ORIHUELA. La manifestación programada el pasado sábado en Orihuela para exigir la paralización de la construcción de 2.200 casas en Cala Mosca, el último kilómetro virgen de Orihuela, tuvo el respaldo de decenas de personas en una jornada reivindicativa que recorrió Los Andenes hasta la Glorieta Gabriel Miró. Las especies de flora y fauna, únicas en la zona fueron los principales argumentos, seguido de un colapso urbanístico y del tráfico en la Costa que va a peor a medida que continúa la expansión del litoral oriolano.
El Ayuntamiento anunció hace unos meses una comisión para frenar el proyecto, de la que nada se sabe. Desde la empresa constructora, el grupo Gomendio, pidieron en una primera reunión con representantes del Ayuntamiento y de la Generalitat una alternativa para compensar la pérdida de este proyecto urbanístico. Desde el Ayuntamiento no se ha hecho pública cuál sería esa compensación, y ni siquiera se han vuelto a reunir con la empresa para ofrecer esa alternativa.
Por el momento los planes de la empresa, según manifestó hace unos meses, es seguir adelante con el proyecto. Unas obras que deberían iniciarse en el primer trimestre de 2023 para que no caduque la licencia. Desde la asociación Salvemos Cala Mosca, impulsora de estas protestas, seguirán trabajando para mostrar el rechazo de ecologistas y ciudadanos a este proyecto que acabaría con el último tramo que queda por construir en primera línea de playa en la localidad.