VALS PARA HORMIGAS / OPINIÓN

Conversación de ascensor

21/12/2016 - 

Después de cuatro días de temporal, ayer salió el sol. Y, por turno, me toca a mí la conversación de ascensor. Es el momento en que uno respira de alivio junto a su vecino, dice que parece que ya escampa y a la que llega al tercer piso, ha repasado de memoria la tabla de datos pluviométricos que ha ido esparciendo Aemet por las redes sociales. Vivo además en una ciudad que no tiene mucho de lo que enorgullecerse, así que siempre es buen momento para recordar las riadas del 82 y del 97, en las que Alicante estuvo a punto de convertirse en una balsa a la deriva con castillo incluido, y felicitarnos por las obras que canalizaron cualquier amago de gota fría. Menos mal, se dice, ya en el séptimo. En el octavo, con la puerta abierta para impedir que escape tu interlocutor, que no tiene ninguna culpa de vivir en el noveno, se repasa la actualidad de Orihuela. Esperemos que no pase nada y después de la tempestad viene la calma lideran el ranking de frases más utilizadas. En el hilo musical suena Here comes the sun, de los Beatles.

En realidad, una conversación meteorológica de ascensor siempre viene bien. Y más, ahora que se dispone de Twitter para encadenarla en un bucle sin fin. El de 2016 será evocado como el primer temporal en la Comunidad Valenciana en el que no han aparecido las clásicas imágenes de enviados especiales de Canal 9 contándonos bajo la lluvia que, efectivamente, llueve mucho. Ha sido uno de los lamentos más repetidos estos días. Tómbola y l’Oratge fueron, sin duda, los dos grandes éxitos del canal autonómico, pero afortunadamente hay quien ha argumentado que dedicar tantos esfuerzos y medios de una televisión a contar lo evidente quizá no era lo más acertado. Ahora que, al parecer, se avecina un nuevo clima para las instalaciones de Burjassot, tal vez convendría subrayar que los informativos enviaban a sus corresponsales al epicentro de la tormenta cuando, en realidad, donde caía una granizada de millones era en la sede del PP valenciano, tal como publicó ayer este periódico.

Cuando los efectos del temporal por fin queden restañados, quedará una nueva fecha a partir de la que contar cuándo fue la última vez que se desbordó el Segura. Es lo que buena parte de la audiencia de la futura RTVV demanda. Y está bien que lo haga. Vivo en una ciudad sin memoria ni personalidad porque ha demolido buena parte de su pasado. Pero también quedará la necesidad de contar que hay que dedicar efectivos a la limpieza de los cauces fluviales. Que en Torrevieja podría brotar, al menos, una decena de alcantarillas, si quieren evitar serios problemas. Que hay que recalcular la capacidad de los pantanos. Que hay que revocar las licencias de obra previstas en zonas inundables. Que en localidades de las tres provincias es urgente contener una nueva amenaza de lluvias torrenciales, para que no se repitan escenas catastróficas. Y que todo eso se tendría que pagar con el dinero y la iniciativa que durante décadas estuvo gastando el PP en otra cosa. Quizá los dirigentes populares vivían en chalets sin ascensor.  O no les hacía falta ver Canal 9. Y por eso no oían llover.

@Faroimpostor