VALÈNCIA. Vox se enfrenta en las próximas elecciones autonómicas y municipales del 28M al gran objetivo de lograr un importante crecimiento en la Comunitat Valenciana. A diferencia de 2019, los comicios autonómicos no se celebran junto a los generales, cita en la que se produce su mayor movilización. Pero aunque el contexto no les favorezca tanto, la aspiración es superar a Compromís y quedar como tercera fuerza en Les Corts.
Carlos Flores (València, 1964) llega con este reto como candidato a la Generalitat. El catedrático de Derecho Constitucional por la Universitat de Valencia protagonizó el octavo encuentro electoral organizando Valencia Plaza con el objetivo de conocer las líneas básicas del programa de Gobierno de los distintos partidos y candidatos a alcanzar la presidencia del Ejecutivo valenciano. El formato de la cita fue, como viene siendo habitual, un desayuno en el céntrico restaurante Al Pomodoro, sito en la calle del Mar, en el que participaron redactores del periódico y colaboradores que plantearon diferentes cuestiones de la agenda política autonómica.
"Llegamos a la campaña extraordinariamente fuertes. Durante estos últimos cuatro años se ha hecho un trabajo consistente en Las Cortes Valencianas que ha colocado a Vox como un referente en la Cámara. Pero sobre todo se ha hecho un trabajo también en los pueblos. El crecimiento del número de candidaturas es exponencial en Valencia, Alicante y Castellon y hemos triplicado las municipales. Tenemos la confianza de que vamos a crecer tanto en voto municipal como autonómico. Nuestra implantación ha sido muy pareja en las tres provincias, ligeramente superior en Alicante, e ignoro si esa pauta se va a mantener, pero el ambiente es inmejorable. En Valencia, con 106 candidaturas, somos la segunda provincia de España después de Madrid donde más candidaturas hemos presentado", resume Flores sobre la manera en la que afronta estas dos semanas antes de los comicios.
Admite que "es un hecho" que Ximo Puig les hizo "un favorazo" adelantando las autonómicas en 2019 para hacerlas coincidir con las generales. "Como pasa con cualquier partido joven, la implantación territorial siempre es más insuficiente al principio. Y nosotros tenemos sistemáticamente mejores porcentajes en las elecciones nacionales que en las autonómicas; y mejor porcentajes en las autonómicas que en las municipales. Pero eso es parte del pasado y para 2023 hemos multiplicado nuestra implantación", remarca.
En cuanto a la relación con el PP, dice que no lo tiene "como una organización particularmente numantina en la defensa de sus principios, en el supuesto de que los tenga".
El anuncio de su candidatura a la Generalitat vino acompañado de un recordatorio de su pasado: en 2002 fue condenado por "violencia psíquica" contra su exmujer, un delito de "violencia doméstica" que habría habría pasado a considerarse violencia de género con la entrada en vigor de la nueva ley de 2004. "Que esos hechos iban a salir a la luz pública era algo que sabía sobradamente porque no eran secretos. Ya eran públicos y era cuestión de días que volvieran. Sé que en algún partido valenciano hay una carpeta o un dosier sobre mí. Uno nunca está preparado para que le insulten día sí día también. Yo desde que estoy en política recibo cada día más insultos de los que he pronunciado en mis 58 años. Para mí un buen día es un día en el que solamente me llaman puto nazi de mierda una vez. Y aún me puedo considerar una persona afortunada", subraya.
Si existe una poco agradable bienvenida a todo aquel que llegue en este momento a un gobierno, es la de Europa. La UE ya ha advertido del fin de la relajación de los objetivos de déficit y de la necesidad de volver a la senda de la estabilidad. Por lo que el próximo año es muy probable que venga con la limitación del gasto. La postura de Vox es clara. "Indudablemente, de las dos opciones para equilibrar el presupuesto, como son la limitación de gasto o el aumento de los ingresos, nosotros nos inclinamos por la primera. Qué casualidad, qué coincidencia más afortunada para algunos, haber podido gobernar durante estos últimos años gracias al maná de los fondos europeos. Y qué casualidad, desafortunada en este caso para otros, que las políticas de ajuste vayan a empezar a implementarse ahora que se vislumbra la posibilidad de un cambio político. Da la sensación de que es una suerte de determinismo histórico. El PSOE gobierna cuando podemos atar los perros con longanizas y luego a la derecha le toca recomponer la economía del país y renivelar el presupuesto. Qué se le va a hacer", analiza Flores.
Para el candidato de Vox, "no puede ser que el Estado, en este caso la Generalitat, se convierta en el gran protagonista de la economía valenciana". "Ésta tiene que descansar sobre los hombros de los empresarios, que son los que crean empleo. Y la Generalitat tiene que gestionar sus responsabilidades, que no son pocas: educación, sanidad, justicia, orden público, etc. Pero vivimos en un sistema en el que la Generalitat se ha convertido en la gran protagonista de los intercambios económicos. Es la que pone dinero cuando llenas el depósito de la gasolina, la que pone dinero cuando vas a comprar al mercado, la que pretende poner o quitar dinero cuando quieres alquilar una vivienda", indica.
Por lo tanto, y en la misma línea de ajustes del gasto, Flores es favorable a recortar en el Ejecutivo para pasar, por ejemplo, de las 13 consellerias actuales a 10. "En primer lugar, tenemos una, Vivienda, que existe para que Podemos se esté callado y tenga algo con lo que jugar sin molestar demasiado. Y cuyo presupuesto es el de una dirección general. Vivienda debería de ser una parte importante, por supuesto, de una conselleria genérica de Infraestructuras, Obras Públicas o como quiera llamarla. En segundo lugar, yo no quiero una Conselleria de Igualdad. Quiero que todas mis consellerias gestionen aplicando el principio de igualdad. Por lo tanto, a mí me sobra y podría estar perfectamente dentro de Asuntos Sociales. Y lo mismo diría respecto a la Transparencia. Ya tenemos un órgano independiente para garantizar la vigilancia, que es el Consejo de Transparencia. Al que hay que potenciar y al que hay que dotar de más medios y de más personal. Con lo cual, sin dejar de gestionar ninguna área, ya hemos reducido consellerias", zanja.
La política en materia fiscal de Vox es la rebaja de impuestos. "Respecto del que tenemos una idea más clara es del de Sucesiones. El hecho de que en un momento luctuoso, como es perder un familiar, encima se tenga que complementar con el correspondiente hachazo de Hacienda no nos parece bien y abogamos por su supresión. La presión impositiva a través del IRPF también es elevadísima en estos momentos. El argumento de que pagan más impuestos los ricos solamente se sostiene a partir de una concepción de rico que seguramente muy poca gente compartiría. Debemos de proteger a las clases medias", subraya Flores.
Al igual que con el resto de tributos, Vox choca con la izquierda en la implantación de la tasa turística. "Si incluso los propios promotores la ven tan absurda que no la han hecho obligatoria y han delegado la aplicabilidad a los propios ayuntamientos, nosotros que no la votamos imagínese. Dicen que la tasa turística es muy baja y eso no desincentiva a nadie. Pues razón de más para no ponerla. Pero aquí sólo hay un criterio ideológico", destaca.
Flores hace hincapié en que su postura "es la opuesta": "Queremos descargar al sector turístico de cualquier traba y de cualquier impuesto innecesario. Entre otras cosas, porque el que tiene la gentileza de venir a nuestra tierra a disfrutar de nuestros atractivos ya se deja un dinero. Por no mencionar que la tasa turística no es turística porque si yo me voy a dar una conferencia a Alicante y paso la noche en un hotel de allí, pago la tasa. O si mi santa madre es ingresada en un hospital en Castellón y paso allí una noche en un hotel, pago la tasa".
El tema en mayúsculas de la agenda valenciana en sus reclamaciones a Madrid es la financiación autonómica. Un sistema que los principales partidos no han sido capaces de modificar. La posición de Vox acerca del nuevo modelo no parece cerrada todavía a la espera de que se presente. "Nuestra postura se hará a nivel nacional, conjuntamente con el partido. Desde mi punto de vista, el factor referencial tiene que ser el poblacional con elementos correctivos en el caso de provincias insulares y de territorios periféricos. Y el principio directivo tiene que ser el de igualdad. Vox es el único partido que se opone frontalmente al concierto económico vasco, que es una de las grandes fuentes de privilegios y desigualdad en el sistema de financiación autonómica. Y resulta curioso que el PSOE proteste por que la Comunidad Valenciana no está bien financiada, pero se calla la boca cuando llega al concierto vasco", afirma Flores.
Y mientras se cambia, o no, el sistema, ¿cuál es el criterio en la elaboración de los Presupuestos de la Generalitat? "No es imposible cuadrar un presupuesto sin la reforma de la financiación. Exige apretarse el cinturón un poco más. No estoy diciendo que haya que hacerlo, pero sí que creo que la financiación autonómica se ha convertido de un mal en una excusa para justificar cualquier tipo de carencia y, al mismo tiempo, cualquier tipo de incremento impositivo. A nadie se le ha ocurrido hacer eso tan sencillo de ir presionando en Madrid mientras vamos gastando menos en Valencia o mientras no incrementamos el déficit. Nunca se ha hecho. Hemos vivido a espaldas de esa carencia en la financiación. ¿A alguien se le ocurriría en su casa decir: Me han rebajado el sueldo, no llegamos a fin de mes. Pero me voy a comprar una televisión en color, un coche deportivo y unas vacaciones en Cancún?", sostiene el candidato a la Generalitat.
En su opinión, "la financiación autonómica es una de las grandes excusas del Gobierno valenciano para todos sus incumplimientos": "Nosotros somos un partido de ámbito nacional que plantea respuestas de ámbito nacional y que mantiene las mismas propuestas programáticas en cualquier rincón del país. Tanto cuando esas propuestas son fáciles de vender como cuando no lo son. No vamos a tener un discurso sobre la financiación en Valencia y otro en Madrid para decir que allí no nos dejan aunque nosotros querríamos".
La posibilidad de la rebaja del listón electoral de un 5% a un 3% como porcentaje mínimo para entrar en Les Corts ha sido uno de los debates permanentes en el Parlamento autonómico durante las dos últimas legislaturas. Sin embargo, no ha logrado los apoyos necesarios para sacarla adelante. Flores se muestra contrario a la reforma tajantemente. "Si le pregunta al candidato de Vox a la Generalitat, la respuesta es no. Nosotros no éramos partidarios de la rebaja de la barrera electoral. Si le pregunta al politólogo, la respuesta es no. No era necesaria por muchos motivos. Somos la tercera comunidad que tiene la cláusula de barrera más elevada, pero no es excluyente. En estos momentos, tenemos 6 partidos representados en las Cortes Valencianas. El electorado tiende a adecuarse a las reglas del juego y, conforme las interioriza, opera dentro de ellas", argumenta.
Entre otros efectos, considera que esa cláusula de barrera "ha impedido la presencia de partidos exclusivamente provinciales" que no cree "que le hiciesen nada bueno a la identidad, a la integridad y al funcionamiento de las instituciones valencianas". "Además, la barrera es constitucional y contribuye a un parlamento más integrado y, por lo tanto, más eficaz y con más capacidad de control sobre el Gobierno. No se me ocurre ningún buen motivo para rebajarla a menos que sea uno estrictamente egoísta ante el temor de las encuestas", concluye.
La reclamación del derecho civil valenciano ha sido otro de los 'gritos', casi unánime entre las formaciones valencianas, en Madrid. Para ello, han reclamado una reforma de la Constitución en la que introducirlo. "Nosotros somos aquí también el único partido que rompe el consenso aparentemente reinante. Digo aparentemente porque hay consenso entre los partidos valencianos, pero cuando cruzas el pantano ese consenso existe en sentido contrario. En Madrid, los mismos partidos dicen: Sí muchachos, pero hoy no, mañana. Nosotros volvemos a plantear esta cuestión desde una perspectiva nacional, que no es centralista y que no es madrileña", señala Flores.
Bajo su punto de vista, "el bien común es la unidad de códigos". "Estamos en el siglo XXI. Que haya reglas distintas según en qué territorios es propio del siglo XVIII, cuando no era descabellado que hubiese un régimen económico matrimonial en Valencia y otro distinto en el País Vasco. En estos momentos, las posibilidades de que un valenciano se case con una vasca, se divorcie en La Coruña y tenga hijos nacidos en Sevilla son infinitas. Existen unas mismas reglas penales y mercantiles y creemos que también tienen que ser civiles. Todos los que reivindican el derecho civil valenciano lo hacen en el derecho a legislar. ¿Qué me va a poner usted en esa legislación? A ver si va a resultar que ponemos unas reglas y estas son menos progresivas que las que tenemos para todos. O al revés. Si vamos a tener unas reglas que sean más progresivas, ¿por qué no las tenemos para todos?", justifica.
Una de las propuestas más conocidas de Vox es la de la recentralización de competencias, de manera que las autonomías, entre ellas lógicamente la valenciana, perdieran algunas en favor del Estado. "Nosotros lo que proponemos es revisar el modelo autonómico dentro del marco constitucional. Hasta ahora solamente se ha ensayado una fórmula, que es dar más poder, más dinero, más órganos y más funcionarios a las comunidades autónomas. Y esa fórmula no ha sido de éxito. El despilfarro ha aumentado, la corrupción no ha disminuido, el desencanto de la ciudadanía es patente y hoy hay muchos españoles que se preguntan cosas como por qué en su comunidad la lista de espera es de cuatro meses y en otra es de dos. Si encima mencionamos la amenaza separatista en Cataluña, que sigue estando ahí... Lo que nosotros proponemos es un reforzamiento del Estado y de sus capacidades coordinadoras, de sus competencias en Sanidad o Educación porque entendemos que ahora no llega", apunta Flores.
El decreto que regula el grado de conocimiento del valenciano que deberán acreditar aquellos que quieran acceder a la Función Pública. conocido como requisito lingüístico, es uno de los asuntos que más está costando de sacar adelante entre los socios del Consell. Y se encuentra con la oposición del PP y Vox. Carlos Flores defiende que la administración sea bilingüe para "estar en condiciones de atender a los ciudadanos en la lengua que ellos elijan en una comunidad como la nuestra". "Pero que la administración sea bilingüe no quiere decir que cada uno de los funcionarios tenga que dominar las dos lenguas y, además, con un determinado grado de dominio", indica.
Al candidato de Vox le parece "indiscutible" que el dominio del valenciano "tenga que puntuar en una oposición". "Por supuesto que tiene que hacerlo, ha de ser un mérito. Y no en pie de igualdad con el alemán, el italiano o el ruso, sino con más relevancia. Así que tiene que ser un mérito especialmente cualificado, pero no un requisito excluyente. Entre otras cosas, porque cuando se plantea el requisito lingüístico no se está planteando la defensa de nuestra identidad o de nuestros derechos", comenta.
"En un hospital, ¿qué posibilidades tienes de encontrarte con un paciente que no entienda castellano pero sí valenciano? Ninguna. ¿Pero qué posibilidades tienes de encontrarte con un paciente que entienda el holandés y no el valenciano ni el castellano? Muchas más. No es un problema de atención al paciente ni de protección de la cultura. Es un problema de limitación de la competencia en el acceso a la función pública. Cuando estableces el requisito lingüístico lo que estás diciendo es: El que viene de fuera tiene un escalón de entrada más alto que el que viene de dentro. Así de sencillo. Si crees que el ciudadano tiene derecho a que se le responda o a que sea atendido en valenciano, deberán de haber puestos de cara al público ocupados por personas cualificadas en ambas lenguas", añade.
En cuanto al modelo educativo, Flores se muestra partidario de "respetar la libertad de los padres a elegir en primer lugar el modelo educativo, sea concertado, público o privado". Cosa que opina no ha respetado el Botànic, que critica que "ha desarrollado una política de hostilidad hacia la enseñanza privada y concertada recortando aulas, postergando al profesorado de la concertada en el acceso a cursos de formación y en ayudas".
"La Constitución garantiza el derecho de los padres a elegir el tipo de enseñanza y los valores que quieren para sus hijos. Por lo tanto, el Gobierno valenciano tiene que cumplirlo, y me da igual que la educación sea laica o religiosa. Pero tienen que poder optar por ese modelo en pie de igualdad y sin sufrir ningún tipo de discriminación con respecto del que prefiera una enseñanza pública", destaca.
Respecto a la cuestión lingüística, se muestra partidario de la vuelta al clásico sistema de líneas en valenciano y castellano. "Yo trabajo en la Universidad de Valencia y ahí funcionamos sobre la base de líneas. Tú eliges estudiar en valenciano y estudias en valenciano. Tú eliges estudiar en castellano y estudias en castellano. Eliges estudiar en inglés y estudias en inglés. Eso quiere decir que cuando necesitamos profesorado para enseñar alguna de esas tres lenguas buscamos docentes capacitados para enseñar en ellas. En los centros educativos abogamos por lo mismo. Sería básicamente volver al sistema de líneas atendiendo a las prioridades o a los deseos de las familias", dice.
Un importante tema de la actual campaña es el de la vivienda, el cual parece que enfrenta especialmente a la izquierda. En el caso de la Comunitat, el PP ha reprochado al Botànic la falta de vivienda pública. Sin embargo, Vox no parece que quiera entrar al trapo en ese sentido. "Creemos que la administración no está para hacer, sino para ayudar a que los demás hagan o, por lo menos, a no dificultar que los demás hagan. La Generalitat no puede construir viviendas para todos los valencianos que las necesitan. No es su tarea, no tiene medios y no tiene cualificación para ello. La prueba que tenemos es que el parque público de vivienda se ha incrementado en un porcentaje mínimo. Y no como consecuencia de la construcción, sino como consecuencia de la adquisición y, eventualmente, la rehabilitación. Pero es que además resulta que no es deseable. El comprador no quiere tener a la Generalitat como casera", señala Carlos Flores.La gestión del Ejecutivo autonómico, prosigue, debería consistir en "liberar suelo, rebajar impuestos, reducir el papeleo y ayudar a las empresas que saben construir, que tienen el personal y los medios".
Por otro lado, está la política social en vivienda. "Nosotros apostamos por ayudas para las familias. Tenemos unas tasas preocupantemente bajas de natalidad entre otras cosas porque nuestras familias no reciben ayudas. Si no tienes una vivienda difícilmente vas a formar una familia. Se trata de garantizar, no ya las pensiones, sino simplemente la supervivencia de esta colectividad que llamamos España. Y aquí está todo inventado. En Hungría se están concediendo préstamos para la adquisición de vivienda cuya devolución se va reduciendo conforme vas teniendo hijos", apunta.
En materia de reversiones sanitarias, el candidato de Vox piensa que aquellas que se han materializado durante estas dos últimas legislaturas "se han revelado como como un fracaso" y que habrá que estudiar las que quedan pendientes. "Las reversiones han acabado costándonos más dinero y han dejado una notable insatisfacción por parte de los usuarios. Me parece que la conclusión es que hay que estudiarlo todo y hay que ajustar los términos de esas reversiones. El modelo de la colaboración público-privada en la gestión de la sanidad ha resultado exitoso porque contamos con empresas extraordinariamente cualificadas. El Gobierno del Botánico ha suprimido las concesiones por un mero criterio ideológico. Al parecer hasta Tinder tiene que ser público", ironiza.
Recientemente, un tuit desde la cuenta oficial del grupo parlamentario de Vox generó polémica al abogar por el cierre de la radiotelevisión pública en tono de amenaza: "Hola À Punt. Sois un insulto a los valencianos. Un desperdicio del dinero de todos y una máquina de adoctrinamiento separatista. Aprovechad lo que os queda en el convento, que os vamos a cerrar". Carlos Flores matiza ahora la posición de su partido tras el revuelo generado. "À Punt ya está cerrada para el 97% de los valencianos que no la ven o no la tienen sintonizada. Pero yo me sentiría más tranquilo con mi conciencia y con los valencianos si le diésemos a À Punt una oportunidad de ser lo que no ha sido nunca: más abierta, con pluralismo político con colaboración público-privada, con interrelación con las productoras del sector audiovisual que existen en la comunidad...", señala.
No se trata, asegura, de un desmentido. "Estoy yendo más allá de un tuit, no lo estoy desmintiendo. Aquí el único partido que ha cerrado una televisión ha sido el PP. Y mientras, el Botánico va en la otra dirección. Reforman la ley del audiovisual valenciano para hacer más fácil la cacicada en la elección del presidente del Consejo Rector rebajando la mayoría. ¿En qué dirección vamos? ¿Vamos en la dirección de hacer una televisión más plural y más de consenso o en hacer una televisión más de partido? Nosotros estamos en lo primero", asegura.
Tras multitud de informes de la Agencia Antifraude que han concluido con reproches en la gestión pública de instituciones de todos los colores, los partidos han respondido entre el ninguneo y el ataque contra la entidad. Vox no ha entrado y se ha limitado a destacar su labor. ¿Qué pasaría en el caso de que gobernaran? "La posición de Vox es la de que, en términos generales, la creación de agencias nacionales potentes antifraude o anti lo que sea es mejor política que la diseminación de agencias de menor peso. Esa postura la suscribo al mil por cien cuando se trata de agencias superfluas, cuando se trata de lo que llamamos coloquialmente chiringuitos. Me incomoda menos cuando se trata de entes garantistas. Así que cuando se trata de multiplicar las instancias de control o de garantía de los derechos, el criterio es estrictamente el de eficacia. Estudiaremos lo que funcione mejor", incide Flores.
El candidato de Vox se mueve entre la ironía y la advertencia cuando se le pregunta por la estrategia del presidente del PPCV, Carlos Mazón, de asegurar que intentará un gobierno en solitario. "Seguramente Carlos Mazón no lee vuestro periódico ni ningún otro. Si alguien dice que su único objetivo, que su única previsión o que su único escenario es gobernar en solitario es que no ha leído ningún periódico. Esperemos que al menos lea esta entrevista. Yo lo comparo con el Titanic. El capitán del Titanic tenía como plan A llegar a Nueva York. Supongo que alguien le diría: a ver, ¿lo de los botes salvavidas lo miramos o no? Y así terminó el asunto", bromea Flores.
A continuación, lanza una serie de preguntas: "¿Se atreverá Mazón a decir que quiere gobernar Valencia con un 33% de los votos? ¿Aparecerá en las Cortes Valencianas diciendo: 'Bueno, mire usted, yo tengo 32, 34 o 36 escaños, somos 99 y la mayoría de los votos son 50, pero quiero gobernar solo'. ¿Ustedes le llamarían a eso un demócrata? ¿Ustedes creen que eso sería un gobierno estable? ¿Un gobierno suficientemente respaldado? ¿Tener el voto de uno de cada tres valencianos y con eso que le baste y le sobre para gobernar al 100% de los valencianos?". Primero, hace hincapié, "hay que gobernar con mayoría". "Y si no tienes mayoría y pretendes gobernar sin mayoría, tus credenciales de demócrata se quedan un poquito resentidas. Y la eficacia de tu gobierno también. Cualquier persona sensata intentaría gobernar con una mayoría por dos motivos: porque dispondría del apoyo social y porque dispondría del apoyo parlamentario necesario. A partir de ahí, si el señor Mazón no quiere ir por la vía de la ocurrencia, por la vía del riesgo, tendrá que buscar el apoyo de Vox", afirma.
Después de que haya llegado a acuerdos con todos los partidos en la Diputación de Alicante, continúa Flores, "que empiece la ronda de diálogos". "Que comience con el PSOE y a ver cómo le va. Confío en que después dialogue con nosotros porque vamos a ser la tercera fuerza", remarca.
Eso sí, en cualquier caso en el supuesto de que sumen, Vox exigirá estar en la Generalitat. "Sí, lo haremos. Y exigiremos que ese Gobierno reconozca la relevancia electoral que tiene cada partido y respete la voluntad de los valencianos que hayan puesto una papeleta y la otra. Si he de poner una línea roja, es la del respeto a la voluntad de los valencianos", explica Carlos Flores. En cuanto al resto de líneas rojas, dice que lo afronta "desde la otra perspectiva". "No desde la de 'de esto ni hablar', sino de ¿qué es lo que queremos hacer y en qué podemos estar de acuerdo? Aquella parte de nuestro programa en la que estemos de acuerdo los dos, fantástico. Y aquella parte de nuestro programa en la que no estemos de acuerdo los dos, negociaremos en función de la fuerza que nos den los electores. Yo los principios los tengo cuando hago propuestas. Cuando negocio, tengo principios y tengo también pragmatismo", comenta.
En cuando a la estrategia de pactos en Generalitat y Ayuntamiento de València, señala que "las reglas son distintas". Cada gobierno tiene que depender de la correlación de fuerzas, de las necesidades y de la capacidad de acuerdo que haya en ese ámbito. A lo mejor llegar a acuerdos en el Ayuntamiento de València es más sencillo porque obviamos cuestiones que nos pueden fragmentar o fracturar. En un Ayuntamiento difícilmente se discuten cuestiones ideológicas salvo que te empeñes. No sé por qué no nos podemos poner de acuerdo en el alumbrado, en el asfaltado o en la seguridad ciudadana. Estamos hablando de marcos distintos. Pero desde luego, no, la idea del intercambio de cromos por utilizar una expresión muy coloquial", asegura.
El candidato a la Generalitat por Vox no apunta a la gestión de un área concreta –"estamos en condiciones de gestionar cualquiera", dice–, aunque sí muestra su preferencia personal por Justicia y Universidades. En todo caso, lo que sí tiene claro es ese modelo lo más cercano posible al de Castilla y León. "Allí hay tres consejeros que gestionan tres áreas y hay un vicepresidente que no gestiona directamente un área. ¿Eso qué quiere decir? Que no tiene competencias en un departamento concreto, pero gestiona, en su condición de vicepresidente, todas las áreas. Es decir, es vicepresidente de todo el Gobierno y, por tanto, tiene una capacidad de supervisar la totalidad de las áreas. Si hacemos esto, nosotros gestionaremos directamente aquellas áreas que acordemos, pero participaremos en el proceso decisorio de todas las medidas que adopte el Ejecutivo. Esto no será un sistema como el del Gobierno de España de 'a mí déjame mi área y tú te ocupas de la tuya'", expone.
Flores también entra a valorar el llamado 'mestizaje' del actual Consell conformado por el PSPV, Compromís y Unides Podem. Se trata del término con el que se ha bautizado a la mezcla de altos cargos de los tres partidos dentro de cada departamento del Ejecutivo autonómico. Aunque el PPCV no es favorable a esta fórmula, el candidato de Vox no parece que tenga un rechazo frontal.
"De entrada, el etiquetaje de los consellers, de los directores generales y de los secretarios autonómicos ya me parece una equivocación. Yo no le voy a pedir carnet a nadie. Al contrario: no voy a excluir a nadie por el hecho de que tenga el carnet. No voy a tener ningún problema en gestionar un área y tener a mis órdenes a alguien con un carnet del PP, y espero que al PP no le moleste gestionar un área y tener a sus órdenes a alguien con un carnet de Vox. O con ningún carné, o con un carnet de cualquier otro partido. Lo que importa es el compromiso con el proyecto y, en este caso, la aceptación de la estructura jerárquica del Gobierno. Esto de 'me cargo a una consellera porque me está creando problemas dentro de mi partido' me parece que está fuera de lo normal. Yo aspiro a que haya en el pacto de Gobierno un clima de confianza mutua y de corresponsabilidad en la gestión y no un sistema de compartimentalización de áreas de gestión que en última instancia lo que hace es fragmentar la estructura de Gobierno", argumenta Flores.