BENIDORM. El Ayuntamiento de Benidorm emplaza al 1 de enero de 2024 las pruebas del sistema tecnológico que viene aparejado a la Zona de Bajas Emisiones (ZBE). Como municipio de más de 50.000 habitantes está obligado a poner en marcha este proyecto antes de finalizar el 2023. Una serie de medidas con el fin de reducir la contaminación en zonas de gran concentración. Para ello, Benidorm se ha dividido en tres grandes áreas: Poniente, Centro y Levante. Con todo, el gobierno local afirma que los ciudadanos no sufrirán grandes cambios.
El encargado de informar sobre estas novedades ha sido el alcalde, Toni Pérez, junto al concejal de Movilidad, Francis Muñoz, y un técnico municipal. Todo ello después de que este lunes tuviera lugar el primer Consejo de Movilidad en el que se explicó cómo será la implantación de la Zona de Bajas Emisiones a los presentes, donde se encuentran entre otros asociaciones vecinales y empresariales.
El proyecto cuenta con diferentes medidas que afectan a la movilidad aunque según insistió el primer edil no alterarán el funcionamiento actual. En este sentido, indicó que la ciudad ya tiene el camino adelantado debido a la aprobación en 2016 del Plan de Movilidad Urbana Sostenible que ha servido además de guía para la ZBE. Una política que defienden que se ha basado en dar prioridad al peatón, mejorar la accesibilidad, impulsar medios de transportes más sostenibles, generar parkings disuasorios y facilitar la recarga de vehículos eléctricos.
Con estas medidas que se han ido tomando con los años, se ha ido cambiando parte de la primera línea de Levante y Poniente, parte del centro urbano, y los accesos al Tossal de la Cala y la Cruz. Además de “operando restricciones de acceso y medidas de peatonalización en el casco antiguo y el barrio de El Calvari”, todo ello “para reducir la presencia de vehículos en estas zonas y favorecer el tránsito peatonal”, tal y como ha destacado Toni Pérez.
Al mismo tiempo, se ha realizado la obra de la avenida Armada Española donde se dio prioridad al peatón, la plataforma única en la zona de Maravall, nuevas calles de preferencia peatonal, se han mantenido o instaurado controles de acceso y circulación en el casco antiguo o ambos paseos marítimos.
Pero además de estas medidas en la movilidad también se implantarán una serie de elementos tecnológicos, como son nuevas cámaras de lectura y reconocimiento de matrícula, a las que se sumarán dispositivos ya instalados, como los sensores ambientales que permitirán conocer la evolución y resultado de las medidas; y otros que entrarán en funcionamiento en enero, como una ‘app’ que permitirá a los usuarios gestionar desde su teléfono móvil permisos de acceso, conocer los mejores itinerarios o los aparcamientos disponibles y recibir toda la información relacionada con este proyecto.
De aquí hasta terminar el año podrán ir testeando el funcionamiento, alargándose el periodo de prueba hasta después del verano, por lo que la temporada alta en turismo seguirá siendo de toma de contacto. La fecha no obstante podría variar si finalmente se atiende a las peticiones de los ayuntamientos, incluido el de Benidorm, de aprobar una moratoria y alargar los plazos. En cuanto a las sanciones, Pérez informó que se tendrán que hacer una serie de modificaciones en las ordenanzas.
Este periodo de 'gracia' servirá para testar la nueva tecnología, para regular y adaptar los protocolos de acceso, circulación y gestión de la ZBE, así como para introducir posibles mejoras que vengan de la mano de ciudadanos, colectivos o agrupaciones, dentro de un proceso participativo que se va a mantener abierto para este proyecto. A su vez, ha llamado a la tranquilidad afirmando que su aplicación será progresiva y adaptándose a las necesidades de residentes, turistas y sector del transporte. El alcalde explicó que la ZBE será flexible y en constante evolución debido a las diferentes medidas que se puedan ir tomando en la ciudad.
Entre otras cuestiones, se prevén restricciones del paso de vehículos en aquellas calles delimitadas. Aunque se expedirán autorizaciones por parte del Ayuntamiento para aquellos que tengan un motivo por el que transitar por el vial, como estar alojados en un hotel, ser residentes o incluso ser el coche oficial de una boda. Además, remarcaron que no será necesario colocar las pegatinas en los coches y aquellos que no dispongan de la ecológica, podrán pedir una moratoria de un año en el Consistorio.
La ZBE abarcará una superficie total de 74 hectáreas del término municipal, divididas en tres zonas: Levante, con 31 hectáreas, que abarcan el tramo de la avenida del Mediterráneo desde Europa hasta Plaza de la Hispanidad, las calles aledañas y el casco antiguo; la zona Centro, que abarca 35 hectáreas, comprendidas entre las avenidas de l’Aigüera y Jaime I; y la zona de Poniente, que se corresponde con las 8 hectáreas que configuran la primera línea desde Jaime I hasta Vicente Llorca Alós.