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El cineasta de Cox acaba de estrenar el cortometraje 'El showman'

Cristian Martínez: "La presión del público puede moldear a un artista"

8/01/2025 - 

ALICANTE. El cineasta alicantino Cristian Martínez, nacido en Cox, estrenó el pasado mes de noviembre el cortometraje El showman durante el Imagine Film Festival de Ámsterdam, un evento clave para los amantes del cine de género en Europa y que forma parte de la Méliès International Festivals Federation. Este es su cuarto proyecto audiovisual y en él aborda una perspectiva distinta sobre los creadores y sus espectáculos. Explora cómo el miedo y la manipulación pueden desfigurar las relaciones humanas para investigar cómo aquello que el público demanda moldea al artista, llegando a ser una retroalimentación en la que ambos se influyen mutuamente. Un relato incómodo e impredecible que está ambientado en la noche del 23 de febrero de 1981, durante el intento de golpe de Estado en España, con un reparto en el que figuran Jorge Silvestre, Sara Jiménez, Yala Romero, Alan Miranda y Diego Juan.

— Estamos habituados a hablar de cómo los contenidos culturales o artísticos influyen en la sociedad, pero no tanto de cómo el público puede moldear al artista… ¿Qué te atraía concretamente para abordar esa particular perspectiva?

— Cuando trabajo en un proyecto nuevo, siempre intento transmitir algo, contar una historia que conecte de alguna manera. Sin embargo, me he dado cuenta de que, inevitablemente, piensas en cómo el espectador lo va a interpretar, en qué espera de ti como creador. Esa presión, consciente o inconsciente, puede moldear tus decisiones artísticas. Esa idea de cómo el público condiciona al artista me parecía fascinante y muy rica para explorarla desde una perspectiva narrativa.

— ¿Qué tipos de relaciones y causas/efectos se establecen entre el público y el artista?

— Es una relación compleja y bidireccional. El artista busca conectar con el público, provocar una reacción, pero al mismo tiempo esa necesidad de conexión influye en las decisiones creativas. Me interesa mucho ese equilibrio, aunque en ciertos casos puede ser diferente según el arte. Por ejemplo, en la pintura, nadie cuestiona o espera nada de un cuadro; simplemente lo contempla y lo interpreta desde su experiencia personal. En cambio, con el cine, a veces parece que todo el mundo siente que puede opinar sobre una película sin detenerse a pensar qué quería contar realmente el artista. Esa disparidad en la forma de consumir y juzgar las obras me parece muy interesante.

— En este caso, lo abordas, además, desde el género de terror…

— La idea nació al imaginar un personaje cuya única obligación es satisfacer al público, un artista atrapado en esa necesidad constante. Sentí que esta premisa ganaba fuerza si la llevábamos a un terreno violento, visceral. Aunque El showman ha tenido mucho éxito en festivales de terror, no lo enmarcaría estrictamente dentro del género. Para mí, es más un thriller fantástico con elementos de horror psicológico.

— El corto acaba de estrenarse a nivel internacional y ya ha obtenido sus primeros premios (Torrerífico)… ¿Es un buen indicativo?, ¿cuáles son tus expectativas?

— En apenas cuatro meses de distribución, hemos conseguido seis premios, entre ellos el del Festival de Terror de Torrevieja (Torrerífico), el Festival Internacional de Cine Fantástico de Castilla y León (Terroríficamente Cortos), los Premios Lorca en Granada y el Hator Hator Horror Fest en Azpeitia, Gipuzkoa. 

Es un gran inicio, sobre todo porque considero que El showman es un cortometraje difícil de premiar por su mensaje complejo y su violencia explícita. Sin embargo, algo que siempre percibo en las proyecciones es que el público lo disfruta mucho. Se enfrentan a momentos duros porque los personajes sufren, pero al mismo tiempo hay una sensación juguetona y de disfrute en cómo está planteada la historia. Ese equilibrio entre incomodar y entretener es lo que creo que está conectando con la gente.

— Es tu cuarto proyecto como director/productor. ¿Cuál es la evolución que observas en tu trabajo cinematográfico?

— Con cada proyecto siento una mayor madurez y confianza para abordar las historias. Sin embargo, también soy muy consciente de que queda mucho por aprender. Rodearse de la gente adecuada es clave y creo que es algo que se me da bien: más que dirigir, rodearme de personas maravillosas. Cada proyecto es una oportunidad para mejorar, experimentar y crecer, tanto a nivel técnico como narrativo. Creo que lo importante es mantener esa curiosidad y esa necesidad constante de superarte.

— ¿Qué historias o proyectos tienes en mente para un futuro a corto, medio y largo plazo?

— Tengo muchas ideas en mente, pero que se conviertan en proyectos dependerá de cómo evolucione todo. A corto plazo, estoy trabajando en un cortometraje que es totalmente diferente a El showman. Es un proyecto más poético, onírico, social y vital, con un enfoque expresionista.

A largo plazo, me encantaría dar el salto al largometraje, algo que ya estoy explorando a nivel de escritura. Soy una persona que escribe mucho y de manera constante, siempre desarrollando ideas y construyendo historias. Por historias no será, lo importante será encontrar los momentos y los recursos para darles forma.

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