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panel de opinión

Cómo diversificar (bien) las carteras de inversión para este ejercicio desde la óptica de 14 financieros

De izquierda a derecha en la primera fila: Francisco Varea (Edetania Patrimonios), Antonio Aspas (Buy & Hold), Carlos Muro (Banca March), Amparo Belenguer (Ibercaja), Alejandro Martínez (EFE & ENE), Mónica Blesa (Caixa Popular) y David Nogués (Indosuez). Debajo siguiendo el mismo orden: Guillermo González-Fleitas (Circulantis), Santa Pérez (Talenta Gestión), Javier Navarro (Vinca Capital), Juan Carlos López (Colectual), Juan Luis Pastor (atl Capital), Luis Capilla (Mirabaud) y Sergio Montesinos (Creand)

8/01/2024 - 

VALÈNCIA. Al margen de la bolsa hay un sinfín de alternativas de alternativas de inversión de cara al nuevo año que acaba de empezar, tanto para los pequeños ahorradores como para los clientes más pudientes de banca privada. Éstos últimos han visto como uno de sus vehículos preferidos, las denostadas sicavs, han pasado a mejor vida... salvo para aquellas que se ciñan a los requisitos impuestos por el Gobierno hace tres años.

Más allá de las sicavs están sobre la mesa otros activos financieros como fondos de inversión, ETF's (fondos de inversión cotizados), financiación participativa, sociedades de capital riesgo (SCR), socimis, renta fija, capital privado (private equity), sociedades de inversión libre (SIL), unit linked ... Una amplia variedad de productos de inversión que no son puramente bursátiles.

Pero nada mejor que conocer la opinión de 14 destacados financieros para tener una mayor pluralidad de opiniones al respecto. A continuación, sus recomendaciones para el nuevo ejercicio financiero, que también incluyen ciertas 'dosis' de renta variable para tener en cartera porque la clave de una buena inversión es siempre la diversificación:

Francisco Varea, socio director y cofundador de Edetania Patrimonios

Foto: EVA MÁÑEZ
A nivel de alternativas de inversión, seguimos contando con un gran abanico de posibilidades (SCR, socimis, SIL, unit linked,…), pero la alternativa por excelencia sigue siendo la gestión y asesoramiento a través de fondos de inversión. Lo es tanto por su alto nivel de diversificación y ajuste al perfil de cada inversor como por su liquidez y las ventajas fiscales que ofrecen en el caso de las personas físicas. Otras alternativas comentadas anteriormente también son válidas e interesantes, pero como complemento a una cartera de productos financieros líquidos y bien diversificada. Son inversiones que te permiten estar en activos descorrelacionados con los mercados financieros, acercándonos a la economía real, pero normalmente son más ilíquidos y te exigen un periodo de permanencia elevado.

A nivel de mercado somos optimistas esperando un buen año, tanto para los activos de renta fija como variable, pero no exento de volatilidad al compás de las perspectivas de inflación, tipos de interés y resultados empresariales. Las perspectivas de crecimiento mundial deberían ralentizarse consiguiendo así el ansiado 'aterrizaje suave' de la economía que persiguen los bancos centrales.

Si esto sucede así, podríamos ver las primeras bajadas de tipos de interés a lo largo del año. Este hecho hace que estemos ante una buena oportunidad para invertir en renta fija, existiendo actualmente emisiones de alta calidad con rentabilidad atractiva para los próximos años y adicionalmente una revalorización del precio si los tipos de interés empiezan a bajar. Ante este escenario los gestores ya están ajustando sus carteras, por lo que una alternativa interesante dentro de la diversificación de productos son los fondos de gestión activa y flexibles que se van acomodando a la situación de mercado.

Mónica Blesa, directora de Banca Privada de Caixa Popular

Foto: KIKE TABERNER
Tras un año realmente bueno para los mercados, en 2024 tendremos que seguir pendientes de la evolución de la inflación, los tipos de interés y el crecimiento. La inflación se va reduciendo, pero aún tiene que llegar al objetivo del 2% y mantenerse. Respecto a los tipos de interés, el mercado descuenta que en abril empezarán a bajar en la Eurozona y en mayo en EE UU. La cuestión, además del momento inicial en el que se produzca el cambio de política monetaria, será la cuantía de las bajadas y su rapidez, por lo que los bancos centrales seguirán en el punto de mira. También será importante seguir el crecimiento para ver si finalmente el deterioro es suave o por el contrario acaba siendo una recesión más pronunciada.

Un año de cambio en la política monetaria donde se tienen que adaptar las carteras al nuevo contexto, sin perder de vista la situación geopolítica, especialmente en Oriente Medio. Se espera que sea el año de la renta fija donde contar con carteras con duración favorecerá la rentabilidad, con emisores de buena calidad crediticia, predominando deuda soberana o corporativa con grado de inversión.  En renta variable será necesario recomponer la exposición en función de los datos que se vayan publicando, tanto por países como por sectores. Y ganará importancia la selección de valores, tanto más, cuanto mayor sea el deterioro de la economía.

Además, 2024 es año electoral en EE UU y nos guste o no también afectará a los mercados. Es momento de tener carteras diversificadas y aunque el vehículo a utilizar, siempre dependerá de las preferencias del cliente y de su situación fiscal o estructura patrimonial, los fondos de inversión serán el vehículo a potenciar.

Tenemos por delante un 2024 ciertamente interesante, en el que los datos económicos van a ser fundamentales para ver la repercusión en la economía real. Los mercados han corrido mucho, por lo que hay que ser prudentes y consolidar parte de las ganancias. ¿Cómo? Reduciendo exposición a renta variable y manteniendo algo de liquidez para aprovechar las oportunidades que seguro surgirán.

Juan Carlos López, presidente de Colectual

Foto: COLECTUAL

Termina 2023 donde los inversores han sufrido por la volatilidad generada por las incertidumbres sobre los tipos de interés, pero también han disfrutado de un rally en bolsa en el último trimestre. El mismo que ha llevado a los índices a niveles desconocidos en los últimos años. Con las celebraciones navideñas es el momento de intentar adivinar que puede ocurrir en 2024 y, con ello, preparar para ello las carteras de inversión.

Sin la pretensión de conocer el futuro, si se identifican algunas tendencias claras que pueden ayudar a los inversores a tener éxito en 2024. Las principales son:

  1. Continúa la búsqueda de activos alternativos que garanticen altas rentabilidades. El capital riesgo continuará siendo el activo favorito de los gestores para mejorar rentabilidades, ofreciendo a los inversores rentabilidades de doble digito. La oferta de nuevos fondos seguirá creciendo con ideas de inversión singulares, pero los tipos altos obligan a los inversores a seleccionar con mucho cuidado los compromisos que adquieren. Vemos en el mercado demasiadas operaciones de compra de activos entre fondos con valoraciones que en ocasiones parecen muy elevadas, lo que nos genera la duda de si estaremos asistiendo a una burbuja. Invirtamos en capital riesgo como una fuente de rentabilidades elevadas, pero teniendo mucho cuidado en la selección de los gestores y el objeto de las inversiones.
  2. Es el año de la renta fija. Con la previsión, casi certeza excepto que se produzca un repunte de la inflación, de que los tipos de interés comenzarán a bajar en 2024, es el momento de llenar nuestras carteras con deuda pública y privada a plazos medios. Todo ello con el objetivo de capturar tanto la rentabilidad inherente como el efecto en las valoraciones por la bajada de los tipos de interés de referencia de los bancos centrales.
  3. En renta variable veremos volatilidad. Con las grandes tecnológicas mostrando multiplicadores muy elevados y muchos índices en máximos, se anticipan dos estrategias diferenciales: la apuesta por los índices mediante la inversión en ETF's referenciados a índices, alternativa de bajo coste cada vez más atractiva para los inversores; o la selección de una cartera con un buen equilibrio entre compañías que presentan relevantes oportunidades de crecimiento (como las centradas en IA o las farmacéuticas, que tienen aprobados los nuevos medicamentos contra la obesidad), así como las empresas líderes en mercados estables que presentan un buen historial de rentabilidad por dividendos.

Y, por último, me gustaría destacar que el crowlending continúa siendo una alternativa atractiva de inversión, tanto en los préstamos a corto para rentabilizar picos de tesorería como en los de plazos largos, aprovechando el nivel actual de los tipos a los que se publican actualmente prestamos de 2 a 5 años que cuentan con buenas garantías. Anticipando la caída de tipos en 2024, es un buen momento para generar carteras de préstamos a largo plazo. Revisadas las principales ideas de inversión, no me queda más que desear la mejor de las suertes a los inversores en sus decisiones de inversión para 2024.

Alejandro Martínez, socio director y cofundador de EFE & ENE EAF

Foto: ESTRELLA JOVER
Los últimos dos años han sido un cambio de paradigma total. Después de ver los tipos de interés casi 40 años bajando y los últimos 15 al cero, la inflación ha explotado. Los tipos han tenido que subir meteóricamente y esto lo cambia todo a la hora de invertir. Al mismo tiempo, la cantidad de dinero en circulación sigue siendo astronómica, lo que hace que cada insinuación del presidente de la FED, Powell, sobre el fin de las alzas se celebre con subidas verticales. Por desgracia, están poco repartidas: 7 valores (los '7 Magníficos') concentran casi todas las subidas y arrastran el cálculo en los índices, mientras que el resto sigue bastante anémico. 

En el mundo real, las hipotecas no admiten excusas: se revisan con fuerza y se llevan gran parte de la renta disponible de las familias. Por otro lado, los restaurantes están llenos. ¿Qué nos espera? Lo primero es la tesorería: vuelve a ser atractivo tener el dinero fuera del sistema, bien remunerado y bien respaldado. Esto obliga al resto de activos a remunerar mucho más para ser atractivos, generando oportunidades que antes no existían. El reverso es claro: a las empresas les sale mucho más caro financiarse, y la recesión es la medicina amarga que se busca con esto. 

En nuestra opinión, que ahora sea posible obtener entre el 4% y el 8% con liquidez diaria saca de nuestro universo de inversión todas aquellas propuestas que nos obliguen a estar invertidos varios años prometiendo un 10%-12%. Para renunciar a la liquidez diaria, mensual o incluso trimestral y embarcarnos en inversiones a varios años, la rentabilidad mínima que exigiremos será del 15%. Pero no sólo eso: la otra cara de la rentabilidad es el riesgo. Todos los actores involucrados (proyecto, gestores, depositarios, financiadores...) han de ser de primer nivel y estar invertidos con nosotros. Sólo así consideramos que la balanza está suficientemente inclinada como para renunciar a un mercado de renta fija que claramente es una oportunidad que no habíamos visto en décadas.

En resumen: los tipos altos implican grandes oportunidades para el ahorrador en tesorería y renta fija (algunas de ellas extraordinarias) y con una liquidez excelente. Por el contrario, el enfriamiento económico implica enfriamiento de los fondos de economía real (private equity, deuda privada) en general, así que hay que ser mucho más selectivo y estar bien asesorado. Los nichos serán los beneficiados, las operaciones iniciadas hace pocos años sufrirán y el resto tiene que tener un perfil perfecto de rentabilidad, riesgo y proyecto para que tenga sentido renunciar a la liquidez.

Carlos Muro, director territorial de Banca Patrimonial Levante de Banca March

Foto: BANCA MARCH
En nuestro caso, no perdemos de vista el objetivo estratégico de Banca March: seguir creciendo en clientes estratégicos para ser la entidad de referencia en banca privada y en asesoramiento a empresas medianas y familiares en España. Nuestras previsiones de crecimiento en volumen de negocio en Banca Privada y Patrimonial para 2024 están en el entorno del 10%. Tenemos margen para seguir extendiendo nuestro asesoramiento a más ahorradores y, por supuesto, preservando una calidad de servicio excelente. Cada vez más clientes nos confían sus ahorros porque no hay nada que dé más tranquilidad que un banco con altísimos niveles de solvencia.

En Banca March tenemos el CET 1 más elevado de la banca española (un 20%) y la morosidad más baja (1,27%). Además, Moody’s ha elevado nuestro rating a largo plazo hasta 'A2' con perspectiva 'estable', con lo que seguimos siendo una de las entidades con mejor calificación del sistema financiero español, por delante del Reino de España (en la actualidad 'Baa1').

En cuanto a oportunidades de inversión para 2024, creemos que el riesgo principal no es la inflación sino el crecimiento económico. La economía se encuentra en proceso de desaceleración y por eso recomendamos prudencia con la exposición a renta variable, dado que vemos poco margen de mejora a los resultados empresariales. En cuanto a los tipos, esperamos reducciones moderadas a la vuelta de verano y creemos que no deberían bajar más de 50 puntos básicos en todo el año.

¿Qué proponemos a los ahorradores? En Banca March seguimos actualizando nuestra oferta con productos con rentabilidades muy competitivas y respaldadas por el banco más solvente de España, lo que es una garantía para cualquier ahorrador. Para el ahorrador a largo plazo que busque la preservación de capital, tenemos las sicavs institucionales (Torrenova, Lluch y Bellver), que son el mascarón de proa de nuestra propuesta de coinversión líquida. Cuando hablamos de coinversión nos referimos a una propuesta única en el mercado español porque representan una verdadera alineación de intereses, ya que son instrumentos en los que participan los propios accionistas del banco. También tenemos propuestas de coinversión no líquidas, gracias a las cuales nuestros clientes pueden acceder a proyectos de economía real que, de otra forma, sólo estarían al alcance de grandes inversores, con unas rentabilidades muy atractivas.

Santa Pérez, asesora de patrimonios de Talenta Gestión en València

Foto: EVA MÁÑEZ
Sin duda, la macroeconomía y la previsible evolución de las políticas monetarias hacen que la renta fija parta como el activo con mejor aspecto para 2024. A la inflación ya contenida y en continuo descenso, hay que sumar las perspectivas de posibles recortes de tipos en Estados Unidos y quizás en Europa. Bajo este terreno de juego tan propicio, los bonos además comienzan el partido de 2024 con niveles de rentabilidad elevados. Se trata de un aspecto más que interesante y añorado tras muchos años de tipos al 0%.

Lo anterior, confiere al inversor de renta fija en 2024 las siguientes características:

  1. Rentabilidad inicial elevada al contar con niveles de rentabilidad atractivos.
  2. Los activos de elevada calidad crediticia y duraciones contenidas (en torno a los 2-4 años) presentan una alta relación rentabilidad/riesgo, no vista en mucho tiempo.
  3. La inflación a la baja y la verticalidad de las subidas de tipos durante 2022 y 2023 parecen descartar que se den nuevos ascensos en el precio del dinero.
  4. El mercado descuenta varias bajadas de tipos a lo largo de 2024. De darse, la renta fija se beneficiaría de una rentabilidad extra por la consecuente subida de cotizaciones. 

Eso sí, todo esto se ceñiría a la renta fija de tipo investment grade. Creemos que el momento para invertir en deuda high yield aún no ha llegado. Los spreads o diferenciales no son especialmente atractivos y las compañías de peor calidad crediticia aún no han tenido que refinanciarse en el actual contexto de tipos elevados. Las tasas de default o suspensiones de pago históricamente en mínimos deberían repuntar hasta niveles promedio. Bajo esa coyuntura, si se da una ampliación de diferenciales y los niveles de rentabilidad compensan el riesgo asumido, la deuda high yield ganará interés.

En lo que respecta a la renta variable, vemos que presenta unas perspectivas más inciertas. Desconocemos si las políticas monetarias restrictivas de los últimos dos años van a repercutir en el muchas veces citado 'aterrizaje suave'. En cualquier caso, varios indicadores ya apuntan a una recesión en Europa si bien es cierto que el enfriamiento de la economía estadounidense ha sido mínimo. En función de cómo evolucione el crecimiento durante 2024, las bolsas podrán continuar con la actual tendencia alcista.

Bajadas de tipos por parte de la FED pueden actuar de catalizador positivo para un Wall Street cercano a máximos históricos y claramente dependiente de liquidez y dinero barato. A mayor liquidez en el sistema, mayor capacidad para seguir subiendo… y viceversa. El punto de mira volverá a ponerse en esas 7 compañías que acaparan gran parte de los índices norteamericanos. Growth y tecnología de alta capitalización se verían favorecidos por unos tipos más bajos a causa del efecto de valoración. No obstante, los descensos de tipos importantes se darían únicamente en el caso de una recesión más significativa, lo que repercutiría en menor cifras de beneficio y, por lo tanto, en posibles caídas de las cotizaciones.

Por último, y si tenemos que nombrar a un vehículo de los que gestionamos que refleje perfectamente la filosofía de Talenta, sin duda es nuestra sociedad de inversión libre (SIL), sobre la que queremos hacer un especial hincapié tanto divulgativo como pedagógico desde València este ejercicio. Estratégicamente, y tras la 'defunción' de las sicavs, este vehículo es el que nos ha permitido aglutinar todas las estrategias en las que creemos. Da acceso al inversor a una serie de potenciales ventajas fiscales, de las que puede beneficiarse a través de este vehículo.

Guillermo González-Fleitas, director general de Circulantis

Foto: EVA MÁÑEZ
Pensando en 2024 en un contexto de estabilidad de inflación, en torno al 3%, no se prevén movimientos significativos en los tipos de interés. Con los precios de los inmuebles en niveles máximos y con riesgo de corrección, es el momento de contemplar otras opciones para batir a la inflación a la vez que se avanza en la diversificación de las carteras.

Nuestra apuesta obvia es destinar un porcentaje de las mismas, el que uno se sienta cómodo, a la inversión en financiación participativa de pymes a corto. Ello mediante el adelanto de sus facturas por cobrar ya que ofrece un mix rentabilidad/liquidez muy adecuado en un entorno de riesgo muy controlado, ya que la diversificación está en la misma esencia del modelo. 

Además, este activo ya ha demostrado que puede batir a la inflación de forma sistemática (excepto en 2021 evidentemente) invirtiendo a través de plataformas con un buen track record.

Juan Luis Pastor, socio director de atl Capital en València

Foto: EVA MÁÑEZ

Creemos que 2024 presenta unas perspectivas favorables para la banca privada. Es un sector en crecimiento dado el creciente interés de los inversores en contar con un asesoramiento profesional en la gestión de su patrimonio. A ello se une que somos razonablemente optimistas respecto a la evolución de los mercados financieros el próximo año. En todo caso, éste es un tema que nos ocupa pero que no controlamos; por tanto, nuestro empeño es entender los factores que les afectan y adaptar nuestra experiencia para obtener los mejores resultados.

Con respecto a las oportunidades de inversión para 2024, creemos que va a ser un buen año para la renta variable, especialmente en Europa. Las valoraciones en este mercado están históricamente más baratas que en Estados Unidos, aunque no hay que descartar el mercado americano que también ofrece interesantes oportunidades invirtiendo de forma selectiva. 

Además, esperamos que 2024 sea el año de la renta fija. En este caso, serán los activos de más larga duración y la deuda corporativa de alta calidad los que presentan mejores expectativas. Para obtener una rentabilidad adicional, si se puede asumir la iliquidez que conlleva y un mayor horizonte temporal, nuestra recomendación es invertir en mercados privados a través de fondos de capital riesgo por su descorrelación con los mercados cotizados.

Antonio Aspas, socio y cofundador de la gestora Buy & Hold

Foto: BUY & HOLD
Tras el fuerte crecimiento del negocio en el 2022 y 2023, este año se presenta como otro más de crecimiento en el negocio de la banca privada, apoyado en la buena evolución de la economía, que está mostrando una resistencia superior a la esperada al repunte de los tipos de interés. 

Además, esta subida de los tipos ha provocado que tras más de una década en la que el inversor muy conservador ha obtenido rendimientos inferiores a la inflación, este inversor conservador puede superar a la inflación. Como alternativas de inversión, destacaríamos las siguientes:

  1. La renta fija, que como hemos comentado, ofrece una rentabilidad esperada superior a la inflación, invirtiendo en deuda corporativa de grado inversión o de gobiernos, sin tener que recurrir a la deuda high yield.
  2. La renta variable, con unas perspectivas positivas, especialmente en un escenario como el que se prevé de bajada de tipos de interés.
  3. El inmobiliario donde se pueden encontrar oportunidades en sectores como el de la logística, aparcamientos o vivienda de lujo.
  4. Sociedades de capital riesgo donde además de obtener una rentabilidad, se puede conseguir la exención de tributar en el impuesto de patrimonio o de las grandes fortunas, siempre que se tenga una participación superior al 5%.

Sergio Montesinos, banquero sénior de Creand Wealth Management en València

Foto: EVA MÁÑEZ
2024 probablemente sea un año repleto de retos para la banca privada y la gestión de activos. Seguramente en este ejercicio se produzca una situación de recesión a nivel global, aunque este escenario se haya ido posponiendo gracias al impulso del sector servicios y a un mercado laboral consolidado. Además, este año se celebrarán elecciones presidenciales en EEUU.

La inflación va por el buen camino convergiendo hacia los objetivos marcados por los bancos centrales, aunque su caída no será un proceso lineal. Dicha inflación, especialmente la subyacente, se mantendrá alta mientras el mercado laboral siga tan fuerte. La prioridad, por tanto, seguirá siendo atajar la inflación salvo una situación de recesión severa. Es por ello que los tipos podrían seguir altos durante más tiempo del que preveía el mercado, el cual descuenta bajadas de tipos de interés en el segundo semestre. En cualquier caso, parece descartable subidas adicionales de tipos.

Ante este escenario, y tras una fuerte revalorización en 2023 de los principales mercados bursátiles, el año entrante será complejo a la hora de rentabilizar las carteras. Recomendamos prudencia a la hora de invertir en renta variable e iniciar el año con inversiones basadas en mercados monetarios y activos de renta fija con cupón variable para ir a lo largo del ejercicio incrementando la duración de las inversiones en renta fija. 

El crédito de buena calidad crediticia ofrecerá suficiente rentabilidad, aunque los bonos y fondos high yield pueden ser un buen sustituto de la renta variable ya que ofrecerán una ratio rentabilidad/riesgo más eficiente. Aquellas inversiones destinadas a renta variable deberían orientarse tanto activos y sectores defensivos como a aquellos que puedan aprovecharse en sus valoraciones de una potencial tendencia bajista de tipos. Los sectores tecnológicos y de renovables muy dependientes de los costes de financiación pueden ser buenas alternativas para incorporar en cartera.

Por último, creemos muy interesante incorporar en carteras activos alternativos que permitan aprovechar la baja correlación que los activos reales tienen con los mercados financieros más tradicionales. Para ello recomendamos utilizar vehículos de private equity bien diversificados, especialmente fondos de fondos o vehículos con carteras muy diversificadas que buscan rentabilidades potenciales muy por encima de lo que una inversión tradicional es capaz de ofrecer. A cambio asumen un alto grado de iliquidez, con unos plazos medios de vencimiento que habitualmente oscilan entre 7 y 9 años.

Luis Capilla, director del Banco Mirabaud en València

Foto: EVA MÁÑEZ
Después del rally que hemos vivido en los mercados tanto en renta variable como en renta fija a partir de noviembre pasado, nuestras perspectivas para 2024 ponen la balanza a favor de la renta fija. En cualquier caso, creemos también que existe margen de mejora en renta variable en un digito alto, apoyado por la bajada en los tipos de interés a largo (10 años), lo que continuará dando soporte en las valoraciones de las acciones. No esperamos grandes sorpresas en la mejora de beneficios empresariales, con los márgenes aún bajo cierta presión.

Igualmente vemos una rotación de valores (de tecnológicos megacaps a favor de valores cíclicos, industriales...), valores que han sido penalizados en 2023 por una macro negativa, de baja visibilidad y tipos altos. Estas expectativas han cambiado recientemente ante posibles bajadas en los tipos de interés y la reducción de riesgos como la inflación, que ya parece controlada y en clara tendencia descendente.

Por tanto, a nivel sectorial, aunque seguimos apostando por las grandes empresas tecnológicas, creemos que un escenario de tipos a la baja apoyará la rotación hacia otros sectores olvidados en este reciente rally. De ahí que nos enfoquemos más en sectores cíclicos, industriales, real estate o incluso de energía y materias primas ante la posible evolución favorable de las economías asiáticas. Creemos que en 2024 tenemos que alejarnos ya de sectores que se han apalancado de la subida del precio del dinero como son el financiero y el asegurador.  

Nuestro escenario en Estados Unidos es de soft landing o 'aterrizaje suave', lo que cuadra muy bien con seguir apostando por la renta fija high yield, que tiene bajas tasas de impago. También apostamos por seguir alargando la duración en las carteras, a causa de la bajada gradual de los tipos oficiales del dinero. Por su parte, en Europa tenemos una visión más cauta sobre la macro donde prevemos mayores dificultades, lo que nos hace estar más cómodos en renta fija de gobiernos centrada en países core- Alemania y Francia- y deuda privada con alta calidad (investment grade).

También vemos favorable la renta fija emergente en hard currency ante la relajación de la política monetaria en Estados Unidos. Siguiendo con esta línea, podremos ver una oportunidad en la renta variable emergente -en especial la asiática- conforme vayamos viendo una mayor claridad en las medidas de apoyo y estímulo a la economía China. Sin embargo, ahora creemos que es prematuro y tal vez para finales de la primera mitad de 2024.

Por tanto, un escenario constructivo en Estados Unidos, con una apuesta por duración en gobiernos y renta fija high yieldy algo más cauto en Europa, con una apuesta por duración en gobiernos core e investment grade en renta fija corporativa. Subidas de dígito alto para las bolsas mundiales.

Javier Navarro, socio de Vinca Capital y asesor del fondo Fundamental Approach

Foto: ESTRELLA JOVER
La evolución de los índices en las últimas semanas de 2023 nos indicaron claramente el camino que tomarán las bolsas este año. Y hay que decirlo claramente: a los inversores les gustan las bajadas de tipos de interés. Pensamos que los tipos de intervención han tocado techo y podríamos ver un camino hacia abajo a partir de abril-mayo 2024. Esto será posible porque los bancos centrales han hecho un excelente trabajo y han conseguido reducir la inflación: con datos de noviembre pasado era del 2,4% en la Eurozona y del 3,1% en Estados Unidos. Estamos todavía por encima del objetivo del 2%, pero podemos afirmar que la inflación ha dejado de ser un problema.

La parte buena es que se ha conseguido controlar la inflación sin afectar de manera significativa a la actividad económica, ya que los datos de crecimiento económico en EE UU siguen siendo excelentes (el PIB del tercer trimestre fue del 5,2% y la creación de empleo está en máximos históricos); mientras que en Europa el crecimiento económico está estancado, pero sin amenazar una recesión profunda.

Vamos a ver un crecimiento moderado de los beneficios por acción en el rango de entre el 8% y 10%, así como una reducción de las rentabilidades de los de los bonos soberanos, por lo que nos encontramos con un escenario favorable tanto para los mercados de renta variable como los de renta fija. En este último caso recordar que si se reduce la rentabilidad, sube la cotización.

Dentro del mercado de renta variable apostaríamos por las empresas de pequeña y mediana capitalización porque cotizan con un descuento considerable respecto a las grandes compañías. En renta fija nos gustan los bonos de calidad, con una duración media de 4 a 6 años.

En Fundamental Approach, el fondo que asesoramos, estamos invirtiendo en empresas de alto crecimiento y gran generación de caja, que coticen a precios razonables. Nuestras últimas inversiones han sido Stellantis, Ameriprise Financial Services, Inditex, Partners Group y Amadeus.

Amparo Belenguer, directora de Ibercaja Banca Privada en València

Foto: KIKE TABERNER
Para la banca privada de Ibercaja el 2024 va a ser un año de regreso a un asesoramiento con más contenido que lo que fue 2023. La novedad de los tipos de interés elevados ha llevado este año a la mayoría de los clientes a centrarse en productos de renta fija con menor peso de la renta variable, lo que ha llevado a carteras menos diversificadas por tipología de activo.

En 2024 -donde se prevé una expectativa de mantenimiento de los tipos de interés e incluso bajadas-, vemos un regreso a una mayor diversificación de las carteras. Pero como cada año, tendremos que convivir con muchas incertidumbres tanto de índole económica como de tipo geopolítico, que afectarán a la volatilidad de los mercados y, por ende, a las inversiones de los clientes. 

Por ello, consideramos que la mejor manera de poder anticiparse ante los cambios de mercado que se vayan produciendo a lo largo del ejercicio recién estrenado es delegando la gestión de las inversiones en los profesionales de Ibercaja. Razón por la cual apostamos por seguir impulsando de forma prioritaria la gestión discrecional de carteras.

David Nogués, responsable patrimonial de Indosuez Wealth Management en la Comunitat Valenciana

Foto: INDOSUEZ WEALTH MANAGEMENT
En relación a los mercados financieros, en 2024 se podrían despejar algunas cuestiones relevantes. ¿Ganarán los bancos centrales la lucha contra la inflación sin dañar sensiblemente al crecimiento económico? ¿Se materializarán las expectativas de cambio de ciclo de tipos de interés? ¿Las tensiones geopolíticas irán estabilizándose? En la medida que se vayan confirmando de manera positiva estas cuestiones, la evolución de los mercados debería ser positiva. 

De cara a la inversión a largo plazo significaría seguir diversificado internacionalmente entre las diferentes clases de activos, monetarios, renta fija, variable, inmuebles y capital privado. Todo ello priorizando los objetivos que el inversor tenga en términos de crecimiento y protección del patrimonio, es decir, diversificar en términos de rentabilidad/riesgo.

Respecto al sector de banca privada y gestión de patrimonios, esperamos que 2024 continúe generando eventos de liquidez procedentes de operaciones empresariales para ganar economías de escala. Que las SCR continúen siendo motor de crecimiento para la inversión en capital privado; que la rivalidad competitiva siga siendo elevada por la confluencia de los diferentes modelos de negocio; y que los ahorradores tengan otro año con rentabilidades más justas, tras un ciclo largo de tipos de interés negativos. 

En cuanto a los inversores, tipos de interés positivos y altos significan valoraciones más exigentes de las inversiones, ponen en valor la calidad del asesoramiento financiero; mientras contribuyen a una mejor asignación de recursos en la economía.

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