la firma de jorge brotons incrementa su patrimonio con la absorción de filiales

Bonnysa septuplica su beneficio en 2018 hasta los 4 millones pese a facturar un 15% menos

13/06/2019 - 

ALICANTE. La firma alicantina Bonnysa Agroalimentaria, uno de los principales exponentes del sector primario en la provincia, sigue en la senda de la recuperación tras desengancharse de Mercadona definitivamente en 2016 (aunque sigue siendo proveedor de algunos productos). Si bien con una facturación muy inferior a la que registraba cuando su principal y casi único cliente era la cadena de supermercados valenciana, en realidad de apenas la mitad, Bonnysa logró anotarse un beneficio de cerca de 4 millones de euros el pasado ejercicio, siete veces más ganancias que en 2017.

Así, en el ejercicio cerrado en junio de 2018, Bonnysa Agroalimentaria (la firma principal del grupo, que tiene como cabecera a Bonnysa Heredad) registró un volumen de negocio de 62 millones de euros, según las cuentas depositadas en el Registro Mercantil de Alicante. Un 15% menos que un año antes (72,9 millones), y desde luego muy lejos de los 126 millones que facturó en 2013 como interproveedor de Mercadona. No obstante, la empresa cerró con un beneficio después de impuestos de 3,9 millones de euros, cuando un año antes las ganancias no llegaron al medio millón. Es decir, que septuplicó el beneficio.

La explicación está en el resultado financiero de la empresa, impulsado por la enajenación de sus participaciones en otras empresas del grupo, y que durante el ejercicio traspasó a la matriz, Bonnysa Heredad. La operación dejó 7 millones de euros de ingresos, que compensaron la caída de la facturación (mitigada, eso sí, por una equivalente reducción de los aprovisionamientos) para arrojar un resultado positivo al final del año. En paralelo, la firma incrementó su patrimonio neto en 17 millones de euros (de 21,5 a 48,2), según el balance, fruto de la absorción de dos filiales en junio de 2018: Explotaciones Agrícolas Cuevas de Almanzora y Pi del Molí, tal como contó en su día este periódico.

El informe de gestión adjunto a las cuentas explica que Bonnysa obtuvo "una producción comercializada ajustada a las previsiones, con mejora en las producciones de los cultivos de Tenerife", lo que contribuyó a conseguir "una cifra de ingresos cercana a la prevista". La firma se vio beneficiada por dos factores: por un lado, que se cumplieron las previsiones de venta a clientes directos, por lo que no hubo que acudir a los mercados secundarios (un hándicap que había lastrado sus cuentas en los ejercicios anteriores), y que en consecuencia "el precio medio de venta ha sido superior al de la campaña precedente".

Presentación de productos de Bonnysa en la PLMA de Ámsterdam, el pasado mayo

Para el ejercicio en curso, los administradores de la sociedad esperaban "obtener las producciones previstas y programadas", teniendo en cuenta que "las plantaciones destinadas a la venta en verano se han reducido, concentrando el grueso de la producción en los meses comprendidos entre noviembre y mayo, cuando existe la mayor demanda de los clientes europeos y permite obtener mejores precios de venta", según el informe.

La principal debilidad de la empresa, no obstante, sigue siendo su situación financiera, de la que también deja constancia la memoria de las cuentas. Así, el informe destaca "la novación de la deuda financiera llevada a cabo en 2018 y el cumplimiento del plan de negocio presentado por el grupo a las entidades financieras". Según la memoria, la cabecera del grupo asumió la deuda financiera y luego la repartió entre las distintas filiales en función de la deuda previa refinanciada, por lo que en las cuentas de Bonnysa Agroalimentaria figuran 3,2 millones de deuda con su matriz. La empresa también tiene provisionada, asimismo, una cantidad para las posibles reclamaciones de exempleados afectados por el último ERE.

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