conseguido aliviar demasiado las cuantiosas deudas que se acumulan por los costes fijos. En consecuencia, la gran mayoría de establecimientos ha tenido que recurrir también a los ERTE para no tener que despedir a sus empleados y poder rescatarlos más adelante. Pero algunos de ellos se incorporan al trabajo este mismo lunes, con el inicio de la Fase 1 del plan de desconfinamiento en Alicante.
El objetivo ya no es salvar la temporada, sino los restos del 'naufragio', para tratar de comenzar cuanto antes la reconstrucción. Es el caso de Marel Mujer, establecimiento de moda femenina que se ubica en casco urbano de Alicante, en la céntrica calle Álvarez Sereix, junto a la plaza de la Montañeta. Allí, Conchi Gómez Espinosa dirige este comercio que tiene también otra sede en el centro comercial Fontana de la Playa de San Juan, así como en el centro de Palencia. En sus locales ha instalado una máquina de ozono con el objetivo de desinfectar tanto el ambiente como los artículos que allí se encuentren. Un instrumento que se emplea en los hoteles y en emplazamientos con mucho tránsito de personas con la intención de 'purificar' el lugar y crear un entorno más limpio.
Se utiliza también en farmacias, clínicas dentales y lugares que necesitan proceder con cierta asepsia en el día a día. "Para utilizar esta máquina, hay que utilizar, como en todo, la cabeza", sentencia Gómez. Y es que, según apunta, "a dosis uno es compatible con la vida, mientras que a dosis cien no hay bicho que lo resista". En este caso, en función de los metros cuadrados y las características de ventilación, se emplea una dosis específica. "Conectamos la máquina durante el mediodía, cuando paramos para comer, y también por la noche, cuando nos hemos ido", explica. La máquina permanece en funcionamiento durante unos 20-25 minutos en los que genera la suficiente cantidad de ozono como para que circule por toda la estancia desinfectando. Después, hay que llevar a cabo una adecuada ventilación.
La ropa de exposición y venta al público requiere sistemas más sofisticados que los habituales para llevar a cabo su desinfección. Este sistema lo consigue, mediante varios bloques de programas. Uno de ellos permite que la tienda pueda estar abierta mientras la máquina está funcionando, liberando así pequeñas cargas de ozono que no son nocivas para la salud. Una función con la que se asegura que, si alguien infectado con baja carga vírica entra en la tienda, se pueda evitar en gran medida la difusión del virus, siempre que también utilice otros medios de contención como la mascarilla. Pero esta máquina de ozono de última generación, de fabricación nacional y con una eficacia en desinfección del 98% permite además desinfectar el mobiliario y los objetos que estén en un radio de cien metros cuadrados. "Para eso la ponemos a máxima potencia, de forma que se queda todo higienizado", apunta la dueña de la tienda.
Sin embargo, esta no es la única medida de protección sanitaria que utiliza. Y es que no se trata de conseguir una sensación de limpieza que dé seguridad y relaje el comportamiento de los clientes. Por eso, además de esta máquina (que actúa sobre todo cuando no hay personas dentro del establecimiento para no causar perjuicios), también hace uso de mascarillas, guantes y gel hidroalcohólico, algo que es de obligado cumplimiento para quien entra al local. Ella misma hace uso de todos esos sistemas de protección a los que además suma una visera protectora con pantalla de vinilo. Con todo, lleva a cabo la desinfección del suelo y los muebles con productos como la lejía, mientras que para las cortinas del probador utiliza también una plancha de vapor a cien grados centígrados.
¿Excesivo? En su opinión, cualquier cosa es poco para conseguir transmitir a su fiel clientela que ya puede acudir a su establecimiento con cierta seguridad. Por eso ha llevado a cabo una importante inversión en todos estos materiales, que les permiten iniciar la actividad desde este lunes para comenzar a reconstruir la situación. "Es una inversión que no se va a amortizar, como no se van a amortizar las pérdidas que hemos tenido y que vamos a tener", apunta. Sin embargo, el gasto es inevitable e imprescindible para poder empezar a funcionar. "Aquí los más perjudicados han sido los que se han ido y los sanitarios; ellos son los grandes damnificados", apunta. Sin embargo, también cree que ahora empieza otra guerra. "Lo que le ha sucedido a la hostelería es una tragedia y en la moda más de lo mismo; vamos a tener que pelear cada venta".
Al menos ahora cuentan con una buena noticia que alivia, aunque sea en cierta medida, las negras previsiones que se antojaban cuando se anunció la cancelación de la campaña de rebajas. El Gobierno ha vuelto a rectificar, una vez más, y aborta esa decisión, con lo que permite al pequeño comercio incentivar las ventas con promociones sobre los precios de temporada. Habrá rebajas, siempre que se tomen las medidas necesarias para evitar aglomeraciones. Así que máxima desinfección y rebajas serán son los instrumentos con los que el pequeño comercio podrá contar para tratar de salvar lo que queda de año. Ahora sí, se comienza a intuir como será esa 'nueva normalidad' en las tiendas de moda de la ciudad.