ORIHUELA. La sectorial de cítricos de ASAJA Alicante ha mantenido una reunión de emergencia tras detectar ciertas irregularidades en la actual campaña de naranjas, limones y mandarinas de la provincia, siendo la principal conclusión de esta que la industria de transformación del limón está cometiendo prácticas prohibidas por la Ley de la Cadena Alimentaria al pagar por los limones a un precio inferior al coste de recolección. Por ello, ASAJA Alicante informa que esta práctica desleal conocida como destrucción de valor y contemplada en la mencionada ley, que establece que “cada operador de la cadena alimentaria deberá pagar al operador inmediatamente anterior un precio igual o superior al coste efectivo de producción”, está arruinando a los agricultores de limón de la provincia.
“La industria, dedicada principalmente a la elaboración de zumos pero también a la extracción y venta de aceites esenciales y otros derivados de alto valor añadido, no está dispuesta a pagar un precio justo por el limón que procesa. Tanto es así que, para admitir este fruto para su posterior transformación, no está pagando ni los costes de recolección ni de trasporte, empujando al agricultor a que sea él quien los asuma si no quiere dejarlos en el árbol”, manifiesta el presidente de la asociación, José Vicente Andreu.
La entidad agraria quiere poner en conocimiento de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) de la proliferación de estas prácticas y añade que no solo va contra la Ley de la Cadena Alimentaria, sino también de la Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, además de incumplir la normativa del Reglamento de la UE 543/2011. En esta línea, considera que no hay trazabilidad, no hay transparencia y en la mayoría de los contratos no se incluye la facturación en los limones con destino a la industria. Los agricultores, para evitar el desperdicio alimentario que supondría tirar esos limones perfectamente aptos para el consumo, se ven casi obligados a asumir unos gastos que los están arruinando. Esta situación está provocando una seria crisis coyuntural en el sector que no debería existir, “pues tenemos un producto de excelente calidad, de alta demanda en el mercado y a precios que, de no ser por la actitud de la industria del procesado del limón, serían justos y rentables para todas las partes de la cadena alimentaria”, añade Andreu.
La sectorial de cítricos de ASAJA Alicante, conformada por la producción del limón, ha acordado solicitar una reunión de urgencia con la industria con objeto de que sean conscientes de determinadas prácticas abusivas y desleales que se están consintiendo, con objeto de buscar soluciones en aras de mantener un equilibrio y unas justas relaciones comerciales. Este problema viene de largo, pues la sectorial ya denunció a través de la subdelegación del Gobierno de Alicante, mediante un escrito dirigido al ministro de Agricultura, que de muchas firman se llevan gratis los limones, literalmente a cero euros, en concepto de destríos, sin que se sepa con exactitud qué van a hacer luego con esos limones. “No es de recibo que tengamos una Ley en vigor y que determinados operadores se la salten con absoluta impunidad. No podemos tolerar que se siga extendiendo lo que se ha convertido en algo prácticamente habitual, que para bajar el precio del kilo de limones a pagar al agricultor se incremente artificiosamente el porcentaje de kilogramos destinado a industria con el objetivo final de llevárselos a cero euros”, remarca el secretario técnico de ASAJA Alicante, Ramón Espinosa.
Con todo ello, la asociación anuncia que de no cesar estas formas de proceder abusivas, pondrá en marcha movilizaciones a partir de enero ante el Gobierno para instar al Ministerio a que se cumpla la ley bajo el lema “La Industria Nos Está Exprimiendo”. Por último, anima a todos los agricultores a que se mantengan firmes y no acepten renegociar contratos de cítricos con precios a la baja, ni mucho menos cedan ante las presiones de la industria, pues no hay razones que avalen este hecho. En casos así, ASAJA Alicante recomienda ponerlo en conocimiento de la AICA o de los técnicos de la asociación, para que puedan ayudar a encauzar las demandas evitando que el agricultor se quede en una situación de absoluta vulnerabilidad en cuanto a capacidad de negociación y valor económico