DEL DERECHO Y DEL REVÉS / OPINIÓN

Confinamiento (XII). De cosas urgentes e importantes

5/06/2020 - 

A todas las personas que no saben qué hacer con su tiempo, a todas las que han tenido el valor de decir que se aburrían durante el confinamiento, les voy a mostrar varios ejemplos positivos, de otras personas e instituciones que sí han sabido bien en qué emplearlo. Unos se han empleado en lo urgente, mientras otros en lo importante. A ver si toman nota y se deciden a practicarlo.

Urgente: Pobreza. Esto es hoy lo prioritario. La ciudad de Alicante cuenta tristemente con más de un barrio entre los más pobres de España. Ya Ciudad-Jardín estaba catalogado entre los quince más humildes, pero el estado de alarma ha precipitado la ya por sí débil economía de muchas familias de toda la ciudad y las ha conducido a una situación crítica. Son personas que no aparecían 'fichadas' como necesitados antes de la pandemia y que, debido al hecho de no poder salir de casa y al parón global de la actividad, se han encontrado sin nada y se han visto forzadas a pedir ayuda, aunque a muchos les diera vergüenza tener que hacerlo. Hasta el coronavirus se iban arreglando, iban tirando. Debido al problema de tantas personas que no tenían qué llevarse a la boca, en la zona norte los vecinos se han visto en la obligación de ayudarse los unos a los otros. Y se ha se creado una hermosa red de solidaridad ciudadana. Menos mal. Hablo con Mari Eva Coloma, presidenta de la Asociación de Vecinos Virgen del Remedio, y me cuenta lo ocurrido. En ese barrio quien, al parecer, ha tomado cartas en el asunto ha sido Cáritas Diocesana, a través del párroco de la Iglesia de Nuestra Sra. del Remedio. Los vecinos han estado aportando comida, o bien dinero, cada uno lo que pudiera. Otros voluntarios se han dejado la piel en preparar y repartir las bolsas de comida. La Asociación de Comerciantes de Plaza de Argel ha aportado también lo suyo. Y Alicante Gastronómica ha incrementado su donación de menús. A pesar de la crisis y de haberlo solicitado, afirma Coloma que no han recibido ayuda del Ayuntamiento, a saber por qué y lo que habrá pasado en el resto de la ciudad. Tampoco han tenido noticias del Banco de Alimentos, pese a haberle solicitado ayuda, aunque supongo que estarían superados, pues escuché hace tiempo que se estaban quedando sin reservas.

Importante: Pensar. También en estos momentos, o especialmente en ellos, es imprescindible seguir pensando en los temas importantes para todos nosotros, y elevándose sobre el nivel del suelo. Les hablo en este apartado de un par de modelos de interés al respecto, que además son recurrentes, esto es, no paran de pensar. El primero, Andrés Pedreño. Acaba de publicar un libro junto a Luis Moreno, que se titula “Europa frente a EEUU y China: prevenir el declive en la era de la Inteligencia Artificial”. Estoy deseando leerlo. Ojalá nos ofrezca este libro algunas claves halagüeñas, porque hoy por hoy parece que Europa no pinta mucho en el concierto internacional y mi impresión es que está a verlas venir. El segundo pero sin orden de preferencia, el prof. Manuel Desantes, que ha impulsado la plataforma normascovid19.com, desde la que se está, junto con un gran equipo internacional, recopilando la normativa básica en materia de Covid-19 en los países hispanoamericanos. Les animo a que entren y vean el repertorio de la normativa española que ha recogido el propio Desantes, de gran utilidad para todos nosotros, y buceen, a ser posible sin ahogarse, en ese océano de normas que han ido publicando mientras estábamos todos metidos en casita. Y las que nos quedarán mientras sigamos estirando el chicle que dura y dura del estado de alarma, ojo.

Dentro de las cosas importantes incluiría, sin duda, el planificar y ordenar debidamente las cuestiones de interés general de largo alcance, ésas que además y precisamente por su propia naturaleza requieren de consenso. Me refiero en concreto a la Renta Mínima Vital. No creo que fuera tan perentoria la necesidad de legislar a este respecto, como para haberlo abordado en mitad del estado de alarma y por imposición. Sin duda es preciso ayudar a quien lo necesite y socorrer a los más pobres es de justicia y un deber de caridad además –¿realmente alguien se opondría a esto?–, pero las condiciones, el cómo, debería haber estado sometido a un debate intenso, a la contradicción y enmiendas necesarias, en el Parlamento.

Por tanto, lo urgente es dar el pan para hoy, mientras que lo necesario es ordenar y prever para que no haya hambre mañana. Y la pobreza futura no se evita aprobando rentas, sin prever así mismo mejoras en el 'modus vivendi' de los destinatarios de las ayudas, sin luchar en paralelo por su integración, la formación y la educación de sus hijos, entre otras muchas cosas.

Para terminar, quiero dar las gracias a todos los que habéis pensado en los demás durante esta crisis y os habéis remangado y esforzado por echar una mano al prójimo, de manera desinteresada. Sois todos motivo de orgullo y un verdadero ejemplo.