ORIHUELA. 20 meses restan para que, en octubre de 2021, se haga efectiva la reversión del Hospital Universitario de Torrevieja y el área 22 que abarca a varios municipios de la comarca, y se transfiera la gestión de manos privadas de Ribera Salud a las públicas. No solo se acerca la fecha sino que la consellera de Sanidad, Ana Barceló, lo reafirmó hace unos meses. Ribera Salud salió semanas después, a comienzo de año, con el anuncio de que se compromete a construir el segundo centro de salud de Orihuela Costa. Unas instalaciones reivindicadas y reclamadas desde hace años por las vecinas y vecinos del enclave costero de la ciudad.
Ribera Salud solicitó a principios de enero una reunión con el alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana, para trasladarle su propuesta de construir un nuevo centro de salud en Orihuela Costa, área que gestiona el departamento de Salud de Torrevieja. Ayer se dio esa cita. El despacho acogía el encuentro del primer edil y el concejal de Sanidad, José Galiano, con Alberto de Rosa, CEO de Ribera Salud Grupo, Mª Eva Baró, directora gerente del departamento, y Pedro Munera, director económico. En este encuentro, los responsables entregaron un informe mediante el cual tiene como objeto justificar la necesidad de la construcción del nuevo centro de Salud.
Bascuñana no considera que sea utilizado como un eslavón de la estrategia de Ribera Salud para ejercer presión sobre la Conselleria. Y rechaza que se califique esta operación como oportunista, o como en el caso de los grupos municipales progresistas de la oposición, como un chantaje. "No se puede tachar esto de oportunismo, salvo que se haga de una forma interesada, aquí oportunismo no hay ninguno. A la Conselleria le tiene que dar lo mismo que lo haga una conesión de una gestión indirecta del servicio o la propia Conselleria, utilizar el debate de gestión directa o indirecta, estaríamos distorsionando la cuestión" explicaba Bascuñana en rueda prensa tras la reunión. El primer edil justificaba su postura alegando que al inicio de la anterior legislatura en 2015 ya tomaron en consideración la construcción de este centro de salud. "Hace un par de años se abordó con papeles encima de la mesa" añadía. Preguntados a los responsables de Ribera Salud por la razón por la que no se ofreció la construcción con anterioridad en los mismos términos de celeridad y predisposición, la respuesta la han encaminado hacia la necesidad que sugiere esta infraestructura y la premura con la que la llevarían a cabo. "Es un compromiso que hicimos público y lo empezaríamos lo antes posible. Nuestra propuesta es desde hoy hasta el momento que estemos aquí. Si pudiéramos empezar a partir de hoy…" explicaban. El departamento de Salud ha invertido 117 millones de euros, según asegura el alto ejecutivo del grupo, cuando el compormiso hace 15 años era de 80 millones.
Durante su intervención a la prensa, Bascuñana ha lanzado la pelota sobre el tejado de la Conselleria para que se posicione sobre la propuesta de la empresa. "Quiero que la Conselleria nos aclare, se pronuncie y saber qué piensa respecto al segundo centro de salud, aunque más que saber lo que piensa, lo que quiero es que dé lo pasos rápido y pronto, con celeridad, en el menor plazo de tiempo posible" señalaba. "De manera razonable no se puede rechazar la petición" añadía.
Los informes que ha entregado Ribera Salud al alcalde y el edil de Sanidad se centraban en la justificación y en los servicios que llevaría incorporada la propuesta de su construcción. No solo incorporaría la asistencia de atención primaria, también especialidades, urología, rehabilitación, que según la población se va a atender tiene mayor importancia. La inversión calculada sería entre los seis y los siete millones de euros. No está definidio en qué lugar exacto se haría pero sí proponen que sea alejado del actual centro de salud en la urbanización Aguamarina. Además, Bascuñana ha añadido que contempla varias opciones de suelo municipal, que "en el momento que la Conselleria manifieste su buena voluntad para ir adelante, el ayuntamineto definirá el suelo y lo cederá.
El alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana, conoce ambos modelos. Ha trabajado en el público y en la gestión privada. En función del parámetro al que se atienda, roza la ambigüedad o fija una postura firme. El primer escenario corresponde al modelo de gestión. El segundo, al propio carácter de la sanidad, pública o privada.
En cuanto a la gestión, Bascuñana manifiesta que "no es perfecto ninguno de los dos, tienen sus bondades y sus carencias. La cosa es tener el mejor modelo posible y un gestor lo mejor posible. Hay unas carencias en la gestión pública que no la tiene la privada y vicerversa". No rehúye el carácter de su explicación y admite la ambigüedad de sus palabras. "Me ciño al análisis, las listas de espera en un sitio y en otro, hay que comparar realidades objetivas" añade.
Preguntado por este medio si prefiere, para el Hospital Vega Baja, mantener el modelo que hay o establecer el de Torrevieja, declina responder de forma tan tajante, pero explica su posicionamiento. "Hay cosas buenas y malas en cada uno. No me gusta estar pendiente siempre del resutlado económico, porque depende del criterio que te impongan y puede ser más razonobale o no. Hay grandísimos profesionales que se dejan la piel y la vida en la pública. No confundamos la sanidad pública con la gestión pública. Soy un defensor a muerte de la pública, otra cosa es la gestión".