de la vía pa arriba / OPINIÓN

Borrachera de datos

24/10/2019 - 

Este mes se han dado a conocer los datos del segundo informe de la Agencia Tributaria que ha realizado un listado de los municipios ordenados conforme a los criterios de tamaño de la población (más de 200.000 habitantes según el Censo de Población), tamaño fiscal (más de 100.000 declaraciones de IRPF en el ejercicio fiscal) y renta bruta total (tener una renta bruta agregada superior a los 2.200 millones de euros).

Por segundo año consecutivo, esta comparativa saca a la actualidad el barrio de Carrús de Elche y lo sitúa como "el barrio más pobre de España".

El Big Data y la tecnología que nos emborracha de datos y nos bombardea con cifras o referencias sin filtro, permite hoy en día que, en un despacho alguien pulse la tecla Intro en un ordenador y salga un listado como este que hace una foto totalmente irreal de un lugar.

La estadística publicada ha tenido en cuenta un código postal, el 03205, y los datos de la declaración de la renta referida al año 2017 de las personas que viven en ese barrio.

Vamos a sacar la lupa y a pasear un rato por esas calles que un ordenador ha dicho que es donde vive gente pobre.

Cuando nos referimos en general a Carrús estamos hablando de toda la zona urbana de Elche situada de la Avenida de la Libertad hacia el norte. (Lo que se llamaba en los años 70 "de la vía pa arriba" que, por cierto, es el nombre genérico de esta serie de artículos, título que revela que soy nacida y criada en Carrús).

En todo ese compendio de calles, plazas, y avenidas habitan algo más de 56 mil personas en la actualidad, y lo hacen distribuidas en subsectores, San Crispín, Carrús Este, Toscar, Carrús Oeste, Patilla, el Cementerio etc.

Contempla, por tanto, una población superior a ciudades como Villarreal, Cuenca, Elda o Huesca.

Resumir la realidad de una demografía tan amplia, heterogénea y diferente en el adjetivo "pobre" es absolutamente falso, por mucho que lo diga un algoritmo.

El alcalde de Elche ya dirigió una carta a la Agencia Tributaria el año pasado, manifestando el sesgo de semejante estadística y de nuevo este año tiene intención de hacerlo, al menos para que quede reflejada la disconformidad municipal con unos datos tan sesgados.

Basta pasear por las calles de este populoso barrio para comprobar la actividad de multitud de negocios, cafeterías, camiones de reparto, autobuses que llevan y traen a gente e incluso que incluye zonas comerciales muy dinámicas como la de la Avenida de Novelda o tan activas empresarialmente como el Polígono Industrial de Carrús.

El barrio se construyó a toda prisa entre los años 30, Carrús Este y los años 50 Carrús Oeste, para acoger a los inmigrantes de zonas del interior de España que llegaban a la ciudad ávidos de un futuro mejor.

Poca planificación y pisos económicos son los responsables de un deterioro que con el paso del tiempo es evidente en determinadas zonas. Se llegaron a idear para el barrio planes de reforma que, a primeros del siglo XXI tuvieron que abandonarse, ante la urgencia de actuar en la rehabilitación de otro ensanche que se caía literalmente a trozos, San Antón. Este, sin embargo, no aparece como uno de los más pobres en este listado. El distrito postal de San Antón es compartido con zonas nuevas de expansión de la ciudad con rentas altas de sus inquilinos.

En este punto es necesario revisar mínimamente la definición de pobreza, porque en Carrús, como en otros lugares, no viven personas de alto nivel económico mayoritariamente, incluso podríamos generalizar y decir que son personas de ingresos justos principalmente y algunas de ellas, incluso con dificultades económicas.

Pero desde luego, no son los más pobres y no se puede adjudicar con tanta frivolidad ese adjetivo. Otra cosa es si un Auditorio, Centro de Congresos o cualquier otro regalo en forma de promesa electoral va a mejorar el barrio.

Los políticos llevan meses enredados en ese proyecto, prometido por la Diputación en precampaña y reconvertido a su favor por el gobierno local. Mientras tanto, en Carrús sigue la vida cotidiana de gente que se levanta y se acuesta cada mañana con problemas más importantes que atender que a las encuestas de la Agencia Tributaria o las promesas de campaña.