VALÈNCIA (EFE). El déficit público de la Comunitat Valenciana se situó en 2.317 millones de euros en el primer semestre del año, que supone el 1,90 % del PIB, el más alto de las comunidades por importe y el segundo en porcentaje, por detrás de Navarra.
En el conjunto de España, la buena marcha de la recaudación tributaria permitió reducir un 45,4 % el déficit público en la primera mitad del año, hasta cerrar junio en 29.643 millones de euros, un 2,27 % del PIB, lejos de la referencia del 5 % para todo el ejercicio.
El Ministerio de Hacienda ha publicado este lunes los datos de ejecución presupuestaria del conjunto de las Administraciones públicas -salvo las corporaciones locales-, que muestran una corrección del déficit derivado de unos ingresos disparados (crecen un 12,7 %) frente a un pequeño repunte del gasto (1,3 %).
Del conjunto de los ingresos, destaca la subida del 16,5 % de la recaudación tributaria, mientras que los procedentes de cotizaciones sociales avanzaron un 5,1 %.
La administración central redujo su déficit un 43,5 % en el primer semestre, hasta los 21.993 millones (sin ayudas a la banca), mientras que la Seguridad Social logró un superávit de 913 millones, frente al déficit de 2021, gracias al menor impacto de la pandemia en sus cuentas.
Por lo que respecta a las comunidades autónomas, aumentaron su déficit en un 5,9 %, hasta los 8.168 millones, debido al efecto contable de los anticipos recibidos en el ejercicio 2021 y a pesar de que la recaudación creció un 10,7 %.
Solo tres comunidades autónomas cerraron junio con superávit - Andalucía, La Rioja y Asturias-, mientras que el déficit más destacado se dio en Navarra (1,95 % de su PIB) y Comunitat Valenciana (1,9 %).
Si se excluye el efecto de las ayudas a la banca, el déficit público del primer semestre se sitúa en 29.248 millones, un 45,5 % menos y un 2,24 % del producto interior bruto (PIB).
Hacienda también ha publicado este lunes los datos de ejecución del Estado de los siete primeros meses del año, que arrojan un déficit de 21.737 millones, un 59 % inferior al del mismo periodo de 2021 y equivalente al 1,66 % del PIB.
Esta corrección se produjo gracias a que el incremento de los gastos, del 3,1 %, fue muy inferior al de los ingresos, que se dispararon un 32,5 % ante la elevada recaudación tributaria, así como a la favorable liquidación del sistema de financiación autonómica y local de 2020, 11.400 millones superior a la de 2021, y una transferencia del SEPE por formación profesional.
El repunte de los gastos entre enero y julio obedece a las mayores transferencias a las comunidades autónomas (para compensar el cambio del sistema de gestión de IVA de 2017 y la pérdida de recursos de la liquidación de 2020) y a la Seguridad Social.
Además, crecieron con intensidad los gastos intermedios (28,1 %), intereses de la deuda (17,1 %) e inversiones (21,5 %), así como, en menor medida, de remuneración de asalariados (2,2 %), y el coste de la bonificación a los carburantes ascendió a 2.059 millones.
En los siete primeros meses del año, el Estado obtuvo una recaudación tributaria de 115.336 millones, un 23,2 % más, con importantes avances en todas las principales figuras.
El IRPF ingresó un 44,9 % más, debido principalmente al efecto del primer plazo de la campaña de la renta de 2021, que la Agencia Tributaria achaca, entre otros factores, a la subida de tipos para las bases del ahorro y la modificación de los límites deducibles en las aportaciones a planes de pensiones.
La recaudación por IVA aumentó un 19,7 % a pesar de la bajada del IVA de la electricidad y la del impuesto de sociedades, un 11,3 %.