VALENCIA. Las principales organizaciones empresariales afrontan el nuevo curso inmersas en un proceso de transformación que permita quitar lastre, reformar la casa y cuadrar las cuentas. Los impagos del Consell a las patronales que comanda la autonómica Cierval, como rama valenciana de la CEOE, han llevado a estas a unas tensiones económicas que hacen presagiar quiebras y un serio replanteamiento de su estructura actual.
Por su parte, las cámaras de comercio también buscan su sitio, intentado mantener el complejo equilibro al que les fuerza su condición de entidades privadas de derecho público, y sondeando nuevas formas de organización y financiación que deben definirse en la nueva ley que regirá su actividad en la Comunitat.
Al margen, la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) continúa con sus actividades como grupo de presión, libre de tensiones económicas como organización y ejerciendo de transmisor de las opiniones de sus miembros, que son los primeros espada de la economía local, por otra parte.
DIETA Y PROTESTA
Tras varios años ya de constantes ajustes de gasto, la sucesión de declaraciones de consurso de acreedores por parte de un buen número de patronales sirven de base a distintos patronos para asegurar que el sistema actual de representación se enfrentan al precipicio, empujado por la pérdida de asociados y los impagos de la Generalitat, que se acumulan desde 2010.
Fuentes patronales reconocen que, con estos antecedentes, resulta básico para poder seguir viendo el vaso medio lleno y no medio vacío el liderazgo que ejerce el presidente de Cierval, José Vicente González. De hecho, la derrota de Juan Eloy Durá como presidente de la federación de la construcción Fevec significó la eliminación de un opositor clave, dejando a las voces criticas sin un aglutinador.
De este modo, el trabajo interno está siendo la principal dedicación de los responsables patronales, al tiempo que la negociación del pago de la deuda por parte de la Generalitat, labor que se realiza conjuntamente con los sindicatos, aquejados por el mismo problema.
Por otra parte, ante la extrema dificultad de conseguir la fusión de asociaciones, la alternativa que se están impulsando son la organización de centrales de compras y el aprovechamiento conjunto de locales y servicios. El ejemplo lo están dando referencias del presente y el futuro patronal como el presidente el metal Femeval, Vicente Lafuente, y los responsables de la maderera Fevama, Vicente Folgado, y de la del textil Ateval, Vicente Aznar.
REFUNDACIÓN CAMERAL
En el caso de las cámaras de comercio, su principal reto para los próximos meses es el desarrollo de la Ley autonómica de cámaras, que debe poner la letra pequeña a la normativa marco estatal y que se quiere aprovechar para renovar a fondo la estructura de estas entidades centenarias.
La situación económica de las propias instituciones, afectadas gravemente por la desaparición de la cuota cameral obligatoria, ha llevado a plantear a medio plazo la fusión de las cinco cámaras actuales (Castellón, Valencia, Alicante, Alcoy y Orihuela), al tiempo que un redefinición de sus modos de financiación y de la optimización de recursos.
Fruto de este último punto, ya se ha puesto en marcha una Agenda Única Internacional que permite incrementar el alcance y la envergadura de la iniciativas que se ponen en marcha en cada cámara, implicando en el proyecto al instituto estatal de la exportación ICEX y al autonómico IVEX.
MORATA Y EL EQUILIBRIO
Desde una vertiente estratégica, el presidente de la Cámara de Valencia y del Consejo de Cámaras de la Comunitat, José Vicente Morata, lleva tiempo trabajando su liderazgo dentro de estas organizaciones y se ha convertido en una pieza clave en las relaciones entre patronos y políticos.
Al margen de su evidente relevancia institucional, distintos empresarios y responsables políticos destacan la capacidad del presidente valenciano para conservar su papel de interlocutor entre ambos extremos de la cuerda, que es donde se sitúan las cámaras. De hecho, esta posición no ha sido facil y se ha traducido en tensiones con la patronal valenciana CEV, por ejemplo en el caso de la ampliación del Palacio de Congresos de Valencia, respaldada por la alcaldesa Rita Barberá.
En todo caso, muchos conocedores de los entresijos de la vida patronal destacan como uno de los puntos fuertes del presidente cameral es, además, su excelente sintonía con Juan Roig, el empresario más influyente de la Comunitat y uno de los principales de España, además de miembro de la tercera gran rueda del engranaje empresarial valenciano, la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE).
PRESIÓN EN GRUPO
En este último caso, la condición de grupo de presión, lobby, sitúa a su presidente, Vicente Boluda, fuera de la nómina de representantes oficiales, pero también le define como portavoz del grupo de los principales patronos valencianos. No en vano, las empresas que dirigen y presiden los 100 miembros de AVE facturan el equivalente al 39% del PIB autonómico.
La planificación de AVE se inicia con el año nuevo y es en la primavera cuando celebran sus actos públicos más relevantes, como la asamblea general, mientras que los meses finales se ven caracterizados por las reuniones a puerta cerrada de los grupos de trabajo en los que se organizan sus miembros.
En todo caso, fuentes de la organización no descartan celebrar nuevos almuerzos y encuentros con personalidades políticas y económicas de relevancia estatal o relacionados con los temas que la organización ha hecho propios, como la defensa de la imagen del empresario, el desarrollo económico y social valenciano, el Corredor mediterráneo, el agua y la necesidad de realizar reformas en el plano económico español.