IBI. Una mejora para los actuales sistemas de radiocomunicación ante una saturación del espectro electromagnético y en un contexto con más peticiones de anchos de banda. Es el fin del proyecto 'Desarrollo de dispositivos de Comunicaciones de Alta Frecuencia utilizando Tecnologías avanzadas de fabricación Aditiva y Metalizado' (Caftam), en el que participan Aiju, UPV, la firma Dismuntel o la Agencia Estatal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en una actividad de desarrollo experimental. El plan se inició en septiembre de 2022 y seguirá hasta 2024 con una subvención de casi 600.000 euros, desde la AVI. Los factores descritos estarían "obligando a los sistemas a migrar hacia bandas de frecuencias más altas" según describen desde esta iniciativa.
Así, este es un proyecto colaborativo que lidera el Instituto de Telecomunicaciones y Aplicaciones Multimedia (Iteam) de la Universidad Politécnica de Valencia. Desde aquí, aportarán su experiencia en el diseño y optimización de dispositivos pasivos de comunicaciones de alta frecuencia. Mientras, Aiju desarrollará las antenas seleccionadas aplicando una elevada calidad superficial y dimensional mediante diversas tecnologías de fabricación aditiva, propuestas por el Instituto de Tecnología Química (CSIC- ITQ), que llevarán a cabo novedosos procesos de metalizado catalítico de carácter mixto, químico y galvánico sobre las piezas desarrolladas. La empresa participante Dismuntel, con experiencia y conocimientos en el ámbito de RFID y electrónica de control, contribuirá en la proposición del reto de parte de la industria en el ámbito de las telecomunicaciones y en la comprobación de la correcta funcionalidad de los dispositivos desarrollados en el ámbito real.
En esta prueba eligen tecnologías de fabricación aditiva porque "permiten un espectro amplísimo de topologías volumétricas, además de reducir el tiempo de fabricación, el peso y el coste" . En principio, tal y como exponen desde el proyecto se diseñan estructuras para dar soluciones integrales a la industria. Después se analiza el uso de nuevos materiales y tecnologías de fabricación que permitan adecuarse a las necesidades de la industria y, al final, se dan nuevos procesos de metalización y acabados que faciliten la conductividad para aplicaciones terrestres, marítimas y espaciales.