GANADOR DEL CERTAMEN DE PINTURA DE SÁNCHEZ BUTRÓN ABOGADOS

Daniel Pernas: "Hay que contar algo, más allá de la técnica, porque sino eres más artesano que artista"

29/01/2019 - 

ALICANTE. Crisálida se ha alzado con el primer premio del concurso de pintura que Sánchez Butrón Abogados ha organizado para conmemorar el 70 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Un certamen que se ha basado en el artículo referido a la libertad, instando a los artistas plásticos, a nivel nacional, a trasladar su visión sobre ella. Daniel Núñez Pernas (Vigo, 1979) es el autor de la obra ganadora, con la que habla precisamente de la falta de libertad que el individuo se impone a través de barreras con las que piensa que así será más libre, pero con las que consigue el efecto contrario. "El ser humano muchas veces cree que tiene que garantizar su libertad coartando la de los demás, pero haciendo eso solo se convierte en un esclavo de su propia libertad", explica. 

Su creación está basada en una fotografía previa. Y pesar del relativo realismo del cuadro, en el que se pueden percibir las texturas del material plástico que conforma ese metafórico capullo, no deja de ser una obra abstracta que transmite su mensaje de forma ambigua, dejando que cada uno saque su propia deducción. "Mi discurso como autor está presente, pero lo que me gusta es que está abierto a la interpretación del espectador, tratando de tocar las teclas de su subconsciente", comenta. Pero esta Crisálida es la primera de una serie que por ahora está incompleta. Un proyecto que se inició hace unos años cuando buscaba la inspiración durante un retiro en una casa de Elche. "Envolví a mis amigos en plásticos; fueron mis víctimas", recuerda. "Hicimos las fotografías que tenía en mente desde hacía tiempo y ahora tengo que plasmarlas en el lienzo", añade.

Es médico y estudió la especialidad en Alicante, en el Hospital de Sant Joan d'Alacant, por lo que vivió aquí unos cuantos años. Actualmente reside en Madrid, donde trabaja como cardiólogo en el Hospital Quirónsalud San José, pero aunque ese trabajo también es una vocación, su verdadera pasión es la pintura. Con ella se expresa absolutamente y crea con la libertad que le permite saber que no es parte de su sustento. 

"Llega un momento en el que todo lo veo como algo que quiero pintar", afirma. Una de las cosas que, en su opinión, da narración a sus obras. "Para pintar tienes que tener algo que contar, más allá de que tu técnica sea mejor o peor, pues eso se aprende; pero si no tienes nada que contar y creas por crear, al final te conviertes más en un artesano que en un artista", explica el pintor. De hecho, para él solo el diez por ciento del cuadro es lo que uno pinta, mientras que el otro noventa por ciento está en la cabeza del artista. 

Se confiesa obsesionado con el cuerpo humano, el subconsciente y todo lo plástico. Un material con el que está en contacto diario como médico y que conecta sus dos profesiones, ya que muchos de esos objetos con los que trabaja se trasladan después a sus pinturas. Y es que se vale de ellos para plasmar metáforas. La mascarilla de oxígeno como alimento del ego, que lleva al individuo hasta la putrefacción, por ejemplo. Ego que, como él explica, nos puede llevar a querer transmitir una falsa imagen perfecta que conlleva el miedo a nuestros miedos e incluso el rechazo como sombra alargada que se esconde bajo una sonrisa. 

Su pintura no es figurativa ni evidente. De hecho, considera que esa disciplina quizá pueda estar afrontando cierta crisis al enfrentarse con la actual calidad de la fotografía. "Muchos pintores figurativos tienen una forma de entender el arte muy cerrada y además piensan que solo lo que ellos hacen es lo bueno, rechazando el arte conceptual o abstracto", comenta Núñez Pernas. "Creo que habría que saber reescribirla, porque tiene que dejar de ser tan lineal", añade, poniendo como ejemplo a Lucian Freud, a quien considera el padre de la pintura figurativa contemporánea en Inglaterra.

Él, por su parte, también es autocrítico con lo suyo. "Disfruto mis cuadros solo cuando los estoy haciendo y, cuando digo que se acabó, entonces prefiero darle la vuelta y no verlos nunca más", cuenta el artista. En ese proceso de creación, confiesa que a veces sufre porque no es capaz de hacer lo que tiene en mente. "En alguna ocasión he tenido que contener las lágrimas por esa rabia que me entra cuando no puedo plasmar lo que estoy visualizando; es un sentimiento muy frustrante", explica. Un sentimiento que por otro lado asume como aliciente o como acicate para seguir progresando. 

Así que la evolución técnica que ha experimentado es asombrosa. Su #10yearschallenge nos deja una comparación odiosa en la que se puede palpar la notable diferencia. Eso a pesar de que su dedicación a los pinceles y los lienzos ha sido intermitente. Sin embargo, ahora ha regresado y esta vez para quedarse. Pronto podremos comprobar sus nuevos avances, porque afirma que tiene mucho que contar y que que está preparando nuevas obras. Unas piezas que, con toda probabilidad, le traerán de vuelta a Alicante.

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