XÀBIA. Un trasiego de camiones cargados de piedras y máquinas trabajando para tapar el socavón provocado por la riada del pasado miércoles es la estampa de hoy -y los próximos días- en la Cala Granadella de Xàbia.Desde primera hora del viernes, el Ayuntamiento ha movilizado 8 camiones y dos excavadoras para reparar cuanto antes la playa y devolverla a su estado anterior a la riada. Según ha explicado la concejala de Servicios, Kika Mata, en primer lugar se taponará el hueco con “piedra de escollera procedente de la cantera de Gata”, posteriormente se depositarán áridos y encima se verterá los cantos rodados característicos de la mayoría de las playas de la localidad.
Mata ha indicado que el acceso a la playa estará abierto – los bañistas pueden ocupar perfectamente la mitad de la Cala que no se vio afectada por la riada-, pero que está condicionado al paso de los camiones ya que la carretera que conduce a la playa no es muy ancha y para evitar atascos. Por ello la edil ha destacado la importancia de la coordinación entre los camiones y el autobús “para que no se crucen” y ha subrayado el papel de la Policía Local de Xàbia. Este trabajo hace que el camión y el autobús vayan juntos siempre (bajando a la cala o subiendo al aparcamiento) para que no se crucen en la angosta carretera.
Tras la riada, la concejala xabiera ha reconocido “hemos visto que gracias a Dios no ha pasado nada” y ha comentado que la decisión del cierre del barranco “fue dura y valiente, pero ahora mismo vemos que ha sido para bien, por todo lo que hemos podido evitar”.
La propia concejala no tiene la respuesta, y es que comienza un puente festivo. Según ha avanzado el Ayuntamiento las operaciones de reparación se suspenderán el sábado por la tarde y se retomarán el lunes.
Mientras en la Cala los operarios se afanan para ir tapando el socavón, y unos buzos del Club La Rana, se han encargado de sacar de mar 20 hamacas que se llevó la riada. Un proceso para el que han contado con la ayuda espontánea de los bañistas. Además, han señalizado con boyas improvisadas las sombrillas y otros elementos que no han podido sacar y se quedarán en el mar.
Otra de las preocupaciones es que el agua de mar recupere su color azul turquesa, los expertos consultados afirman que en dos o tres días podría volver a tener ese color característico de la playa que cuenta con la bandera azul.