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El 24 de mayo del año 1920

Cien años del Gran Teatro de Elche

15/03/2020 - 

ALICANTE. El 24 de marzo del año 1920 abría sus puertas al público el Gran Teatro, entonces denominado Kursaal. Este año pues se conmemora el centenario de este edificio tan emblemático de la ciudad de Elche. Allí se han representado obras  teatrales, en muchas ocasiones interpretadas por afamadas figuras. En su inauguración actuó la compañía de Margarita Xirgú y Enrique Borrás y en aquel programa figuraban obras de autores tan variados como Benito Pérez Galdós, Pedro Muñoz Seca y Calderón de la Barca entre otros. Estos actos se vivieron como un gran acontecimiento en la ciudad, pues con ello se veía culminado el deseo de tener un teatro acorde con las aspiraciones de la ciudad. 

La iniciativa de su construcción partió de Francisco Brotons, gerente de la compañía eléctrica La Electromotora Equitativa, entidad que compró el antiguo teatro Kursaal, y solicitó su reedificación “para dar mejores comodidades al público”. El proyecto se le encargó al arquitecto Alfonso Garín, que trabajaba en Valencia. En el Gran Teatro, además de las representaciones teatrales, se han llevado a cabo actuaciones musicales desde operas y zarzuelas hasta concursos de coros locales y, desde los primeros tiempos de su andadura, fue también  sala de proyección cinematográfica. 

En el espacio del Gran Teatro se han desarrollado actos sociales de las más diversas entidades y ha servido de escenario para la representación de la vida política, ya sea institucional o partidista. En el antiguo Kursaal intervinieron en un mitin en el año 1910 Benito Pérez Galdós y Melquíades Álvarez. También en el nuevo teatro hubo significativos actos políticos tanto al final de la dictadura del Primo de Rivera como durante la IIª República. 

Allí se encierra una parte importante de la historia moderna de la ciudad. Una de las acciones de las que me siento más orgulloso de mi gestión política en la ciudad fue la adquisición del Gran Teatro y la propuesta y gestiones de su restauración, una labor costosa, pues en aquel momento no todo el mundo estaba de acuerdo en ello. La verdad es que hubo que pelear para conseguirlo. Creo que valió la pena y no puedo dejar de recordar a personas que me animaron decididamente en aquella decisión; recuerdo de modo especial a los hermanos Martínez Blasco, al arquitecto Gaspar Jaén, al entonces jefe del gabinete de la alcaldía Vicente Pérez

Con la conservación del Gran Teatro y su apertura se mantenía vivo este edifico, después de que otras salas desapareciesen, y a la vez se optaba por darle vida a un espacio clave para la ciudad que tiene una significación para los ciudadanos (las cosas son lo que significan) sin caer en la tentación, como ocurrió en muchos lugares, de crear grandes dotaciones culturales, totalmente desproporcionadas. Hoy, pasado el tiempo, vemos que muchas de ellas o están inacabadas o cerradas por el coste que suponen. Para llevar a cabo esta operación de adquisición y restauración contamos con la ayuda de la Generalitat, incluyendo esta operación en el programa “Música 92”. En la Conselleria de Cultura tuvimos una colaboración especial con el Director General, Emilio Soler. El interés por darle vida al Gran Teatro nos llevó a contratar la sala mientras se llevaban a cabo las gestiones de su compra y allí en esos meses desarrollamos un amplio programa de actividades culturales.

La aceptación y la significación que este edificio tiene en la ciudadanía es para mí su mayor valor. La asistencia del público a las actuaciones programadas, ya sean de teatro o los conciertos de la Orquesta d’Elx o cualquier otro tipo de actuaciones, incluso los actos institucionales y de las diversas instituciones sociales son un buen ejemplo de ello.

El teatro ya en la antigüedad clásica forma parte esencial de la ciudad; no se concebía ninguna ciudad que se preciara si no tenía su teatro. El espacio del teatro era   fundamental en la educación de la vida ciudadana. En la representación de las obras de los clásicos se difundían las ideas básicas que debían constituir el código de vida ciudadana. Leer algunos de los textos de aquellos autores vendrían muy bien para afianzar nuestro sistema de convivencia. 

Parafraseando al poeta Miguel Hernández podemos decir que una digna representación teatral nos estimula a saber representar con dignidad el papel que como ciudadanos nos corresponde interpretar cada día. Recuperar el Gran Teatro fue una apuesta por recuperar y consolidar la vida ciudadana.   Esta  consolidación de la vida civil y democrática no se puede entender rebajando el nivel cultural, pensando que con ello somos más democráticos. El sentido democrático exige igualarnos subiendo el nivel cultural no rebajándolo. La conmemoración de este centenario debe ser una ocasión para elevar el nivel cultural y cívico de nuestra ciudad.

Manuel Rodríguez Macià
Doctor en Filosofía y Letras
Exalcalde d’Elx

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