VALÈNCIA. El PP y Vox configurarán a lo largo de las próximas semanas el nuevo Gobierno de la Generalitat. Por el momento, pocos detalles ofrecen ambos partidos sobre el asunto, aunque algunas cuestiones sí parecen claras. Una es que tendrá un máximo de diez consellerias contando con la Presidencia que ostentará el popular Carlos Mazón. Actualmente hay doce, incluyendo también a Ximo Puig.
El reparto será en función de la representación obtenida, por lo que la lógica numérica indica que sean ocho departamentos para el PPCV y dos para Vox en el caso de esa decena de carteras. Sin embargo, nada está confirmado oficialmente por el momento. Lo previsible es que se supriman departamentos como Transparencia y Memoria Democrática para que pasen a integrarse en otros. También han dicho los dos partidos durante la campaña que su intención es que Vivienda no sea conselleria en sí misma, sino que pase a incorporarse a otra. El argumento es que todas estas materias son transversales.
En cuanto a las preferencias, por ahora Vox mantiene la boca cerrada y, según fuentes de los populares, todavía no han puesto ninguna exigencia concreta encima de la mesa. Si se atiende al Gobierno de Castilla y León que toman como modelo, allí existen las consejerías de Agricultura y Familia e Igualdad de oportunidades –un departamento que engloba Servicios Sociales, Mujer, Familias, Infancia, Juventud, Personas Mayores, Diversidad, Discapacidad y Dependencia–. Algo similar podría replicarse en la Comunitat de alguna manera y que Vox las dirigiera, aunque todas las opciones están abiertas.
Durante las últimas horas se ha especulado con la posibilidad de que Vox pida también Educación, pero fuentes del PPCV ya anticipan que no están dispuestos a ceder esa cartera, que además va con Cultura.
Con la presidencia de Les Corts en sus manos, una de las numerosas incógnitas que quedan por resolver es la de si tendrán igualmente una vicepresidencia del Consell. Los populares no parecen muy partidarios –al igual que sucede con la portavocía–, pero en las negociaciones nada está cerrado. Una opción podría ser que hubiera dos vicepresidencias y una fuera a parar a Vox.
En cuanto a la configuración interna del Ejecutivo, el PPCV y Vox se encuentran en posiciones diferenciadas. Los populares tienen claro, al menos por el momento, que su prioridad es un reparto de consellerias completas y estancas para ambos partidos. Esto supone que rechace la fórmula del 'mestizaje' aplicada por la izquierda. Se trata del término con el que se definió a la mezcla de altos cargos de cada partido dentro de cada departamento del Ejecutivo autonómico.
A Mazón no le agrada, pero en Vox no hay un rechazo frontal. De hecho, avisaron por boca de su candidato a la Generalitat, Carlos Flores –quien se marchará de número uno al Congreso– que en la próxima legislatura "no habrá compartimentos estancos ni las decisiones las tomará cada uno a su aire". La formación quiere influir de esta manera en todas las áreas y tener voz en cada decisión.
Mazón, preguntado insistentemente por vicepresidencias, consellerias y configuraciones similares a las de Castilla y León, se limitó a repetir una y otra vez: "Yo nací en el Mediterráneo". Una forma de distanciarse de la fórmula de esta autonomía. "No hay acuerdo público o publicable o cerrado sobre reparto", destacó.
En todo caso, otra de las certezas del pacto entre el PPCV y Vox es que no llevará nombre. En 2015 y en 2019, el PSPV, Compromís y Unides Podem sellaron su acuerdo en el jardín Botánico de València y pasó a conocerse como el Acord del Botànic. Título que se hizo extensivo al propio Consell. No ocurrirá lo mismo con la derecha, que rechaza bautizar su entente.