ALICANTE. El Hércules perderá a Federico Bikoro por un mínimo de tres partidos después de su expulsión por doble amarilla este sábado en el transcurso del choque ante el Atlético Levante y, especialmente, como consecuencia de lo que hizo tras la misma.
Al club blanquiazul no solo le saldrá caro el choque de este sábado a nivel clasificatorio, también en materia de sanciones y no solo para el mediocentro ecuatoguineano (que a final de mes tiene que ir convocado con su Selección, aunque el Hércules aspiraba a conseguir que la Federación Ecuatoguineana de Fútbol le eximiera de esa obligación después del sainete que coprotagonizó con el futbolista tras la Copa Africana de Naciones), también para el director deportivo, Carmelo del Pozo, que llegó incluso a ser identificado por la Guardia Civil a instancia del trencilla motrileño Juan Antonio Manrique Antequera.
Por partes. Es verdad que Manrique Antequera no estuvo precisamente afortunado, aplicando una vara de medir con las cartulinas más que cuestionable y comiéndose faltas sobre Aketxe previas a las dos señaladas a Bikoro y que llevaron a que viera dos amarillas y fuera expulsado. Además, con el motrileño llueve sobre mojado, pues no es la primera vez que perjudica al Hércules con sus decisiones: la pasada campaña dirigió el choque de la jornada 20, en la que los blanquiazules se vieron las caras también con el filial del Levante y en el que les anuló un gol legal a Manu Garrido. El Hércules perdió ese choque y se vio condenado a jugar la fase de descenso, en la que les faltó precisamente un punto para no lograr un sitio en la Primera RFEF. Precisamente lo anterior, tras la expulsión de Bikoro, es lo que le recordó Del Pozo a Manrique Antequera cuando este enfilaba su vestuario tras señalar el final de la primera parte. Lo sucedido quedó recogido así en el acta arbitral: "En el camino a vestuarios una persona me para, se pone delante de mí, parando mi acceso a los mismos y me dice exaltado y a viva voz: "Árbitro, qué malo eres, nos la liaste el año pasado y nos la quieres liar este". Manrique Antequera dice que le preguntó al delegado del Hércules por quién era, indicándole este que no sabía quién era pese a que "estaba en su zona de vestuarios, en la puerta de acceso al mismo". Finalmente, la curiosidad del árbitro fue satisfecha por la Guardia Civil que lo identificó como "el director deportivo del Hércules".
El acta arbitral tiene presunción de veracidad, por lo que el Juez Único de Competición no se calentará mucho la cabeza a la hora de valorar lo que en ella se recoge, aunque desde el Hércules niegan que la Guardia Civil identificase como tal a Del Pozo: si nos ceñimos a lo recogido en el acta, el segoviano será castigado con multa y una posible suspensión con base al artículo 122 del Código Disciplinario.
Un mínimo de tres partidos para Bikoro.
En cuanto a Bikoro, el árbitro recogía en el acta que tras ver la segunda amarilla y la consiguiente roja (por "golpear a un contrario con el brazo de manera temeraria en la disputa del balón"), el mediocentro blanquiazul se acercó a él "de forma agresiva e intimidatoria, debiendo ser sujetado por sus compañeros a escasos metros" y espetándole: "Árbitro, eres muy malo, ¡me cago en tu puta madre!".
De acuerdo con lo anterior, además del castigo de un partido de suspensión por la expulsión tras ver dos amarillas en un partido (artículo 113), será suspendido también con de dos a cuatro adicionales, con independencia de que el Juez Único de Competición considere lo que hizo como protesta (117), desconsideración (120) o insulto (en este caso el artículo 94 contempla de 4 a 12 encuentros de suspensión, pero al no ser reincidente le aplicarían la pena mínima).
El preparador físico y Alessio Lisci
Además de Bikoro, también fue expulsado el preparador físico del Hércules Nacho Gonzalo, en su caso con roja directa después de "salir del banquillo, a varios metros del mismo" y "encararse con un sector del público". Así se recoge en el acta, un comportamiento que puede conllevarle a una suspensión de 1 a 3 encuentros (artículo 121), pero que desde el club blanquiazul ponían en entredicho, apuntando que lo que hizo fue responder a los ataques verbales de Alessio Lisci, el entrenador del primer equipo del Levante que se encontraba próximo al banquillo de Mora (detrás del que no hay grada alguna en el campo principal de la Ciudad Deportiva de Bunyol).