Montaje: GUILLERMO R. GILVALÈNCIA. Casi 39.000 personas dejaron el pasado año otras regiones españolas para instalarse en la Comunitat Valenciana, una autonomía que no recibía a tantos recién llegados del interior del país desde hace catorce años. La recuperación de la movilidad tras el parón por la pandemia explica en parte el impulso de la inmigración en territorio valenciano, que atrajo en 2021 a más habitantes de otras comunidades que Cataluña. Así lo confirma la última estadística sobre migraciones publicada recientemente por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
De este modo, la Comunitat fue el año pasado una de las regiones de España con mayor poder de atracción. Además, y mientras que las llegadas desde otros puntos del país crecieron en un 26 %, el número de habitantes que decidió salir de la autonomía valenciana hacia otros destinos nacionales no aumentó en la misma medida, lo que arrojó un saldo migratorio interior de más de 9.000 ciudadanos, el mayor para la Comunitat Valenciana desde el inicio de la serie histórica.
Ante este escenario, muchos de los flujos de inmigración de la autonomía valenciana se han visto reforzados, sobre todo aquellos que ya eran especialmente intensos antes incluso de la llegada de la pandemia. En este sentido, y con un incremento de las llegadas del 28 % respecto a 2020, al menos uno de cada cinco personas que se instalaron el año pasado en territorio valenciano provenían de la Comunidad de Madrid, una cifra que podría incluir no solo a quienes deciden asentarse en la Comunitat por primera vez sino también a aquellos que optar por regresar tras un periodo fuera. En cualquier caso, Madrid es igualmente el área que, en relación a su población habitual, más personas envía cada año a las provincias de Alicante, Castellón y Valencia.
Tras Madrid, el factor de la proximidad es el que manda a la hora de decidir si instalarse en un territorio como el valenciano, ya que ninguna comunidad del oeste peninsular, como tampoco Canarias, posee un volumen de llegadas especialmente relevante. Sí lo son, en cambio, los flujos de Cataluña, Castilla-La Mancha, Andalucía y también Murcia, una región que tiene en la Comunitat Valenciana a su destino preferido a la hora de emigrar. De hecho, el número de personas que llega a suelo valenciano desde Murcia dobla a quienes parten de allí para ir a Madrid o a Cataluña, las dos zonas del país que históricamente suelen ostentar el puesto de las más atractivas para los migrantes nacionales.
Así lo constatan también distintos estudios publicados por entidades como Funcas, en los que se observa también cómo han existido, tradicionalmente, importantes movimientos de población desde Andalucía, Castilla-La Mancha e incluso Aragón, una cuestión vinculada en cierto modo a los éxodos por motivos laborales. En 2021, más de 4.600 personas llegaron a la Comunitat Valenciana desde la primera región, mientras que más de 4.000 lo hicieron desde la segunda y casi 2.000 desde la tercera. Al margen de ellas, y aunque pueda pasar por lo general más desapercibido, también se aprecia un relevante flujo de entradas a territorio valenciano desde Baleares, si bien se ha mantenido estable en el último lustro entre los 2.100 y los 2.400 habitantes.
Por otro lado, y tras varios años de reversión de un proceso de emigración derivado de la crisis financiera de 2008, la Comunitat Valenciana vuelve a ser atractiva para la práctica totalidad de la población sin importar cuál sea su edad. Ello se refleja en los saldos migratorios, ya que tanto entre las personas en edad de trabajar como entre las que se encuentran en años de jubilación, son muchas más las llegadas que las salidas de territorio valenciano. No siempre fue así, ya que entre 2009 y 2015 se perdió siempre población que reunía las condiciones para trabajar en beneficio de otras regiones del país.
Ahora, y tras volver a resultar una región atractiva para todas las franjas de edad desde los 25 años en adelante, solo quienes tienen entre 20 y 24 años presentan un saldo negativo de 82 habitantes en la Comunitat Valenciana. De hecho, en la actualidad es entre los grupos de mediana edad (de 30 a 45 años) donde se encuentran los mayores incrementos respecto a años anteriores. Por ejemplo, en 2019 llegaron 566 personas más de entre 35 y 39 años de las que se fueron, y el año pasado fueron casi el doble pese a que la cifra ya había crecido en 2020.
En cambio, una tendencia que no ha variado es que entre las personas de mayor edad la autonomía valenciana siempre ha sido un lugar atractivo de retiro. Ello podría deberse en parte al retorno de quienes se marcharon a trabajar a otros puntos de España, pero también a las condiciones de vida que ofrece la Comunitat para quienes ya se han jubilado. En cualquier caso, el saldo migratorio entre los mayores de 65 años siempre ha sido positivo en más de 500 personas, y en el último año fue de 940.
Pese a la reactivación de la actividad tras la paralización de la movilidad por la pandemia, las salidas de la Comunitat Valenciana hacia otras partes del país solo han crecido un 17 % respecto a 2020, lo que supone el segundo registro más bajo de la serie histórica, que se inició en 2008. Con todo, quienes emigran lo hacen en gran medida hacia dos regiones principales, como son la Comunidad de Madrid y Cataluña, que en el último año concentraron al 35 % de las personas que dejaron el territorio valenciano.
Aun así, el poder de atracción de Cataluña y Madrid sobre la Comunitat Valenciana no ha crecido hasta recuperar los niveles anteriores a la pandemia, ya que en la última década estas dos comunidades siempre habían atraído, al menos, al 36 % de las personas que emigraban desde suelo valenciano. Además, tal y como ocurre con las llegadas, en las salidas el factor geográfico también es importante, puesto que otras regiones de destino relevantes para la Comunitat son Andalucía y Murcia, especialmente desde Alicante, que concentra el 78 % de las partidas hacia esta última región.
