Evita caer en un exceso de optimismo, pero se le nota que sabe que sopla viento de cola y que la posibilidad de recuperar la Generalitat —aunque sea en un Botànic de las derechas con Ciudadanos y Vox— es muy real. A diferencia de lo que ocurre en Madrid, en el PP valenciano no hay 'solistas', otro punto a su favor. Tras veinticinco años en política, este es su gran momento
VALÈNCIA.- Carlos Mazón (Alicante, 1974) ha sido el gran protagonista de los vertiginosos cambios que se han sucedido en el PPCV a lo largo de 2021. Tras ser ungido por Génova, arrasó a José Vicente Anaya en las primarias y, en julio, fue proclamado presidente en el Congreso Regional. Formado su equipo de confianza, tras el verano inició una especie de campaña electoral permanente, con hitos como el mitin en la Plaza de Toros de València en octubre, donde congregó a toda la dirección nacional del partido.
—¿Qué ha sido lo mejor y lo peor de este año?
—Subirme a un atril y ver una Plaza de Toros llena clamando por el cambio en la Comunitat Valenciana fue una sensación muy bonita. Lo peor ha sido todo lo relacionado con la covid-19. La pérdida de algún ser querido y la angustia de muchas personas.
—La convención nacional del PP, la colocación de vallas publicitarias, ser rey mago en Alicante, la foto con Inés Arrimadas… ¿está en una campaña exprés para lograr visibilidad?
—No. Esto ni va en clave personal ni en clave de popularidad. Va de no tener complejos después de siete años de tripartito nacionalista y de decir que toca un cambio. Tenemos un proyecto muy potente y queremos contarlo, también con vías convencionales para recuperar el contacto con la gente.
—Lo que sí le está costando es reunirse con Ximo Puig.
—Sí. Los líderes de los dos principales partidos deberían hablar de forma habitual pública y privadamente. Y no ocurre ninguna de las dos. En un mes y medio, en el que he solicitado varias veces la entrevista, el único momento en el que se me ofreció fecha fue para un día en el que se sabía que yo tenía pleno de la Diputación.
—¿Cómo cree que el Consell está preparando la Navidad en relación con la pandemia?
—Les ha costado muchísimo entender que las medidas restrictivas y la economía eran compatibles. Ahora abogan por el pasaporte covid, que nosotros ya defendimos hace meses ante la alternativa de cerrar. Creo que llegan tarde.
—¿Ya se ha convencido de que Puig no va a adelantar elecciones o todavía insiste en ello? ¿Qué fecha preferiría para celebrarlas?
—Estamos preparados para arreglar desde el minuto uno este desaguisado. Si yo fuera Puig, convocaría lo antes posible, porque creo que el deterioro va a ser inevitable.
—¿Tienen sondeos internos de València ciudad?
—Sí.
—¿Hacia dónde apuntan?
—Hacia un claro cambio. El empate entre bloques ya marca una tendencia que daría un gobierno más consolidado al PP. Nuestros datos nos dicen que ahora mismo seríamos el primer partido de la Comunitat y con más claridad en València.
—¿Cree que serían necesarias encuestas internas sobre el grado de conocimiento de posibles candidatos en València como hizo Génova en 2019?
—Cualquier encuesta, dato y reflexión que se haya podido hacer ya se ha hecho. Nuestra convicción personal es que la próxima alcaldesa de València se llama María José Catalá. No hay plan B.
—Tiene un año para convencer a los valencianos de que el Botànic no les conviene y que la Generalitat estará en mejores manos con el PP, Ciudadanos, si entra, y Vox. ¿Cómo lo va a hacer?
—Con cuatro ejes: revolución fiscal, plan de choque por el empleo juvenil, reivindicación real de lo nuestro tanto en inversiones como en señas de identidad y acabar con la brecha social.
* Lea el artículo íntegramente en el número de diciembre de la revista Plaza