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un libro del alicantino Daniel Hernández Chambers

'Departamento de asuntos mágicos' y el reto de abordar el odio desde la fantasía 

20/03/2023 - 

VALÈNCIA (EP). El escritor canario afincado en Alicante Daniel Hernández Chambers ha lamentado el racismo que en muchas ocasiones se manifiesta hacia los procesos migratorios porque la sociedad ve algo negativo en lo distinto: “Nos equivocamos cuando creamos muros ante lo que es diferente, porque las diferencias nos enriquecen”, ha considerado en una entrevista a Efe. Las migraciones y el odio a los diferentes son los temas centrales de su novela “Departamento de asuntos mágicos”, con la que es finalista de los Premios Hache, la sección para adolescentes de 12 a 14 años del proyecto Mandarache de fomento de la lectura que organiza el Ayuntamiento de Cartagena, en el que también fue finalista en 2018 con su novela “Muéstrame la eternidad”.

Ese rechazo a lo que no es como nosotros ocurre con otros numerosos temas “trasversales”, por ejemplo, la diversidad de lenguas que hay en España, de las que deberíamos sentirnos, opina, “satisfechos y orgullosos”, en lugar de utilizarlas para generar choques entre comunidades autónomas. En “Departamento de asuntos mágicos”, el ganador de premios de literatura juvenil como el Everest en 2012, el Ala Delta en 2016 o el Alandar en 2017 narra un mundo dividido entre no-magos y magos, una minoría marginada y en muchos casos denostada cuya situación se agrava por las guerras en la Europa del este y en Asia y por las migraciones.

“Quería abordar esos temas de la migración o el racismo pero sin especificar en un colectivo real en concreto. Por eso creé esta nueva raza de magos en la que se encarnan muchos de los conflictos que hay en la sociedad real y en la que cada personaje vive su condición de una manera y desde una experiencia diferente”, ha explicado. Una técnica, la de introducir elementos fantásticos en historias a priori realistas, que le gusta utilizar en sus novelas para “sorprender al lector” y “plantear un juego” en el que cada quien pueda identificarse con las vivencias de personajes dispares.

Serán precisamente los lectores que participan en este proyecto municipal, unos 2.200 en esta edición, los que elegirán a la obra ganadora sin la intervención de un jurado profesional tras mantener también varios encuentros virtuales con los autores y otro presencial, que tendrá lugar el próximo 28 de marzo, en competencia con Chiki Fabregat, finalista con “El cofre de nadie”, y Pedro Ramos, con “Héroes”. Para Chambers, este es el principal atractivo del certamen, porque “saber que a tu público le gusta lo que haces” es la mayor de las recompensas que puede tener un escritor.

Huye además de la etiqueta de literatura juvenil porque dice no escribir sus novelas pensando en el público adolescente y porque esa clasificación hace que muchos adultos no se acerquen a libros que pueden ser de una gran calidad. “Dentro de la etiqueta de juvenil hay algunas de las mejores obras jamás escritas y sus autores no las escribieron pensando en uno u otro lector, sino que las clasificaron más tarde las editoriales. Ha pasado desde clásicos como Edgar Alan Poe hasta hoy”, señala.

E insiste en que desde las editoriales muchas veces se empeñan en “definir lo que leen los jóvenes, cuando de hecho leen de todo”, porque en general son un público “más receptivo” que los adultos, dispuesto a acercarse diferentes géneros, estilos y contenidos y en ocasiones de manera “voraz”. Durante los encuentros, ha señalado, muchos se interesan también por la profesión de escritor, un oficio que Chambers, que trabaja también como traductor, define como “complicado” porque las dudas nunca abandonan a un autor y porque no es posible utilizar el método de otros: “Aprender a escribir es algo que haces tú solo. Cada uno tiene que desarrollar su propio método y crear sus ritmos”. Y ha bromeado con un consejo: “Si lo que quieres es ganar dinero, mejor dedicarse a otra cosa. Los que nos metemos a esto es porque no somos capaces de vivir sin escribir”

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