VALÈNCIA. Los ayuntamientos de la Comunitat Valenciana volvieron a reducir su deuda pública un ejercicio más y terminaron 2023 con unas obligaciones pendientes de pago de algo más de 1.145 millones de euros, unos 220 euros de media por habitante. De este modo, y mientras que los consistorios de esta autonomía encadenan en su conjunto más de una década de descensos sin interrupción, a nivel estatal los ayuntamientos registraron el segundo incremento consecutivo de su pasivo, que escaló un 3% el pasado año hasta casi alcanzar los 18.145 millones de euros.
Las cifras de las localidades valencianas, de hecho, se alejan cada vez más del récord de 3.671 millones que llegaron a adeudar en 2012, aunque todavía es posible encontrar seis poblaciones, como Vallada, Navajas, Daya Vieja o Gandia, que figuran, como en años anteriores, entre las cincuenta del país con mayor nivel de endeudamiento.
Así se desprende del informe sobre la deuda viva de las entidades locales que publica cada año el Ministerio de Hacienda a partir de los datos proporcionados por el Banco de España, donde se incluyen, además de las obligaciones pendientes de pago de los ayuntamientos de todo el país, las de las diputaciones y demás entidades menores. En este sentido, las corporaciones provinciales de Castellón y Alicante apenas tendrían pendientes de pago varios miles de euros, mientras que la de Valencia adeuda 37,7 millones.
En el caso de los ayuntamientos de las localidades valencianas, Vallada repite de nuevo como el más endeudado de la autonomía y también del país, ya que pese a contar con poco más de 3.000 vecinos, su deuda es de 9.039 euros por persona y poco menos de 27,7 millones en total. Esta astronómica cifra, que no obstante se redujo un 2% en 2023, tiene su origen en los años del boom inmobiliario, cuando el entonces alcalde del municipio Fernando Giner, quien también llegó a presidir la Diputación de Valencia, se embarcó en un proyecto que derivaría en la construcción del polígono Valpark. Esta infraestructura incluía, según un comunicado emitido por el consistorio en 2016, “un puerto seco para las embarcaciones de la Copa América” o “un astillero a 80 kilómetros del mar”. El ayuntamiento, así pues, asumió en 2007 la compra de los terrenos, pero estos nunca fueron acondicionados por los agentes urbanizadores porque “se declararon en concurso de acreedores”.
Por detrás de Vallada es Navajas, en la provincia de Castellón, el segundo municipio más endeudado per cápita de la Comunitat Valenciana y el quinto de toda España. Con 5,4 millones de euros entre 840 habitantes, la deuda por vecino se sitúa en 6.476 euros, una cantidad que se ha reducido considerablemente en los últimos años puesto que, solo tres ejercicios atrás, alcanzaba los 8.100 euros. Por detrás, y como vigésima localidad del país con mayor nivel de deuda, la localidad población de Daya Vieja adeuda unos 3.505 euros por residente, si bien, ese montante también se ha reducido paulatinamente en los últimos años.
Por su parte, los últimos tres ayuntamientos valencianos que figuran entre los cincuenta con mayores obligaciones pendientes son los de Gandia (3.333 euros por habitante), Castielfabib (2.906 euros) y Zorita del Maestrazgo (2.872 euros). Después, y también por encima de los 2.000 euros de deuda por vecino, aparecerían las localidades de Llaurí (2.369 euros), Villores (2.148 euros) y Bigastro (2.034 euros), todas ellas con tendencia a la baja.
Ese alto nivel de endeudamiento provoca así que algunos de los municipios anteriores presenten aún más obligaciones financieras que en 2008, cuando se inicia la serie del Ministerio de Hacienda, o incluso 2012, el ejercicio en el que se registraron las cotas más elevadas de deuda para el conjunto de las localidades de la Comunitat Valenciana. De hecho, hoy solo 46 poblaciones tienen un pasivo que supera al de entonces, a la vez que el número de municipios valencianos cuya deuda es igual a cero se ha incrementado de manera sostenida en los últimos años hasta rebasar, por primera vez, la cifra de trescientos.
Por otra parte, la localidad que más ha incrementado su deuda en un ejercicio es en esta ocasión la ciudad de Alicante, que ha pasado de contar con un pasivo de 218.000 euros en 2022 a 23,2 millones en el año siguiente. Por detrás, Alcoi ha aumentado sus obligaciones pendientes en 14 millones de euros, mientras que Burjassot lo ha hecho en 12 millones y Elche en 9 millones de euros.
En el lado opuesto, presentan disminuciones relevantes de su deuda municipios como València, que en un año ha rebajado el montante adeudado casi un 21% (unos 48 millones de euros) hasta los 186.056 millones. También Torrevieja (7 millones de euros menos), Castelló de la Plana (4,8 millones) y Dénia (4,4 millones) han reducido con creces su deuda en ese mismo periodo. En el caso de la primera de las localidades alicantinas, de hecho, el descenso es de casi el 40%.