VALÈNCIA (EP). La Comisión Europea ha propuesto este miércoles que los países de la UE recorten un 15% el consumo de gas de forma voluntaria hasta la próxima primavera, una reducción que Bruselas quiere poder imponer de forma obligatoria en caso de alerta de la seguridad de suministro, como parte del plan Europeo de Reducción de Demanda de Gas.
El Ejecutivo comunitario ha planteado una nueva regulación por la que la Comisión Europea podría declarar la alerta de la seguridad del suministro de gas e imponer reducciones obligatorias de reducción del consumo de gas, previa consulta con los Estados miembro. Esta alerta se declararía en caso de que exista un riesgo de escasez de gas o una demanda excepcionalmente alta.
La propuesta de Bruselas establece un objetivo de reducción del consumo de gas del 15% en todos los países de la UE desde el 1 de agosto del presente ejercicio hasta el 31 de marzo del próximo año e implicará que administraciones públicas, hogares, propietarios de edificios públicos, proveedores de energía y la industria deberán tomar medidas para ahorrar gas.
Además, los Estados miembro deberán actualizar sus planes de emergencia antes de finales de septiembre, con medidas para cumplir el objetivo del 15% de reducción de consumo de gas, un hito del que deberán informar al Ejecutivo comunitario cada dos meses.
Además, aquellos países de la UE que soliciten el suministro de gas solidario deberán demostrar que han tomado las medidas necesarias para reducir la demanda en su mercado interno.
Como parte del plan Europeo de Reducción de Demanda de Gas, el Ejecutivo comunitario ha planteado criterios para proceder a la reducción coordinada de la demanda de gas que pasa por sustituir el gas por otros combustibles fósiles así como medidas de ahorro energético en todos los sectores.
La propuesta del Ejecutivo comunitario plantea asegurar el suministro a los hogares, a los hospitales y otras industrias críticas para el funcionamiento de la economía y para la competitividad de la UE, por lo que insta a sustituir el consumo de gas por otros combustibles y a ahorrar energía de tal manera que la UE disponga de más reservas de gas de cara al próximo invierno.