VALÈNCIA. La tasa turística se ha convertido en uno de los asuntos más relevantes de debate interno y público entre las tres fuerzas del Botànic, PSPV, Compromís y Unides Podem. Los primeros se han mostrado reacios a implantarla mientras que sus dos socios llevan años intentando que se apruebe este impuesto destinado a gravar las pernoctaciones de los turistas.
En este pulso, hay una figura que ha cobrado especial protagonismo: el secretario autonómico de Turismo, el socialista Francesc Colomer, que se ha alineado por completo con la tesis de la patronal hotelera Hosbec y se ha mostrado como un activo y firme defensor de no dar luz verde a este gravamen, cuya toma en consideración en Les Corts fue aprobada la semana pasada por los tres partidos del Botànic, incluido el suyo, y que se enfrentará después de verano al periodo de enmiendas.
Con este escenario, el papel de Colomer, quien incluso ha deslizado la posibilidad de dimitir si se aprueba el citado impuesto, está generando debate interno. En Compromís no han escondido su malestar con el secretario autonómico, e incluso han señalado la puerta de salida al alto cargo socialista si no está de acuerdo con las políticas pactadas por el Botànic: la vicepresidenta y portavoz del Consell Aitana Mas advirtió en À Punt este jueves que si Colomer no se sentía "cómodo" con los acuerdos a los que llega el tripartito, "debería tomar sus propias decisiones, como ya dijo él", espetó en referencia al amago del responsable de Turismo con dejar las responsabilidades que ostenta.
Tampoco Unides Podem ha disimulado su enfado con el socialista, especialmente tras la reciente presentación de un estudio encargado y pagado por su departamento a investigadores de la Universidad de Alicante con unas conclusiones que van en contra de la implantación de la tasa. De hecho, los dos socios de Gobierno han llegado a considerar este informe un "traje a medida" para Colomer y han insinuado que ejerce un papel de lobbysta a favor de la patronal hotelera.