ALICANTE, (EP). Compromís en el Ayuntamiento de Alicante elevará una propuesta al pleno del próximo jueves, 26 de octubre, para instar al resto de los ediles de la corporación a firmar el Código de Buen Gobierno, que incluye normas de conducta para los altos cargos del sector público instrumental, como hicieron en abril los concejales de la coalición: Natxo Bellido, María José Espuch y Sonia Tirado.
Esta iniciativa busca favorecer el desarrollo de unas administraciones públicas "íntegras, transparentes, eficaces y eficientes", según ha explicado Compromís en un comunicado.
La coalición ha defendido que el Código de Buen Gobierno fomenta "la ejemplaridad y dignidad institucional, el respeto a la diversidad, la rendición de cuentas y evitar la toma de decisiones arbitrarias, anteponiendo la responsabilidad en el cargo público a los intereses partidistas".
El Consell aprobó el Código de Buen Gobierno para dar cumplimiento al artículo 27 de la Ley 2/2015, de Transparencia, Buen Gobierno y Participación Ciudadana de la Comunitat Valenciana, una medida que se enmarca en el segundo eje del Acord del Botànic referente a la regeneración democrática y la lucha contra la corrupción, detallan desde Compromís.
Desde su aprobación, un total de 172 cargos de instituciones públicas de toda la Comunitat Valenciana se han adheridos, entre ellos ayuntamientos, diputaciones, Corts Valencianes, el Síndic de Greuges, la Sindicatura de Comptes, el Consell Valencià de Cultura (CVC) y la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL).
Dentro del compromiso "con los valores democráticos y sociales", el Código incluye aspectos como el compromiso contra la violencia, la igualdad de mujeres y hombres, la aconfesionalidad, el compromiso con la lengua propia o la responsabilidad social.
En cuanto a la aconfesionalidad, estipula que no estarán obligados a participar en actos religiosos en la condición de su cargo y su asistencia a estos será a título individual, en ejercicio del derecho de libertad religiosa.
El documento también insta a las instituciones a abstenerse de participar en las presidencias de los actos religiosos, con la posible excepción de cuando, por razones "históricamente consolidadas", estos tengan un valor cultural "asumido mayoritariamente" que trascienda a su origen religioso.
Respecto a la lengua propia, los dirigentes firmantes deberán asumir el "compromiso social con la normalización del valenciano", con el fin de extender su uso y conocimiento. En sus comunicaciones además fomentarán el valenciano y respetarán la normativa lingüística de la Acadèmia Valenciana de la Llengua.
Entre otros aspectos, el código especifica también los comportamientos "mínimos" en cuanto a dedicación e incompatibilidades y respeto a la confidencialidad, la rendición de cuentas, la relación con los medios de comunicación, la presencia en las redes sociales o la publicidad institucional.
Así mismo, en cuanto a publicidad institucional, no podrá promoverse en ningún caso la instalación de placas conmemorativas o similares que hagan referencia las personas que, por su cargo público, hayan participado en la puesta en marcha del proyecto. Por regla general, tampoco podrán inaugurar obras antes de que estén finalizadas ni servicios que no estén en funcionamiento.
La austeridad en los desplazamientos públicos, la devolución de regalos que vayan más allá de la cortesía habitual, el trato digno y respetuoso al personal al servicio institucional o la promoción, cuando sea posible en los actos públicos, de productos autóctonos valencianos y de comercio justo son actuaciones y comportamientos que contempla también este documento.
Finalmente, el Código de Buen Gobierno contempla la prohibición de tener cuentas en paraísos fiscales, así como la retirada de los reconocimientos conmemorativos otorgados a personas que sean condenadas por sentencia firme.