VALÈNCIA. 'Las eléctricas hacen caja con la subida de la luz: ganan 1.826 millones en bolsa en tres semanas'. Así titulaba este diario el pasado 13 de agosto, informando que las cinco cotizadas españolas del sector (Enagás, Endesa, Iberdrola, Naturgy y Red Eléctrica) se habían anotado esas plusvalías latentes desde el pasado 20 de julio, cuando el precio de la luz comenzó su estratosférica subida al marcar los 101,82 euros por megavatio hora (MWh) en lo que fue el segundo más caro de toda la historia. Un precio un ¡85%! más barato del que marcará este jueves en lo que será su enésima plusmarca histórica.
Pese a ello, las 'utilities' españolas han pasado de ganar -plusvalías latentes- esos 1.826 millones de euros a perder -minusvalías latentes- 3.212 millones, con los datos a media sesión de la nefasta jornada bursátil de ayer jueves, ante las medidas adoptadas por el Gobierno. La peor parada desde aquel 20 de julio es Iberdrola, que se ha dejado en el camino 2.202 millones de euros; seguida muy de cerca por Endesa (-2.023 millones). Las otras tres mantienen el tono alcista: REE (+828 millones), Enagás (+153 millones) y Naturgy (+32 millones). Conviene recordar que esta última tiene el precio asegurado de la OPA parcial lanzada por los australianos de 22,07 euros por acción, que la semana pasada recibió el visto bueno de Competencia. La capitalización conjunta de las cinco cotizadas ha pasado de los 120.671 millones de euros a los 117.497 millones, es decir, un 2,66% menos que hace casi dos meses.
"Las eléctricas van a seguir sufriendo en bolsa porque están en el punto de mira de un Gobierno que ha comenzado a 'meterles mano', por lo que hoy por hoy -y hasta que no se normalice la situación- mejor mantenerse lejos de ellas muy especialmente de las dos más grandes -y con más peso en el índice- como son Iberdrola y Endesa, pese a que todas ofrecen jugosas rentabilidades por dividendo muy por encima del 4%". Así respondía un gestor de fondos de inversión valenciano al otro lado del hilo telefónico tras el durísimo castigo que recibieron dos de ellas (Endesa e Iberdrola) en la jornada bursátil: la primera hundiéndose un 6,39% y la segunda un 5,79%; mientras que la 'opada' Naturgy cedió un 0,41%.
Así se explica que el Ibex 35 perdiera un 1,7% -y los 8.700 puntos de paso- dado que el sector eléctrico tiene un peso del 21% en el barómetro de la renta variable española. Por el contrario, las otras dos 'utilities' domésticas fueron de las siete cotizadas del índice que se salvaron de la quema ayer, dado que Red Eléctrica avanzó un 0,50% y Enagás un 0,61%. Tomando dicho cierre, Iberdrola y Endesa son la cuarta y quinta cotizada del selectivo que más bajan este año, con un 15,66% y 13,60% respectivamente; mientras las otras tres del sector suben: Red Eléctrica (+9,03%), Enagás (+10,93%) y Naturgy (+19,85%).
"Iberdrola sucumbe ante la presión bajista iniciada antes de ayer, perdiendo el soporte psicológico de los 10,00 por título tras la decisión del Gobierno español. Esto supone otro varapalo para el valor, después de la imputación de Sánchez Galán en el 'caso Villarejo', generando un gran nerviosismo en grandes fondos con fuerte posicionamiento en el valor, los cuales condenan este tipo de situaciones", advierte Diego Morín, analista de IG.
"Ahora bien -añade-, las medidas adoptadas por el Gobierno perjudica a la entidad debido al impacto que tendrá en sus cuentas, añadiendo ahora la eliminación de esos 'beneficios extraordinarios'. Por tanto, estamos hablando de un gran impacto en los últimos meses, como la bajada del IVA del 21 al 10% y la suspensión del impuesto de generación eléctrica del 7%; añadiéndose ahora la eliminación temporal del tributo de electricidad, aunque Iberdrola sufre menos castigo que Endesa al no depender tanto del negocio en España gracias a su expansión internacional".
Respecto a Endesa, el experto de IG advierte que "el castigo de los inversores surge desde el incremento de los precios de la electricidad, ya que dicho aumento no es tan 'favorable' para las grandes cotizadas del Ibex 35, cuyo acrecentamiento supera el 25% desde el pasado mes de junio. Ante este hecho, la situación penaliza especialmente a la eléctrica, la cual tiene que acudir también al mercado mayorista para obtener electricidad, por lo que el incremento de precios condiciona a la cotizada, donde obtienen mayor retorno con precios 'estables', es decir, en ninguno de los dos extremos".
Conviene recordar que el Gobierno de Pedro Sánchez aprobaba antes de ayer un Real Decreto Ley para rebajar el precio de la factura de la luz, que obligará a las compañías eléctricas a devolver parte de los beneficios extraordinarios que obtienen al repercutir sobre las centrales de generación de electricidad los costes de gas que no soportan; un importe que el Ejecutivo español estima en 2.600 millones de euros. Lo hacía a través de ocho medidas para frenar la explosiva subida del precio de la luz como consecuencia del elevado precio en las cotizaciones internacionales del gas, que está asumiendo también la escalada en los costes del CO2.
Unas medidas que está estudiando la Comisión Europea (CE), según apuntó este martes su vicepresidente ejecutivo Frans Timmermans, pero no contempla hacer una revisión inmediata del mercado energético. En este sentido diferenció las medidas destinadas para mitigar la fluctuación del mercado, sobre las que cree que hay instrumentos que se pueden utilizar, de las que van dirigidas a reestructurar el mercado, como intervenir en los beneficios de las compañías, ya que cree que se pueden discutir pero ha advertido de que "no se pueden decidir de la noche a la mañana. El rediseño del mercado es otra cosa, que se puede discutir pero por lo que está pasando ahora no puedes inmediatamente quitar los principios de mercado del mercado energético"; mientras añadió que según las previsiones de la CE, la fluctuación del mercado hará que a partir del próximo año bajen los precios.
La tarifa por emisiones de CO2 es uno de los factores que más influye en el precio de la luz. Desde la agencia de valores Portocolom recuerdan que "la Unión Europea puso en marcha en 2005 el denominado ETS (Emissions Trading Scheme), un mercado mediante el que se otorgan 'derechos' a las industrias y actividades que generan emisiones de CO2. Unos se reparten gratuitamente -para la gran industria- y otros se subastan. A cambio de ello, las empresas deben pagar un canon por cada tonelada emitida. Pero tras más de una década de precios bajos, en 2018 se introdujo una nueva regulación que permitió entrar en este mercado a fondos y bancos de inversión. Desde entonces se produjo una escalada en los precios de los derechos de CO2, cabe destacar un incremento en el precio de más del 70% entre diciembre 2020 y junio 2021".
A juicio de los expertos de esta firma financiera independiente madrileña, "los analistas no descartan componente especulativo en la subida de los precios, y que pueda seguir subiendo. En el caso de las eléctricas con centrales de ciclo combinado (gas), tienen que comprar estos derechos de emisión de CO2 para desarrollar su actividad. El aumento de precio de los derechos se termina repercutiendo en el precio de la energía eléctrica que se subasta en el mercado mayorista y esto acaba siendo trasladado al consumidor final". Según los cálculos de los expertos y del propio Banco de España, esto acaba suponiendo aproximadamente un 20% de lo que cuesta producir un megavatio hora. Aunque después, su traslación a la factura es algo inferior. "El dinero que pagan las eléctricas por los derechos de CO2 van a parar al Tesoro Público. Gran parte de esta recaudación se destina a energía renovables. En un anteproyecto presentado por el Gobierno se está estudiando la posibilidad de que el 10% de lo recaudado se destine a la puesta en marca de políticas contra la pobreza energética", añaden.
Y es que cada vez son más las voces autorizadas que se están pronunciando ante la imparable -y constante- escalada del precio de la luz. Sin ir más lejos ayer Josep Borrell, Alto Representante para la Política Exterior de la Unión Europea y vicepresidente de la Comisión, pedía reformar el sistema europeo de fijación de precios. "Tarde o temprano, Europa tendrá que decir algo. El sistema tiene que ser revisado porque tiene demasiadas disfunciones. La traslación del coste del gas a otras energías cuyo coste de producción no tiene nada que ver con el precio de gas es algo que no tiene una justificación económica clara", advertía el expresidente del Parlamento Europeo.
