VALÈNCIA. Trabajar en una gran tecnológica ya no te libra de acabar en las listas del paro. Despidos masivos se vienen aplicando desde hace meses en Tesla, Amazon o Microsoft. Según el rastreador de despidos independiente Layoffs.fyi, en lo que va de año, se han producido despidos en 429 empresas tecnológicas de todo el mundo afectando a un total de 135.811 empleados. Además de las referidas, en la lista aparecen nombres como Apple, con 100 despidos a finales de agosto, o los 1.000 de IBM con el cierre su unidad de I+D en China. Poco antes, Cisco se deshacía de 5.900 trabajadores tras una caída en los beneficios de la compañía.
El listado incluye también algunas empresas españolas, como es el caso de Glovo, con 25 despidos en Barcelona en abril de 2024 y otros 22 en Madrid en mayo, o Cabify, con 29 empleados fuera de la compañía en mayo pasado. Pero hay también startups españolas de menor tamaño y renombre que no solo se han visto obligadas a ajustar sus plantillas, sino también a entrar en concurso de acreedores o cierre. Estaban advertidas. Se sabía que el acceso a la financiación se estaba complicando conforme avanzaba la incertidumbre económica y el consecuente encarecimiento del dinero.
Saber cuántas startups nacionales han desaparecido durante los últimos meses es difícil, no sólo porque a veces el proceso es gradual y diverso, sino también porque no todas las empresas se preocupan por comunicar públicamente sus cierres o recortes de plantilla, especialmente las de menor tamaño.
Una de las que han optado por la transparencia es Agrosingularity, una original startup foodtech de origen murciano donde se dedicaban a recoger las mermas de la agroindustria para transformarlas en polvo con alto valor nutricional que incorporaban luego como ingrediente a la producción de otros alimentos plant-based devolviéndolos, así, a la cadena de valor.
Constituida el 22 de julio de 2019, Agrosingularity no sale al mercado hasta febrero de 2020 de la mano de Daniel Andreu (CEO), Juanfra Abad (posteriormente abandonaría el proyecto) y Luis Rubio. Sin embargo, la compañía no ha conseguido saltar el bache de los cinco años ni “demostrar que un sistema alimentario sostenible y respetuoso con el medio ambiente es posible”, decía el CEO en el post publicado anunciando el cierre de la compañía.
“Cash is king y en este caso ‘pivotar’ con un entorno tan poco favorable es un trago difícil de digerir”, es otra de las frases que incluye el post aludiendo a la falta de financiación para seguir adelante con el proyecto empresarial. La startup estaba pendiente de recibir una inversión de entre 5 y 7 millones de euros para construir una planta de producción, dinero que finalmente no llegó pese a los numerosos reconocimientos y apoyos recibidos previamente por la startup.
Agrosingularity llega al final de su viaje después de conseguir levantar 2,67 millones de euros en sendas rondas de inversión, en las que han participado, entre otros, fondos como Glocal Managers, Banco Sabadell, Zubi Capital, Tech Transfer Agrifood, Ship2B, a través de su vehículo de impacto Equity4Good o Toubkal Partners (SeedRocket).
En concurso de acreedores acababa también la pasada primavera MyPoppins, una plataforma online de servicios de limpieza a domicilio a un precio competitivo. Fundada en 2016, la startup barcelonesa había conseguido financiación por valor aproximado a lo 1.5 millón de euros. También catalana, Shasta Technologies, la aplicación para pagos en divisas y envío de dinero creada, entre otros, por Alex Sicart, entraba a finales de agosto en concurso voluntario con una deuda, según algunas fuentes, de cerca de medio millón de euros.
Ya en Valencia, encontramos el caso de Designable, startup con una plataforma digital para la autopromoción de viviendas de obra nueva personalizadas, accesibles y sostenibles dentro del modelo conocido como crowdbuilding. Lanzada en 2019 por Andrés Perales y Pablo Bertolín después de recibir una ronda de inversión inicial de 350.000€, la startup estaba llamada a revolucionar el mercado inmobiliario. La propuesta gustaba a los inversores como ponen de manifiesto los cerca de 3 millones de euros de financiación recibidos en dos rondas consecutivas, además de contar con el impulso de Lanzadera. Al final no pudo ser y Designable desaparecía del mapa del ecosistema emprendedor nacional a comienzos de año debido al enfriamiento de la economía.
Pero de todos los traspiés estartaperos sufridos últimamente, tal vez sea el de Holaluz el más estrepitoso de todos dada la gran cantidad de clientes que llegó a captar en su momento. La empresa tecnológica de transición energética dedicada a la comercialización de energía eléctrica de origen 100% renovable y artífices de lo que llamaron ‘la revolución de los tejados’ mediante la instalación de placas solares, lleva tiempo acumulando fugas de clientes así como quejas y reclamaciones relacionadas con la ‘tarifa justa’y retrasos en el pago de excedentes de autoconsumo.
Según algunas fuentes, en 2023, la comercializadora habría perdido 26 millones de euros como consecuencia del pinchazo del autoconsumo. Como noticia alentadora ante una situación financiera complicada, la compañía publicaba el pasado 19 de julio un comunicado de prensa anunciando la renovación de un pagaré de 7 millones de euros que vencía ese mismo día por dos años más. Según el mismo, la “decisión se enmarca en el proceso de reordenación de su deuda” para reforzar la solidez de su estructura financiera para llevar a cabo la ejecución de su plan de negocio. Entre sus medidas de ahorro, la compañía aplicó el año pasado un expediente de regulación de empleo (ERE) que afectó a 200 trabajadores, el 27% de su plantilla.