ALICANTE. El cáncer de esófago es treinta veces más frecuente en pacientes con Esófago de Barret, tal y como alerta el doctor Pedro Bretcha, jefe del Servicio de Cirugía del Aparato Digestivo y Oncología Quirúrgica del Hospital Quirónsalud Torrevieja. El Esófago de Barrett es un trastorno digestivo poco conocido, pero potencialmente peligroso, que afecta la mucosa del esófago provocado por el reflujo gastroesofágico crónico.
El síntoma fundamental del Esófago de Barret es la pirosis, lo que coloquialmente se conoce como ardor. El ardor, según explica el doctor Juan Antonio Casellas, jefe del Servicio de Aparato Digestivo y Endoscopia Avanzada de Quirónsalud Alicante, “consiste en una sensación desagradable, a veces dolorosa, como de quemazón que asciende y desciende desde la boca del estómago hacia el cuello por detrás del esternón. Con frecuencia acompaña de regurgitaciones de contenido gástrico hacia la boca”.
Para la confirmación del diagnóstico de Esófago de Barret es necesaria la realización de una endoscopia digestiva alta. Esta prueba, según describe el doctor Casellas, “consiste en insertar un tubo pequeño a través de la boca, progresar hacia el esófago y analizar si existe un cambio en las células del esófago distal, justo en la unión con el estómago. Habitualmente, ya el aspecto del esófago puede sugerir la existencia de un Esófago de Barret durante la endoscopia. Sin embargo, el diagnóstico sólo se puede confirmar con pequeñas muestras de tejido obtenidas a través del endoscopio y enviadas al laboratorio de anatomía patológica”.
La prueba se realiza con sedación y no precisa ninguna preparación especial, solamente estar en ayunas. En caso de ser positiva, el especialista en Aparato Digestivo de Quirónsalud Alicante recomienda repetirla regularmente para poder detectar un posible cáncer en una fase temprana y potencialmente curable.
La cirugía laparoscópica es altamente eficaz para el tratamiento del reflujo gastroesofágico y eliminar de forma definitiva la toma de medicamentos que, a la larga, ocasionan efectos secundarios. Nueve de cada diez pacientes tratados con cirugía antirreflujo logra aliviar sus síntomas y solo un 15% tiene alguna reincidencia transcurridos cinco años.
Como explica el doctor Bretcha, "la cirugía se realiza bajo anestesia general y consiste en construir un manguito completo o parcial con el estómago alrededor del esófago, colocándolo debajo del diafragma. Para ello se realizan unas incisiones pequeñas de apenas unos milímetros a fin de acceder al abdomen a través del laparoscopio, que se conecta a una pequeña cámara de vídeo para obtener una visión completa de la cavidad abdominal". Entre las ventajas del abordaje laparoscópico se encuentra la reducción del dolor posoperatorio, ingreso hospitalario breve, mínimas cicatrices y rápida incorporación al trabajo.
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