ALICANTE. Ha caído casi en el olvido el barrio de San Francisco de Alicante que limita, aproximadamente, al norte con la plaça de la Muntanyeta y la calle Gerona, al oeste con la avenida doctor Gadea, al este con la Rambla y al sur con la Explanada. Estas denominaciones, al igual que las siguientes que se mencionan son las actuales, pues a lo largo del tiempo han ido cambiando conforme a las formas de Estado imperantes: monarquía, república y dictadura.
Pero la importancia de este barrio que primero fue arrabal estriba no solo en que refleja el crecimiento de la ciudad que se inicia en el medievo, sino también por los ilustres alicantinos que desde finales de la Edad Moderna vieron la luz en su seno.
El comediógrafo y poeta Carlos Arniches nació en la calle Golfín nº 1; a unas pocas decenas de metros, en el 43 de Barón de Finestrat, el pintor Emilio Varela (un lienzo suyo se exhibe en el Museo Reina Sofía); y bien cerca, en el nº 3 de la plaza Calvo Sotelo, el músico Óscar Esplá. En todas las viviendas figura una inscripción conmemorativa en piedra.
En Castaños nº 20 —lindando con el barrio de San Francisco— una lápida informa que en esa casa nació el escritor Gabriel Miró y unas pocas calles más abajo, en Manero Mollá, se sabe que fue el lugar de nacimiento del médico Francisco Javier Balmis, aunque al desconocerse la localización exacta de la vivienda no figura nada. Y tanto Balmis como Miró tienen dedicadas en el mismo barrio sendas plazas con su busto.
Sería crear una ruta que recorriera estos lugares y diera a conocer a estas destacadas personalidades. Guardaría similitud con el Barrio de las Letras de Madrid, pero aquí el abanico de ramas del saber es más amplio pues abarca a literatos, músicos, artistas plásticos y científicos. Esta nueva ruta se uniría a las ya existentes como la Ruta Eusebio Sempere o la ruta de los refugios antiaéreos, por mencionar algunas, así como la Ruta Cultural Alicante de la prestigiosa e influyente aplicación Wikiloc que está orientada a monumentos, fuentes y edificios de interés.
En cada lugar donde nacieron o se les erigió un busto —como sucede con Miró y Balmis— se podría instalar un panel informativo en castellano, valenciano e inglés con un código QR y así el visitante accedería mediante audioguías en el número de idiomas que se establezca a reseñas sobre sus biografías, obras y a contenidos visuales (pinturas si se trata de Varela) y musicales (en el caso de Esplá).
Una podría ser el humanista, historiador, jurista y escritor Rafael Altamira que en su día fue propuesto al Premio Nobel de la Paz. El motivo de incluirlo en la ruta es porque la Sede Universitaria Ciudad de Alicante, sita en la avenida de Ramón y Cajal (en el mismo barrio de San Francisco), alberga una sala donde se muestra a modo de casa-museo su despacho, biblioteca, cuadros, fotos y diversos objetos personales. En la casa de la calle Cienfuegos nº 2 donde nació, que se encuentra alejada del barrio, se colocó en su día una placa en su memoria.
Una segunda figura a considerar sería el marino, ingeniero naval, espía, diplomático y científico Jorge Juan. Pero hay un problema y es que, aunque fuera por puro azar, no nació en Alicante —donde sus padres tenían su residencia habitual— sino en su otra casa de Novelda, pues su familia decidió disfrutar allí las navidades de ese año. Y como en su vivienda de la calle Altamira (cerca de la Rambla) luce en la actualidad una inscripción en piedra, se le podría incorporar —al igual que con Gabriel Miró— al ámbito cultural del barrio e instalarse allí el panel informativo. Recordemos que el IES Jorge Juan, primer centro de enseñanza media de la provincia que fue inaugurado en 1845, lleva su nombre desde 1960.
Pero hemos de observar que de todas las personalidades citadas, únicamente Balmis y Jorge Juan gozan a fecha de hoy de un reconocimiento universal.
Así, Balmis ha pasado a la historia por su empresa para difundir la vacuna de la viruela, hito que fue elogiado por el mismo Jenner, descubridor de dicha vacuna: "No puedo imaginar en toda la historia de la Medicina una muestra de filantropía tan enorme como esta".
Y similar es el caso de Jorge Juan que entre sus diversas facetas destacó sobremanera en la científica, ocupando por ello un lugar preeminente en la historia de la Ciencia.
Probablemente, su contribución científica más relevante sea que formó parte de una de las dos expediciones internacionales que se organizaron en el S. XVIII para medir la longitud del meridiano de la Tierra, con el fin de demostrar que el planeta estaba achatado por los polos.
Por ello, con estas dos celebridades habría que valorar una alternativa distinta a la mera colocación de un panel informativo. Se trataría de que se les dedicara una sala en alguna institución ubicada en el barrio de San Francisco, al igual que la de Altamira en la Sede Universitaria. Hay dos opciones: una sería en esta misma sede y otra en el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert (y de paso se integraría en la ruta cultural). Quizá la mayor dificultad pueda surgir de la disponibilidad de espacio en estos centros, aunque sería un tema digno de estudio.
Al hilo del relieve de estas insignes personalidades, cabría contemplar otra iniciativa complementaria a las mencionadas: establecer una ruta teatralizada de la ciencia alicantina —sus apasionantes biografías ofrecen numerosos elementos dramatizables— y de esta forma se potenciaría aún más la difusión de sus figuras. Además, ambas rutas supondrían una singular aportación a la magnífica oferta cultural que ya brinda la ciudad.