MADRID (EP). El vóley playa arranca su séptima presencia en unos Juegos Olímpicos en un momento de cierto auge y con la presencia de dos parejas españolas que acuden a la cita con experiencia previa en torneos olímpicos u otros campeonatos importantes y con la sensación de que, con un paso al frente y algo de fortuna, podrían estar algo más cerca de sumar la segunda medalla olímpica tras la lograda por Pablo Herrera junto a Javier Bosma en 2004.
Elsa María Baquerizo y Liliana Fernández serán la baza española en categoría femenina. Afrontan sus terceros Juegos Olímpicos como pareja de juego, después de abonarse a la novena plaza en Londres 2012 y Río 2016, una cita tras la que la alicantina detuvo su carrera para ser madre. Volvió con energía renovada y a sus 34 años ambas podrían estar ante su último baile olímpico. De ahí que quieran darlo todo para mejorarse a sí mismas.
Llegan con tres medallas en Campeonatos de Europa, la última, un bronce en la cita de 2019. Saben lo que es estar en un podio europeo, y ese bagaje puede, y debe, ayudar a exprimirse en busca de la gloria. Además, lo harán sin estar en los focos y, de triunfar, lo harían como 'outsiders' y logrando lo que para muchos es una quimera, una utopía.
Y en una situación similar están Adrián Gavira y Pablo Herrera, los representantes en categoría masculina. Herrera, de 39 años, y Gavira, de 33, pueden luchar por cotas golosas si afinan puntería. Además, el veterano castellonense ya tiene una medalla olímpica, la única que suma España en su historia; la que ganó junto a Javier Bosma en Atenas 2004. Queda muy atrás, pero con Gavira ya han sumado tres medallas en Europeos, incluido el oro de Austria 2013.
En un deporte olímpico relativamente moderno, pues el vóley playa se estrenó en Atlanta 1996, los españoles sólo han podido acceder a un podio y, aunque parece algo complicado estar en la terna de candidatos a hacerlo en Tokyo 2020, lo intentarán con la voluntad de permitir repetir esa gesta a Herrera, y ellas para estrenarse, en un torneo que contará con 24 parejas en cada modalidad; masculina y femenina.
Se empezará con seis grupos de cuatro equipos, que se enfrentarán en sistema 'liguilla', para que un total de dieciséis equipos accedan a la fase final. La pareja masculina española formada por Herrera y Gavira deberán medirse en el Grupo A a la pareja del Comité Olímpico Ruso (ROC), a los tres veces consecutivos campeones de Europa, los noruegos Anders Mol y Christian Sorum, y a la dupla australiana. Un grupo complicado.
Por su parte, Baquerizo y Fernández estarán en el Grupo B del cuadro femenino, y empezarán este torneo olímpico ante las neerlandesas Keizer/Meppelink --campeonas de Europa en 2018--, las estadounidenses Alix Klineman/April Ross --actuales subcampeonas del mundo-- y las chinas Xue/Wang. Un grupo equilibrado donde el pulso con la pareja de los Países Bajos será clave.
Todo ello en el Parque Shiokaze, en un estadio temporal que habría acogido a 12.000 almas. Un estadio en un parque con vistas privilegiadas al turístico puente 'Rainbow Bridge' así como a la bahía de Tokio. Escenario incomparable para una competición que va a más, que va sumando adeptos, y donde las dos parejas españolas deberán dar un paso al frente si quieren aspirar, o estar cerca, de las medallas.
--SEDE: Parque Shiokaze.
--FECHAS: Del sábado 24 de julio al sábado 7 de agosto.
--PARTICIPACIÓN ESPAÑOLA: Elsa María Baquerizo y Liliana Fernández en categoría femenina y Adrián Gavira y Pablo Herrera en categoría masculina.