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la entidad con sede social en alicante lo rechaza; cabe ver si BBVA mejora la oferta o renuncia

Cinco días del segundo fracaso de fusión BBVA-Sabadell: de la "preocupación" a la "infravaloración"

Oficina de Banco Sabadell en Alicante.
7/05/2024 - 

ALICANTE. Varios días y un inicio de semana en el que Banco Sabadell ha cerrado la puerta al segundo intento de fusión con BBVA. Un nuevo intento de unión que ha fracasado en una oferta que llegó desde la entidad que preside Carlos Torres, y que repite el desenlace que tuvo la anterior tentativa hace cuatro años. En 2020 ambas entidades estudiaron fusionarse, pero acabó decayendo después de que no alcanzaran un acuerdo sobre la ecuación de canje de las acciones. En esta ocasión, la entidad con sede social en Alicante, ha sido la que ha rechazado la propuesta de fusión del BBVA y opta por seguir en solitario. Así, rechazan la propuesta "no solicitada, indicativa y condicionada". El consejo que preside Josep Oliu considera que este proyecto "infravalora significativamente" el plan de Banco Sabadell "y sus perspectivas de crecimiento como entidad independiente". El consejo de administración anunciaba su decisión tras una reunión que se inició a las 11 horas de la mañana y que concluyó alrededor de las 19 horas. Desde BBVA afirman que "lamentamos que el consejo de Banco Sabadell haya rechazado una oferta tan atractiva". Ahora, cabe ver si BBVA mejora la oferta o renuncia a hacerse con el banco

El recorrido de la oferta en los últimos días y las reacciones

El pasado miércoles, BBVA anunciaba su propuesta formal por Sabadell. En ella, proponía un canje de una acción de nueva emisión de BBVA por cada 4,83 acciones de Sabadell, con una prima del 30% sobre el valor al que cotizaba Sabadell el lunes, 29 de abril. Se trataba de una oferta que valoraba a Sabadell en unos 11.000 millones de euros, siguiendo el precio del último cierre de BBVA, de 9,84 euros por título. También suponía umentar a 2,2 euros el valor de la acción en Sabadell teniendo en cuenta la prima del 30%.

Desde el primer momento, hubo reacciones a esta propuesta, a veces vista con preocupación desde diferentes perspectivas. La posible operación formaría una entidad con alrededor de 400 oficinas en la Comunitat Valenciana y unos 2.500 trabajadores en la autonomía, como contó este medio, con 211 oficinas en la región -61 en Valencia, 132 Alicante y 17 en Castellón-, mientras que BBVA acumula 200.

El Gobierno central avisaba tras hacerse pública la propuesta, de que la operación, de concretarse, debería "respetar el principio de competencia y mantener los avances logrados en los últimos años en materia de "inclusión financiera". Por su parte, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, señalaba entonces que la posible fusión podría ir en la "senda de presentar" un expediente de regulación de empleo (ERE) y de perjudicar la calidad del servicio bancario.

En este sentido, el 1 de mayo, Día del Trabajo, los sindicatos UGT y CCOO en Alicante (lugar de la sede social de Sabadell) valoraban esta posible operación. Advertían desde UGT que "lo que no queremos es que la banca, como siempre, se fusione y que perdamos los trabajadores y las trabajadoras y que tengamos que pagar esas fusiones. No lo vamos a permitir y nos tendrán siempre enfrente". Mientras, desde CCOO afirmaban que "nada más le podemos pedir responsabilidad social. Por supuesto, queremos mantener aquí una sede, pero mucho más allá, la banca ha recibido 64.000 millones de euros que se les regaló".

La sede social en Alicante podría estar fuera del esquema

Precisamente, ese día se dejaba ver que la posibilidad de mantener la sede social en la ciudad alicantina se alejaba en la propuesta de fusión. El plan presentado por BBVA proponía que el nuevo grupo tuviera dos sedes operativas, una en Madrid, en la Ciudad BBVA, al norte de la capital, y otra a las afueras de Barcelona, en Sant Cugat del Vallés, donde el Sabadell tiene actualmente su principal base de operaciones.

Al margen de las sedes operativas, el BBVA tiene su sede social en Bilbao, su ciudad de origen, mientras que el Sabadell la trasladó a Alicante tras la inestabilidad política generada en Cataluña en 2017 con el referéndum ilegal y la posibilidad de una declaración de independencia. En cuanto al reparto de poder, el BBVA ofrecía que tres consejeros actuales del Sabadell pasaran a formar parte del máximo órgano de gestión del BBVA, pero sin funciones ejecutivas, y que uno de ellos ocupe una vicepresidencia.

Al día siguiente de estas propuestas, el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, llamaba a la prudencia. "Tenemos que ver cómo se desarrolla esa operación, si finalmente se materializará o no". Asimismo, el 'president' de la Generalitat, Carlos Mazón, y el presidente de la Confederación Empresarial Valenciana mostraban su "preocupación" por la posible fusión, ya que el nuevo grupo llegaría a concentrar el 60% del mercado bancario en la Comunitat Valenciana y la sede en Alicante corría peligro.

Josep Oliu, en imagen de archivo.

La oferta llevó a resurgir el debate sobre la concentración bancaria en España y sobre si esta nueva integración iba a garantizar la competencia efectiva en el sector, porque pasaría a estar controlado por tres grandes actores: CaixaBank, Santander y BBVA. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, aseguraba que era importante que el sector bancario siga manteniendo una posición "competitiva".

Día de la reunión

Finalmente, el día de la reunión del consejo de Banco Sabadell, que duró unas ocho horas, alcalde de Alicante, el popular Luis Barcala, se mostraba preocupado por las consecuencias que podría conllevar la posible fusión entre BBVA y Sabadell "para el empleo y el servicio bancario en la ciudad y la provincia", además del riesgo de que se traslade de la ciudad la sede social del banco catalán. Reclamaba que "no se resienta la red de oficinas ni se pierda un solo puesto de trabajo"; dado que "las ventajas de las fusiones a veces son a costa del empleo y del mismo usuario".

A las 19 horas del lunes, 6 de mayo, llegaba la conclusión de la reunión y la decisión de Banco Sabadell de seguir su camino en solitario rechazando la oferta de BBVA. Queda por ver el cierre de esta negociación y la última palabra de ambas entidades. 

La operación, que podía ser la mayor fusión bancaria en España desde la de CaixaBank y Bankia en 2020, aspiraba a crear un gigante financiero con 986.924 millones de euros en activos, según datos del cierre del primer trimestre de 2024, y elevar al BBVA al tercer puesto de la banca europea, solo por detrás de BNP Paribas y Banco Santander.

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